Entrevista | María Ángeles García Hernández Autora del Manifiesto al Cristo del Amparo de Toro

"El Cristo del Amparo no tendría sentido sin las personas que lo rodean"

"Queremos tenerlo con nosotros de nuevo y volver a rezarle en su rincón, en su altar de la iglesia de la Trinidad"

María Ángeles García Hernández, autora del Manifiesto al Cristo del Amparo

María Ángeles García Hernández, autora del Manifiesto al Cristo del Amparo / Carmen Toro

- ¿Qué supone para usted pronunciar el Manifiesto ante el Cristo del Amparo?

Como feligresa de la Trinidad, para mí, es algo muy especial. Tiene un significado muy sentimental, lleno de sentimientos y de emociones. Cuando la presidenta de la cofradía me lo propuso, me supuso una ilusión grandísima y siempre, teniendo a mis mayores en el pensamiento y en el corazón.

- ¿Es cofrade el Cristo del Amparo?

No. Soy de muchas cofradías, siempre lo hago por colaborar. Me gustaría hacerme de ella y, posiblemente, este año, sí entre.

- ¿Qué vinculación tiene con el Crucificado?

Empecé a tenerle devoción a través de mi abuela porque era el Cristo de la parroquia y ha sido una imagen que nos ha acompañado a todos en la familia desde la infancia hasta ahora.

En una parte del Manifiesto digo como, cuando me marché del país, incluso, viviendo tan lejos (en Suiza), siempre esperaba los períodos vacacionales para bautizar a mis hijos bajo esos brazos y bajo la mirada de esos ojos.

- ¿Qué ha querido reflejar en su Manifiesto?

El sentido de pertenencia de la Trinidad, que es una parroquia muy grande y es una pena que esté cerrada. Un sentimiento de unidad y de sentirnos identificados con una parroquia grandísima que tiene tantísimas vivencias de la infancia, en la que ha habido tantísima vida, tantísimos niños y que ahora no puede quedar cerrada. Y esas calles recoletas por las que Él pasa, son sus calles, es su barrio. Reconozco que es una figura maravillosa de la escuela de Juan de Juni, pero él tiene su casa allí y, aunque desde el punto de vista artístico es fantástico, desde el sentimental y devocional, queremos tenerlo con nosotros de nuevo, volver a ir a rezarle allí, a su rincón, a su altar.

- ¿Qué recuerdos guarda de manera más especial?

El 14 de septiembre, con la Exaltación de la Cruz, cuando barríamos las calles y el Cristo pasaba por la calle Carrizos porque tenía su iglesia en Santa María la Nueva. Ahora, es como un rito, siempre pasa por esa calle y llega a Santa María la Nueva y hace una reverencia, como diciendo "esta fue tu casa y tienes que hacer tu parada". Son muchas vivencias desde niña y tantas cosas que la rodean, tanta gente que ya no está y que nos las transmitieron. Él, sin todas las personas que lo rodean, no tendría un sentido ni lo tendría si solamente fuera una figura artística. Hay mucho más. Detrás de esa belleza artística y de ese valor, están los corazones de la gente.

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