Opinión

Los dos guardias civiles, la familia de Valencia y la guerra

Tanto en Ucrania como en Gaza están muriendo abrazados padres e hijos, madres e hijas

Un palestino herido es ayudado por sus compañeros tras un ataque hebreo

Un palestino herido es ayudado por sus compañeros tras un ataque hebreo

Casi coincidiendo en el tiempo hemos vivido en España sendas tragedias especialmente dolorosas. Una el asesinato de dos guardias civiles en Barbate, cuando cumplían con su deber en la lucha contra el narcotráfico. Acrecentando ese dolor el que representando ellos al Estado, es decir a la fuerza, contaran con menos medios que los delincuentes. El desgarro lo pudimos, además de sentir, vivir al oír las declaraciones de la madre de uno de ellos y ver la reacción de la viuda del compañero.

También nos conmovió (a pesar de que murieron otras seis personas) la muerte de "la familia del incendio de Valencia". Porque el dolor se vio multiplicado al imaginar a una pareja muy joven con dos niñitos de tan solo 3 años y un recién, que asediados por un cúmulo de circunstancias aciagas, de mala suerte, vivieron un final angustiosamente trágico mientras se abrazaban tiernamente: la madre y el padre entre sí, y protegiendo a sus bebés, y estos, sin duda, llorando y abrazándose a quienes les querían con desesperación y sin fin.

Pues bien, deberíamos todos reflexionar sobre esto que todos hemos sentido, al afectarnos tan de cerca, para tratar de evitar que sea el pan nuestro de cada día en las actuales guerras.

Guerras evitables si nos oponemos a ellas, pues aunque nuestras democracias son imperfectas, si las calles se llenan de gente protestando, los gobiernos de turno se lo pensaran por miedo a perder sus poltronas.

La guerra es muerte, dolor y sufrimiento. Di no a las guerras que te pueden además llevar por delante. Y recuerda: querer que gane uno u otro bando es querer que haya guerra hasta que eso ocurra: por lo que puede llegar a la puerta de tu casa y ser ya tarde

Porque vamos a ver qué está pasando en dos de las guerras ahora vigentes. La de Ucrania y la del genocidio de palestinos en Gaza.

Tanto en una como en otra, están muriendo familias abrazadas, padres e hijos, madres e hijas. Cuando empiezan los bombardeos seguro que se abrazan igual que la familia de Valencia, con miedo, con un miedo pavoroso, para ver después quién de ellos, de esas familias, quedaron vivos, maltrechos o malheridos.

Este panorama se da en toda guerra, pero ahora y sobre todo en Gaza, con una crueldad inusitada por parte del atacante.

Estado, el de Israel, que se limita a hacer lo que se hace en todas las guerras, aunque se oculta para ocultar la villanía de los belicistas: matar civiles (lo que llamamos inocentes) a propósito y con el propósito de que sea el propio pueblo masacrado el que pida a sus jefes la paz sin condiciones, la supervivencia.

De igual manera en las guerras hay una desproporción en el uso de la fuerza, por lo que los militares de uno y otro bando no tienen las mismas probabilidades de salir con vida.

Las guerras tratan de tapar su crueldad estableciendo unas reglas del juego que tratan de ocultar que una guerra no es un juego, que una guerra es lo más cruel que puede sufrir un pueblo.

La llaman la Convención de Ginebra, y sus dos mandamientos principales son: Uno, que los prisioneros de guerra deben ser tratados con respeto, pero eso sí, a los oficiales mejor que a los soldados rasos, dejando claro que fueron los poderosos quienes establecieron esta leyes, ¡que todavía hay clases!

Y la otra distinción que hacen los que hicieron las leyes de las guerras y los que comulgan con ellas, se refiere a quienes son inocentes y por tanto deben ser respetados: los civiles.

Pero ¿Qué significa eso? ¿Que los soldados deben caer? ¿Por qué? ¿Para que acabe la guerra cuanto antes por la derrota de un bando? Pero ¿acaso los soldados quieren la guerra? ¿Acaso no les queda otra que obedecer? Porque que nadie se engañe, la tropa lucha a la fuerza: o para ganarse la vida o para no ser rechazado socialmente o para no convertirse en un traidor.

La guerra es muerte, dolor y sufrimiento. Di no a las guerras que te pueden además llevar por delante. Y recuerda: querer que gane uno u otro bando es querer que haya guerra hasta que eso ocurra: por lo que puede llegar a la puerta de tu casa y ser ya tarde.

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