José Prieto, toda una vida en Zamora con pasión por la ebanistería

Con 92 años este vecino de Puebla baja todos los días al taller para seguir con su afición de diseñar muebles de maderas nobles

El artesano José Prieto Velasco y su mujer, Sole Centeno Rodríguez, en el taller tradicional en el que se afana en fabricar muebles y piezas de maderas nobles en el corazón de la comarca de Sanabria. | Araceli Saavedra

El artesano José Prieto Velasco y su mujer, Sole Centeno Rodríguez, en el taller tradicional en el que se afana en fabricar muebles y piezas de maderas nobles en el corazón de la comarca de Sanabria. | Araceli Saavedra / Araceli Saavedra

A sus 92 años, José Prieto Velasco, baja todos los días al taller de carpintería en Puebla donde da rienda a su pasión por la ebanistería, elaborando mobiliario de todo tipo para su casa.

Su mujer, Sole Centeno Rodríguez, nacida en Lobeznos hace 82 años, está pendiente de que no se le pasen las horas y se olvide de ir a comer. Este taller es su refugio tras recorrer la geografía española ejecutando obras como el edificio de la IBM en Madrid, la central nuclear de Cofrentes en Valencia o la térmica de Velilla en Palencia. Pero su pasión no era el hormigón, sino la madera. Y a su edad aún le queda por hacer "todo lo que dejé pendiente de hacer en la mili" dice con gracia.

José Prieto, toda una vida con pasión por la ebanistería

José Prieto, toda una vida con pasión por la ebanistería / Araceli Saavedra

Las herramientas manuales comparten espacio con las herramientas eléctricas: niveles escuadras cinceles, lijas, formones, martillos. Todo en orden y en perfecto estado de uso. Plantillas, diseños, fotos de los muebles que ha fabricado durante décadas con cola y sin clavos no tornillos, como la vieja escuela. En estos momentos encola una silla que está fabricando para casa. No puede dejar la tarea para el día siguiente porque la cola se hiela y se estropea. Sole baja al taller a ver por qué tarda en subir a casa. Y allí está, a la faena. Muestra un gramil hecho a mano para marcar en las tablas.

José Prieto, toda una vida con pasión por la ebanistería

José Prieto, toda una vida con pasión por la ebanistería / Araceli Saavedra

José nació en el año 31 en la segunda República, y recuerda que con 8 años comenzó encolando sillas en Puebla "y desde entonces no he parado". Su abuelo fue carpintero pero el oficio lo aprendió fuera, observando a los carpinteros y con el reto personal. Con 15 años empezó a trabajar en el sistema de presas de Moncabril, en el pueblo de Ribadelago "a mí no me gustaba la vida en los barracones" y "fue el aparejador el que me echó la mano".

El empresario con el que trabajaba era Pedro Calero y luego entró en el grupo Entrecanales y Tabora donde empezó de oficial de primera de construcción, para pasar a ocupar el puesto de encargado y jubilarse en la categoría de mandos intermedios. En el año 1975 ya estaba al mando de 50 encofradores trabajando en Cofrentes. José y Sole incluso fueron a Venezuela a trabajar.

José Prieto, toda una vida con pasión por la ebanistería

José Prieto, toda una vida con pasión por la ebanistería / Araceli Saavedra

Aunque hubo algún salto generacional en la profesión, su abuelo fue carpintero y su padre recordaba haber oído al abuelo hablar del bisabuelo que también hacía sus cosas de carpintería. No tuvo un maestro pero sí se fijaba en el trabajo "y yo tenía que hacerlo mejor". Cuando ingresó para hacer el servicio militar, le quedaba un mes para cumplir los 21 años, le preguntaron por la profesión. "Ebanista". Y el brigada contestó "todos sois carpinteros" dudando del oficio. A los dos días le encargaron arreglar una cama y tuvo que demostrar que realmente era carpintero. Esa fue su prueba en el 45 de Artillería en Calatayud, en Aragón.

Con 15 años vio la primera máquina de cortar y al llegar al taller militar "allí estaba la misma máquina que yo conocía". Recuerda otro encargo, arreglar el pasamanos de madera de una escalera de forja. José sonríe visualizando a aquellos soldados bajando la escalera deslizándose sentados en el pasamanos.

José Prieto, toda una vida con pasión por la ebanistería

José Prieto, toda una vida con pasión por la ebanistería / Araceli Saavedra

Comedores, mesas, sillas, armarios, taburetes, paragüeros, un sinfín de mobiliario que ha trabajado con esmero. Una de las piezas, un recibidor torneado en maderas nobles, estuvo a punto de ir a una exposición en un conocido establecimiento de Madrid que pagaba 7 millones de pesetas por la obra de arte. Y su mujer dijo que no se lo llevaban porque se quedaba sin él "porque no le gusta repetir". Entre los motivos ornamentales José le dedicó unas espigas de centeno en honor al apellido de su compañera de vida.

Su casa se viste con maderas de nogal, castaño, haya, cerezo y las labores de hilo que hizo la madre de Sole. Ella prefiere hacer punto a hacer labor de ganchillo.

José Prieto, toda una vida con pasión por la ebanistería

José Prieto, toda una vida con pasión por la ebanistería / Araceli Saavedra

Hace años un enorme castaño dormía en el garaje de la casa a la espera de que fuera apto para trabajar. La proporción era "un centímetro por año, si el tablón tiene 7 centímetros, tarda 7 años" y con el cuidado de que no se deforme. El enorme castaño ya cumplió con su finalidad, ser un mueble para la familia.

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