El origen de barrio del dos y pingada de la Semana Santa de Zamora

Los zamoranos despiden la semana de Pasión, marcada por la lluvia, con esta tradición culinaria

Dos y pingada.

Dos y pingada. / Alba Prieto

Zamora ha despedido su Semana Santa declarada de Interés Turístico Internacional y Bien de interés Cultural con la tradición gastronómica del 'Dos y pingada', un almuerzo del Domingo de Resurrección que desde los denominados barrios bajos se ha extendido a toda la ciudad.

Ese almuerzo típico ha estado marcado este año, como el resto de la Semana Santa, por la lluvia, que ha obligado a suspender la procesión de la Cofradía de la Santísima Resurrección de Zamora.

De La Horta a toda la ciudad

A esa cofradía está asociado el 'Dos y pingada', un plato compuesto por dos huevos fritos, dos lonchas gruesas de jamón a media curación pasadas vuelta y vuelta por la sartén y dos rebanadas de pan.

En la actualidad, ese menú típico de este domingo se sirve a la hora de comer en la mayor parte de restaurantes y establecimientos hosteleros zamoranos, pero en sus orígenes, a mediados del siglo XX, se ofrecía únicamente en los bares Oviedo y La Herminia, del barrio de la Horta que organiza la procesión de cierre de la Semana Santa de Zamora.

El hijo del propietario del primero de esos establecimientos y actual dueño, Santos Manjón, ha explicado a EFE que ese plato de huevos fritos con jamón lo comían al término de la procesión de la Resurrección los cargadores del paso del Jesús Resucitado en La Herminia y los costaleros de la Virgen del Encuentro en el Oviedo.

Plato típico del dos y pingada

Plato típico del dos y pingada / Alba Prieto

Un plato para coger fuerzas

Sobre el origen del nombre y del plato, ha indicado que, aunque no se conoce a ciencia cierta, el 'Dos y pingada' puede hacer alusión al número que marca con sus dedos el paso del Jesús Resucitado, que hace la uve de victoria, y al hecho de que los huevos fritos se pinguen con pan.

La contundencia del plato y sus ingredientes están también ligados a la finalización del periodo de abstinencia de comer carne de la Cuaresma y la Semana Santa.

Manjón ha reconocido que este año, con la lluvia, han sufrido alguna cancelación de reservas de mesa para comer el 'Dos y pingada' de gente que ha adelantado su regreso tras pasar la Semana Santa en Zamora, pese a lo cual un año más sirven raciones de ese plato típico desde las nueve y media de la mañana hasta las cuatro y media de la tarde.

Una renovada versión más contundente

En otro restaurante de los Barrios Bajos de Zamora, el Libertén, donde elaboran cientos de platos del 'Dos y pingada', han recordado que esa elaboración gastronómica típica ha pasado de ser un almuerzo de media mañana al plato principal de la comida y a él se le han añadido, para que tuviera "mayor contundencia", otros productos cárnicos como panceta, chorizo, morcilla o embutido.

En ese restaurante otros años el plato comenzaba a servirse justo cuando la procesión con la Virgen del Encuentro terminaba de pasar por delante del negocio hostelero, pero este año la lluvia ha impedido marcar ese comienzo simbólico y ha sido a partir de las nueve y media de la mañana cuando han empezado a prepararse los huevos fritos con jamón que triunfan el Domingo de Resurrección en Zamora.