Entrevista | Pascual Martínez Sopena Medievalista

Pascual Martínez, medievalista: "Los fueros de los territorios de Zamora tuvieron una gran trascendencia"

"La trayectoria de la provincia guarda relación con la falta de dinamismo de sus ambientes rurales, quizá muy tradicionales"

El medievalista Pascual Martínez Sopena. | Cedida

El medievalista Pascual Martínez Sopena. | Cedida / Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

El catedrático emérito de Historia Medieval de la Universidad de Valladolid, Pascual Martínez Sopena, inaugura el miércoles el III Congreso de Historia Medieval con una conferencia, abierta a todo el público, a las 20.00 horas en el Teatro Ramos Carrión.

–Usted ha investigado mucho sobre la provincia de Zamora e incluso participó en el primer congreso sobre la historia de Zamora 1988 donde presentó una comunicación sobre Castroverde de Campos. Ahora, en la tercera edición pronuncia la ponencia inaugural ahondando en Zamora y en las villas zamoranas entre las villas medievales de León y de Castilla.

–Por un lado estaba la ciudad, la gran villa de Toro y en el siglo XII y XIII, junto al crecimiento de Zamora y de Toro, se aprecia la fundación por los reyes una serie de villas que cubren el espacio zamorano Puebla de Sanabria, Benavente, Castroverde, Villalpando y otras más pequeñas, como Belver de los Montes, que jugaron un gran papel, y algunas otras que habiendo sido villas reales pasaron a ser de villas alguna institución, particularmente de la Orden de Santiago como Castrotorafe o Villafáfila. Estas villas, la ciudad y todos los territorios vienen a cubrir aproximadamente dos terceras partes de la actual provincia. Había una relación muy estrecha entre cada una de estas villas y por supuesto la ciudad y el campo, dado que cada una de las villas y la ciudad tienen amplísimos territorios. En realidad en las villas había gente que no se dedicaba al campo, pero había muchas personas que eran agricultores o vivían de la ganadería. Particularmente en el oeste de Zamora había una riqueza que es impresionante, frente a las zonas más agrícolas del este, Tierra del Pan, de Tierra del Campos y del Vino.

–¿Qué criterios seguían los reyes a la hora de llevar a cabo las nuevas fundaciones?

–Los reyes entre 1150 y 1230 Castilla y León eran dos reinos separados. Los reyes leoneses, en Zamora, y los castellanos, en las tierras situadas al este, lo que hicieron fue fundar centros donde concentraban población y en los que concentraban recursos de defensa y organización administrativa.

–¿Cómo atrajeron a las gentes para que instalaran en ellas?

–Para esto lo que hicieron fue conceder fueros que otorgaban ventajas a las gentes que se asientan en estas villas. Zamora fue importantísima porque tiene una colección de fueros que están destinados a tener una gran trascendencia.

–¿Cuál de ellos fue más significativo?

–El Fuero de Benavente es una norma que se da a Benavente y a Puebla de Sanabria, que, sobre todo, se extiende por el noroeste del reino. Es una norma que se extiende desde Llanes, en el oriente de Asturias, hasta todas las villas que fundan los reyes en las rías altas y bajas. El Fuero de Benavente responde a la tradición del Fuero de León, que data de principios del XI, y que se había enriqueciendo. El Fuero de Benavente, en sus desarrollos posteriores, lo que va a ser un instrumento a través del cual se viene a decir que los reyes tienen que consolidar su reino, y para hacerlo deben ofrecer a las comunidades condiciones favorables para vivir bien.

El Fuero de Benavente, en sus desarrollos posteriores, lo que va a ser un instrumento a través del cual se viene a decir que los reyes tienen que consolidar su reino, y para hacerlo deben ofrecer a las comunidades condiciones favorables para vivir bien

–¿Qué supuso?

–Supone que les tenían que entregar muchas tierras para la labranza, para el aprovechamiento ganadero y tierras comunales, lo que implicaba es que los concejos tenían todo tipo de competencias de orden jurisdiccional. Lo que Fuero de Benavente reconoce es que si los reyes quieren ampliar su reino hacia dentro, lo que tienen que hacer es reconocer el vigor de las comunidades sociales, una cierta autonomía y una lealtad mutua.

–Lo que conllevaba escuchar al pueblo.

–Los monarcas saben que pueden contar con los concejos de las villas que han fundado en la medida en que además ellos escuchasen las peticiones y las justa reclamaciones que pudieran hacer, que defiendan los derechos de las villas... es un pacto político que está en el trasfondo de los fueros leoneses de la época del rey Alfonso IX.

–En el caso de Zamora, ¿de qué manera intentaron que aumentara su población?

–Zamora tiene un fuero y tiene un fuerte concejo. Además, en ella está el obispo y todo el poder episcopal. A lo largo del XIII muy particularmente si el concejo reclamaba la atención del rey, el obispo, por otra parte, solía ser alguien que una persona que tenía mucha importancia en la Corte porque era un consejero del monarca. En Zamora a mitad del XIII el obispo Suero fue un consejero de Alfonso X El Sabio y tuvo muchísimo poder. Él fue muy leal al monarca Alfonso X, quien fue destronado por su hijo Sancho IV y, en cierta forma, se puede decir que le hizo la vida imposible al prelado en sus últimos años de vida. La relación entre el rey y el concejo, esta tensión, cada uno reclamando para sí, pesa en la historia de Zamora y pesa también sobre el territorio enorme de Zamora.

Hubo tensiones y conflictos de forma continua y este tipo de situaciones perjudicaron a Zamora en la segunda mitad del siglo XIII

–Ese condicionamiento se materializó en....

–Hubo tensiones y conflictos de forma continua y este tipo de situaciones perjudicaron a Zamora en la segunda mitad del siglo XIII. Las tensiones que se produjeron enlazaron con una crisis casi de escala continental. En Zamora existen referencias de que hay malos años, sobre 1250, y luego lo que viene acumula las tensiones entre el rey, el concejo y el obispo con la situación de crisis climática que se encarga en 1280 y que además engarza con la crisis política en la que el rey y quien se proclama su heredero, se enfrentan radicalmente.

–¿La situación tiene también repercusión en Toro?

–En la ciudad de Toro hay un bando favorable al rey Alfonso X y otro que apoya al rebelde Sancho IV, que triunfa y pone a Toro en manos de su esposa María de Molina.

–La situación de las villas cambió a finales de XIV.

–A partir de 1370 todas las villas reales pasan a convertir en villas señoriales. La nobleza que se implantó con la dinastía de Trastámara a partir de 1369 se fue haciendo con el señorío de todas ellas, excepto los más mayores Toro y Zamora. Así los condes de Benavente dominaron el norte, los Enríquez estaban implantados en Belver de los Montes y en todo Aliste y hay otras familias de más baja nobleza que controlaban todo el territorio.

–¿Qué consecuencias tuvo la conversión?

–Se considera algo muy negativo y hay documentos que recogen las protestas del vecindario de Benavente contra su paso a ser señorío de la familia Pimentel. Al mismo tiempo tengo la impresión de que esto no hubiera podido salir adelante si un segmento de la población el pertenecer a señoríos no dejaba de resultarle beneficioso. Estamos hablando de las clientelas que podían existir, estamos hablando de la posibilidad que tenían los artesanos de esos lugares de ventas de sus productos a los señores... Realmente quizá un poco tópicamente siempre pensamos que el depender de la Corona ha sido mejor que estar en manos particulares y como factor de dinamismo, las villas y ciudades reales han tenido más dinamismo. Ahora bien, el nexo entre la ciudad y el campo es tan grande, de tal forma que si Zamora tose, el campo se constipa. El hecho que Zamora haya podido tener una trayectoria que ha ido aflojándose con el paso de tiempo guarda relación con la falta de dinamismo de sus ambientes rurales, quizá muy tradicionales. También creo que Zamora ha adolecido de la situación fronteriza con Portugal y ha quedado siempre en un plano secundario desde finales del siglo XI y el XIV.

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