GIMNASIA RÍTMICA

La creatividad de la zamorana Eva Juan Antón, del lápiz al tapiz

La gimnasta zamorana Eva Juan Antón, entrenadora del Club Mapecca, hace realidad los diseños de maillots que dibujaba de niña confeccionando algunos de los trajes para sus alumnas

La elaboración de cada traje le lleva unas treinta horas de trabajo en su pequeño taller casero en Villaralbo

Ha ido adquiriendo conocimientos de costura de forma autodidacta y en clases particulares con Mercedes Fonseca

La gimnasta zamorana Eva Juan Antón hace realidad los bocetos de maillots dibujados a lo largo de toda su vida, desde que era pequeña.

La gimnasta zamorana Eva Juan Antón hace realidad los bocetos de maillots dibujados a lo largo de toda su vida, desde que era pequeña. / ANA BURRIEZA

Durante las clases del colegio e instituto, siempre estaba dibujando en las hojas finales de sus cuadernos milenials de Ágatha Ruiz de la Prada. Parecía distraída y la mayoría de sus maestros se lo tomaban como una falta de respeto e interés hacia sus lecciones. “Así me concentro mejor”, trataba de justificar Eva Juan Antón ante las continuas regañinas de los profesores. El argumento era asumido como una excusa por los docentes, a excepción de uno, ya en la universidad: su profesor de Psicología. “Necesitas hacer otra tarea que te estimula para centrar la atención en lo que estás escuchando”, le esclareció. 

¿Pero, qué dibujaba? Las típicas pulseras de trenza, los juegos de barcos o las cuadrículas con boli BIC azul, —muy populares entre el resto de estudiantes—, no. Eva no pintaba, Eva diseñaba auténticos patrones de creativos maillots de gimnasia rítmica: con estampados de rayas, sin mangas, con lentejuelas, sin cristales, con transparencias… los coloridos bocetos son infinitos en sus libretas y no hay uno igual que otro, todos son distintos y originales.

Los cuadernos de Eva están llenos de coloridos bocetos, todos originales.

Los cuadernos de Eva están llenos de coloridos bocetos, todos originales. / ANA BURRIEZA

Gimnasta, entrenadora y diseñadora

Esta joven villaralbina, gimnasta desde los cuatro años, ha recopilado ahora en una especie de muestrario los cientos de diseños esbozados durante sus años de estudio en las aulas y ha montado un pequeño taller improvisado en el desván de su casa en Villaralbo para hacerlos realidad a modo de afición.

Algunos de ellos fueron estrenados en la última gala de fin de curso del Club Mapecca, equipo en el que ha competido durante veinte años y en el que también ejerce de entrenadora.

Uno de los más llamativos fue el reluciente conjunto infantil de color azul y dorado, repleto de pedrería e inspirado en un tatuaje de la cantante Rihanna basado en la cultura egipcia. No faltaba ningún detalle: una diosa sujetando el disco solar alado en el pecho, la cruz ansada y el ojo de Horus en los brazaletes, las pirámides en los puños, los dioses Anubis y Bastet en la espalda, y hasta las iniciales de las niñas.

Detalles del maillot de temática egipcia repleto de cristales, pegados uno a uno con el aplicador de calor

Detalles del maillot de temática egipcia repleto de cristales, pegados uno a uno con el aplicador de calor / ANA BURRIEZA

"Ahora traslado los dibujos en papel a Photoshop en el ordenador para ver cómo queda mejor"

Treinta horas de trabajo por cada malla

Cada uno de los cientos de cristalitos, conocidos como strass, fue cosido o pegado en cada malla, uno a uno, por Eva. Cada conjunto lleva más de 30 horas de trabajo detrás. En función de la canción elegida para los ejercicios, Eva se inspira y comienza el proceso de diseño. Primero a lápiz y luego a ordenador, donde traslada los patrones en papel para probar distintas combinaciones: “Dibujo los patrones en Photoshop para ver cómo queda mejor: en esta malla probé con los cristales en rosa y en azul, y al final acabaron en blanco”, ejemplifica.  

Eva usa Photoshop para probar distintas combinaciones en sus diseños y ver cuál queda mejor.

Eva usa Photoshop para probar distintas combinaciones en sus diseños y ver cuál queda mejor. / ANA BURRIEZA

“Una vez elegido el diseño, cojo las medidas a las niñas y silueteo el patrón base de la malla. Dibujo las piezas de la parte delantera y de la parte trasera y las uno a la licra”, explica. El pequeño taller está lleno de cajas de almacenaje con pinturas de tela, forros, tul elástico, gomas, hilos de colores, lentejuelas, cristales, una plancha, papel de horno, una remalladora, una máquina de coser, una especie de pistola aplicadora de strass y muchos artilugios más. “Esta minitabla de planchar me la hizo mi padre a medida para estirar bien la licra y que no se me quemen las mallas, mi mayor miedo”, cuenta entre risas. 

Cristales de adorno o "strass" empleados para decorar las mallas y darle brillo.

Cristales de adorno o "strass" empleados para decorar las mallas y darle brillo. / ANA BURRIEZA

Un diseño adaptado al "código"

El diseño es libre, aunque debe estar sujeto al código de puntuación, o sea, a la normativa que cambia cada ciclo olímpico: "El maillot debe ser todo de una sola pieza, no se aceptan complementos como cinturones, guantes o calentadores, las faldas ahora están permitidas, pero no tienen que tener aspecto de tutú de ballet —recita Eva, quien se sabe las reglas al dedillo—, también el color que cubre las piernas no puede ser diferente en cada pierna, tiene que ser idéntico porque el look arlequín está prohibido ya que distorsiona el movimiento de la cadera a la hora de ser valorado por el jurado”, prosigue.

Eva Juan Antón muestra algunas de las mallas de gimnasia realizadas de forma amateur en un improvisado taller habilitado en el desván de su casa.

Eva Juan Antón muestra algunas de las mallas de gimnasia realizadas de forma amateur en un improvisado taller habilitado en el desván de su casa. / ANA BURRIEZA

Esta costurera amateur comenzó de forma autodidacta, “sin tener ni idea de coser”, sacando los primeros patrones con la ayuda de una vieja malla suya o pintando con el aerógrafo sobre un antiguo bañador. Fue preguntando las primeras dudas a la madre de una amiga y en los últimos años se apuntó a clases particulares de costura con Mercedes Fonseca. “Primero me enseñó los elementos básicos de patronaje, luego empecé a hacer prendas fáciles y luego seguí con las revistas Burda”. ¿Su motivación? El disfrute del proceso creativo, los resultados y las felicitaciones de los familiares de las niñas. “Hace poco estábamos en un pabellón con luz natural, pero cuando encendieron los focos, todas las mallas empezaron a brillar”, tanto como su creatividad.

Hilos y lápices de colores, retales, licra, gomas, pinturas de tela... el taller está lleno de material para confeccionar los trajes.

Hilos y lápices de colores, retales, licra, gomas, pinturas de tela... el taller está lleno de material para confeccionar los trajes. / ANA BURRIEZA

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