Los viticultores de La Culebra buscan la excelencia con nuevas técnicas enológicas

La Diputación de Zamora financia acciones formativas que se celebrarán en Riofrío y dirigidas a los bodegueros que aspiran a lograr la Denominación de Origen

Recolección de uva familiar en San Blas. | Ch. S.

Recolección de uva familiar en San Blas. | Ch. S. / Chany Sebastián

La comarca natural de Aliste, Tábara y Alba da un nuevo y firme paso a nivel de viticultura y enología para, sin prisas pero sin pausas, lograr la Denominación de Origen Sierra de la Culebra para los vinos producidos dentro de este ecosistema y paraíso natural rico en su biodiversidad de fauna y flora.

Una tierra sobradamente conocida por la producción de auténticos manjares agroalimentarios como las setas, moras y castañas y entre los que destaca como buque insignia la Indicación Geográfica Protegida Ternera de Aliste.

Como hoja de ruta para este año, la Asociación de Vinos y Viñas Sierra de la Culebra ha programado para los próximos meses un ciclo formativo sobre viticultura y enología que cuenta con el apoyo financiero de la Diputación de Zamora y el Ayuntamiento de Riofrío de Aliste (Tradición Viva), localidad donde tendrán lugar las sesiones, mas concretamente en su centro social a lo largo de nueve sábados.

La primera cita tendrá lugar el ya próximo 10 de febrero para comenzar con el análisis de la viticultura de la zona: fisiología de la vid y prácticas de poda. El día 17 del mismo mes se abordara el tema del suelo y abonado y la elaboración de vinos tintos y rosados y sus correspondientes catas.

Ya en marzo, el día 16, turno para centrase en las plagas de la vid y en la elaboración de vinos tintos en barrica y su cata. El sábado siguiente tiempo para abordar las enfermedades de la vid y la elaboración de los vinos blancos y su cata.

Se continuará el día 6 de abril con las labores de bodega: trasiego, la fermentación maloláctica y filtración. El módulo de inicio a la cata y defectos del vino le seguirá en el calendario, y para el 18 de mayo están programadas las operaciones en verde y el embotellado del vino. Ya en pleno verano, el día 10 de agosto, habrá cita para conocer la madurez de la uva y la preparación en bodega. Una vez llegado el otoño se continuará en el mes de noviembre, el 16 con la plantación, patrones, técnicas y variedades; y el 23 con la formación en cata de vinos.

La formación práctica y teórica correrá a cargo de Santiago Castro González, ingeniero superior agrónomo y máster en enología y viticultura que actualmente es el director técnico de la Denominación de Origen de Toro, el cual ha impartido docencia en cursos de sumilleres en Castilla y León y País Vasco.

Las vides de la Culebra situadas en Figueruela de Abajo. | Ch. S.

Las vides de la Culebra situadas en Figueruela de Abajo. | Ch. S. / Chany Sebastián

Aliste fue antaño tierra uvas y viñedos con la particularidad de que cada familia solía tener una viña de mayor o menor tamaño, según su pudiencia económica, para producir uvas y vinos siempre para el autoconsumo.

Los "casados casa y viña quieren" sentenciaba el refrán alistano ya en el siglo XIX. El novio acudía a la pedida de mano con la capa parda prestada por su abuelo. El día de la boda estrenaba la suya propia. Los padres contribuían con una vaca los maternos y otra los paternos para su primera Pareja con la que arar, trillar y tirar del carro.

Al tratarse de familias numerosas (con muchos hijos) y en las partijas no haber para todos, una de las prioridades era plantar la viña propia. Las vides bravas o injertas solían llegar de Galicia bien por encargo a través de la Vereda Real de Galicia, paso de los gallegos a Castilla, o yendo a comprarlas a la romería del Cristo de Marzo en San Vitero.

Entre los primeros viñedos estuvieron los de los frailes observantes que custodiaban a la Virgen de la Salud en su primitivo convento de Santa María entre El Poyo y Viñas. Los viñedos existentes en la zona son pequeñas extensiones plantadas en vaso que se han venido utilizando para proveer de vino a la propia familia.

Solana al abrigo del viento

Generalmente los viñedos de Aliste, Tábara y Alba están ubicados en llanuras o semillanuras o en zonas soleadas al abrigo del viento del norte. Como claro ejemplo está el paraje las viñas de Valer, justo junto al pueblo y hoy ya sin ninguna viña, una ladera donde le da el sol todo el día y con la colina protectora, a la brigada, pero separada unos tres cientos metros del río Frío libre de las heladas. La diferencia térmica en Valer puede llegar en verano hasta a 2 y 3 grados de estar a la orilla del río a las casas de las viñas.

Los viñedos alistanos fueron plantados en tiempos donde se aprovechaba el terreno al máximo y el laboreo se hacia con el arado romano tirado por vacas o burras. Debido a ello el marco de laboreo es muy estrecho y no permite el uso de maquinaria agrícola con lo cual mayoría de los trabajos se siguen haciendo de manera manual.

Tradicionalmente en la zona las variedades predominantes eran las de mencía, tempranillo y garnacha y en alguno caso también de palomino fino. Otras alternativas han sido las syraz, verdejo, bruñal, merlot, viura o cabernet que se adaptan a la climatología y al terreno: "Debido a que generalmente son viñedos antiguos y a las características propias de la zona y del suelo, la producción suele ser baja".

La Asociación de Viñas y Vinos Sierra de la Culebra, presidida por Rubén Gago de Riofrío, agrupa los viticultores de la comarca natural de Aliste, Tábara y Alba, situada entre la serranía de la que toma su nombre y La Raya de España y Portugal, hasta el río Duero por el sur, cuyos bodegas producen "unos vinos artesanos de calidad que reflejan el lugar donde han crecido las uvas, respetando nuestro medio ambiente y una tradición vitivinícola heredada".

Todos los productores "que actualmente operamos en la zona seguimos una misma filosofía: la de hacer vinos que reflejen la tierra donde la uva ha crecido a lo largo de siglos, manteniendo una viticultura y vinificación mínimamente intervencionistas con el objetivo de que el saber atesorado a través de generaciones se traslada al vino". Fruto de las características climatológicas de la zona los vinos resultantes son frescos, aromáticos, con un paso por boca suave y elegante y un carácter único que sin duda refleja el área en la que han crecido y madurado.

En la Sierra de la Culebra hay actualmente ocho bodegas en Figueruela de Abajo, San Blas, Ferreruela, Sejas, Riofrío, Fradellos y Sarracín. La Diputación de Zamora financiará los estudios técnicos necesarios para complementar la documentación requerida para intentar obtener el reconocimiento de la Denominación de Origen para los vinos que se elaboran en la zona.

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