Opinión | Sin cilicio

Juramento apócrifo de la alcaldesa de Zamora

No queda mal «cantar» esta «saeta literaria» aunque parezca fuera de fecha

ZAMORA. DESCENDIMIENTO CRISTO DE LAS INJURIAS

ZAMORA. DESCENDIMIENTO CRISTO DE LAS INJURIAS / JOSE LUIS FERNANDEZ

En el año 2008 llega el momento del Juramento del Silencio y Zamora cuenta con su primera alcaldesa (Rosa Valdeón). Ello supone que por primera vez una mujer va a dirigirse al Cristo de las Injurias.

Pues bien, con tal motivo, me inventé éste pregón, falso (apócrifo), osando ponerme en el pellejo de ella.

Y ahora que el papa comunista (por cristiano) ha dicho que todas las Semanas Santas del mundo van a estar en el mes de abril y se celebrarán a la vez, no queda mal «cantar» esta «saeta literaria» aunque parezca fuera de fecha.

«Señor, yo no soy digna de dirigirme a vos.

(Mas) me fuerzan las circunstancias y el sentido de mi deber

Señor, yo no soy digna de dirigirme a vos

Pero, como alcaldesa de Zamora aún consciente de que también represento a ciudadanos que no son de tu fe o no tienen, me debo a la tradición.

Señor, yo no soy digna de dirigirme a quien representa un cambio que fue revolucionario en la historia de la Humanidad

Señor, yo no soy digna de dirigirme a vos.

Hay personas, miles, en este rincón del mundo, con más derecho a hacerlo y tú lo sabes.

Señor, me siento violenta dirigiéndome a vos; (pues) soy la primera mujer que así lo hace en la historia de nuestra Zamora (y romper es duro).

Aunque, tú lo sabes Señor, que es precisamente desde este hecho, del de ser mujer, del cual estoy sacando las fuerzas para hacerlo.

Señor, no se si tenéis poder, o yo derecho, para pediros nada.

Mas, por favor, por piedad,

haced que cese la violencia machista que tanto dolor mete en lo más intimo de nuestras vidas, de tantas vidas.

Señor yo no soy digna de pediros nada para mi ciudad, cuando hay tanta miseria, destrucción y hambre en el mundo. Tanto dolor y sufrimiento.

Ni siquiera sé Señor, Cristo de las Injurias, si no estaremos injuriándote al pretender convertir estos actos en dinero mediante lo que llamamos turismo.

Señor, si tú puedes, perdónanos, porque tras 2000 años de vuestra venida al mundo y tras crucificaros, seguimos crucificando tantos valores: la justicia social, la libertad de las gentes, el derecho a la igualdad.

Seguimos crucificando, Señor, nuestra propia conciencia para ocultarnos que unos vivimos tan bien mientras otros, miles de millones, mal viven en la indigencia.

Señor, yo no soy digna de dirigirme a vos y por ello, como una más, sin ningún título ni derecho, os pido perdón, en mi nombre y en el de toda la Zamora creyente.

Y como símbolo de que necesitamos perdón, Señor, hacemos juramento de silencio

Un silencio que deje hablar nuestra mala conciencia, la conciencia de que no estamos en un mundo justo y poco hacemos para evitarlo.

Perdón, Señor».

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