COVID en Zamora

Dos años del rastro inicial del COVID en Zamora

El Instituto de Salud Carlos III fechó en el 28 de febrero de 2020 la aparición del primer caso de coronavirus en la provincia

Un trabajador desinfecta la zona del hospital en los primeros días de pandemia. |

Un trabajador desinfecta la zona del hospital en los primeros días de pandemia. | / Emilio Fraile

El COVID lleva dos años de ofensiva y aguante contra la población mundial. Aquel coronavirus que muchos consideraron inicialmente como un problema lejano, apenas dañino para China, pronto se convirtió en el protagonista de una pandemia que asoló a gran parte del globo en la primavera de 2020 y que ha ido alternando, desde entonces, fases de calma y relativo control con olas que han provocado elevadas cifras de mortalidad. Hoy se alcanza el segundo aniversario del día en el que Zamora inició la convivencia con esta patología; 730 días desde que el primer paciente de la provincia manifestó síntomas compatibles con la enfermedad.

La fecha procede del análisis realizado en su día por el Instituto de Salud Carlos III en base a la declaración de casos de COVID-19 a la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Renave). Los expertos confirmaron entonces lo que ya se sospechaba: cuando se notificó el primer positivo por coronavirus en Zamora, el 10 de marzo de 2020, los contagios ya se estaban produciendo. De hecho, según los datos del Instituto de Salud Carlos III, ese 10 de marzo, ya habían enfermado 42 personas, una cifra que había superado las 100 cuando comenzó el primer estado de alarma a finales de esa semana.

La circulación del virus

De este modo, el virus ya circulaba por Zamora a finales de febrero de 2020, aunque entonces nadie lo sospechaba. La preocupación fue creciendo de forma progresiva durante la primera semana de marzo y la inquietud se disparó en los días siguientes, antes de que el Gobierno decretara finalmente un confinamiento estricto de la población ese mismo fin de semana. En ese momento, la provincia ya había confirmado sus primeros casos, aunque nadie imaginaba, ni por asomo, que dos años después el virus continuaría, que el acceso a lugares públicos requeriría el uso de la mascarilla y, sobre todo, que Sanidad habría reportado 38.471 contagios en la provincia.

Visto con los ojos de febrero de 2020, todo lo ocurrido resulta difícil de creer, pero la población se ha ido adaptando a la nueva realidad. A lo largo de este tiempo, el COVID ha ido alternando el foco principal con otro secundario, ante la existencia de fases de menor acumulación de casos y la aparición de otros problemas de índole político o social de gran impacto. Basta el ejemplo actual de la invasión de Rusia contra Ucrania.

Aún así, de un modo u otro, el COVID nunca ha dado su brazo a torcer de un modo definitivo. En Zamora, la primera ola de la primavera de 2020 empezó a despedirse en mayo y dio paso a un verano en el que todo parecía conducir a un tránsito más llevadero hacia el final de la enfermedad. Pero nada más lejos de la realidad. La segunda ola del otoño y la tercera del invierno acumularon las mayores dosis de angustia y de letalidad para una población que tuvo que soportar medidas como los toques de queda o los cierres perimetrales hasta bien entrado 2021.

Alivio con las vacunas

La aparición de las vacunas permitió un alivio y redujo sensiblemente el riesgo para los distintos grupos de población, aunque Zamora arrancó el verano de 2021 con la cuarta ola, que se disparó después de San Pedro, y vivió un otoño de mano de la quinta, antes de que la sexta, casi sin solución de continuidad, pusiera a la provincia ante el escenario de contagios masivos de la variante ómicron.

Más de la mitad de los casos totales registrados en Zamora se ha producido en los últimos tres meses, lo que ofrece una idea de la capacidad de transmisión de esta nueva variante. La buena noticia en ese sentido es que la incidencia a mediados de enero era casi seis veces superior a la actual, por lo que resulta evidente que también esta ola va cayendo. Eso sí, nadie se atreve a pronosticar si este desplome del COVID será definitivo. El coronavirus ha enseñado a toda la sociedad a mostrarse prudente a la hora de hacer predicciones.