Muga recupera la carrera de cintas con caballos tras el declive de las burras

Losacino mantiene en las fiestas el juego de las chapas, en el que los vecinos lanzan una moneda y apuestan "caras" o "flores"

Participantes en la carrera de cintas a caballo de Muga de Alba. | Ch. S.

Participantes en la carrera de cintas a caballo de Muga de Alba. | Ch. S. / Chany Sebastián

El Ayuntamiento albarino de Losacino (Muga, El Castillo y Vide) recupera y mantiene vivas unas tradiciones que se han ido perdiendo con el paso de los años y son ya una auténtica reliquia en la comarca natural y fronteriza de Aliste, Tábara y Alba. Las nuevas generaciones toman el relevo para poner en valor y no perder las tradiciones heredadas como oro en paño de sus ancestros.

Coincidiendo con las fiestas de otoño, Muga de Alba ha puesto en valor la carrera de cintas que desde finales del pasado siglo XX, por diferentes circunstancias, no se vivía utilizando animales como montura, como siempre se hacía antaño.

En sus orígenes, según los propios vecinos, las cintas se corrían utilizando las burras de la raza autóctona zamorana-leonesa: en cada casa había al menos un ejemplar adiestrado como medio de transporte, ya fuera por el pueblo o para ir a las ferias de Carbajales, Losacio o Fonfría; y, cómo no, para las labores del campo o llegada la hora para correr las cintas en la fiestas de la Virgen de la Merced. Sin embargo, las pura sangre de asnal fueron arrastradas en su caída por el éxodo rural y la despoblación galopante, unidas al abandono progresivo de la actividad agroganadera: los jóvenes emigran y los mayores se van jubilando. Ley de vida.

Las cintas de colores se cuelgan de un cajón y cada una de ellas lleva escrito un premio. Los jinetes tienen que pasar a cierta velocidad intentando coger una de las cintas metiendo un lapicero por la arandela.

Llegado al siglo XXI la carrera de cintas se mantuvo de una manera muy peculiar: utilizando bicicletas, cosa que se ha mantenido también este año, pero sólo por los niños y las niñas.

Llegados a 2023 los vecinos de Muga de Alba, muy en particular los más jóvenes, decidieron que había llegado la hora de devolver todo su esplendor a la carrera de cintas. Con las burras de pura sangre en peligro de extinción se optó por primera vez por los caballos y el éxito ha sido rotundo, con lo cual ya se mantendrá la tradición en años sucesivos. Los caballistas fueron Ramón Romero, Miguel Martín, Víctor López y Javier Tascón.

En 2014 se fundó la asociación cultural Muga de Alba y está presidida por Víctor López. Se ha convertido en la auténtica dinamizadora de la vida cultural del pueblo, alma, corazón y vida en la recuperación de tradiciones. Gracias a ella se recuperó también la fiesta de Santa Eulalia de Mérida, patrona del pueblo, en diciembre.

Las cintas de colores se cuelgan de un cajón y cada una de ellas lleva escrito un premio. Los jinetes tiene que pasar a cierta velocidad intentando coger una de las cintas metiendo un lapicero por la arandela de la cinta. Una vez finalizada la carrera se repartieron las cintas en función de las que había logrado recoger cada uno de ellos.

Emigración y despoblación

Carrera de cintas en Muga de Alba este año. | Ch. S.

Carrera de cintas en Muga de Alba este año. | Ch. S. / Chany Sebastián

La provincia de Zamora cuenta allí con el único municipio donde no coincide la localidad que le da el nombre (Losacino) con la que acoge la Casa Consistorial (Muga). Actualmente cuenta con 203 empadronados (112 varones y 91 mujeres). En 1900 Losacino, Muga, Vide y Castillo de Alba tenían 778 vecinos, subiendo hasta los 820 en 1910. La primera emigración causó estragos y comenzó un descenso en las décadas de los diez y veinte, iniciando la recuperación durante la Guerra Civil y en los años cuarenta hasta situarse con 902 habitantes allá por 1950.

Castillo de Alba, que comenzó el siglo con 18 habitantes, es actualmente con sólo 3 habitantes el pueblo con menos población de Aliste, Tábara y Alba. La localidad con más residentes es Muga con 142, seguida de Losacio con 59 y Vide con 19.

Losacino y las chapas

Bailes regionales como parte de las fiestas patronales. | Ch. S.

Bailes regionales como parte de las fiestas patronales. | Ch. S. / Chany Sebastián

En Losacino de Alba las fiestas patronales en honor a la Virgen del Rosario volvieron a contar con el tradicional juego de las chapas, una costumbre que en la comarca se mantiene unidamente en Alba (Carbajales, Muga y Losacino), donde los participantes, dependiendo de la suerte y la diosa fortuna puede ganar o perder su dinero en metálico.

Según los participantes es un juego de azar donde se utilizan dos monedas que por un lado tiene la cara y por otro las flores: "Se lanzan las monedas al aire y dependiendo si salen caras o flores ganas o pierdes el dinero apostado".

El juego de las chapas atrae gente principalmente de la zona de Alba, Aliste, Tierra del Pan y Tábara, pero también incluso llegan jugadores de fuera de la provincia de Zamora.

La chapas o "charpas" es un juego de azar donde se apuesta dinero a la posibilidad de que salgan dos caras o dos cruces (lises). Originariamente se jugaba con las llamadas "perras gordas" (monedas de 10 céntimos con la figura del rey Alfonso XII) en cuyo reverso se trazaba la cruz (flor de lis). Hay quien defiende que esta tradición, en muchos lugares propia de la Semana Santa, tendría su origen en el hecho de cuando los soldados romanos se jugaron a c ara o cruz la Santa Túnica de Jesucristo tras ser Crucificado. Francisco Franco prohibió este juego aunque se siguió jugando.

Realidad o leyenda se afirma que a las chapas se llegaron a jugar no solo capitales (tierras y otras propiedades), cosa cierta, sino incluso las mujeres hijas.

El Juego de las chapas está regulado actualmente en Castilla y León mediante Decreto del día 23 de enero de 2002 prohibiendose las apuestas que no sean en metálico (dinero).

Las monedas, antes de lanzarse se junta cruz contra cruz. Si sale una cara y otra cruz, ha de repetirse hasta que salgan dos caras o dos cruces. El corro circular lo organiza el "baratero".

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