La vida vuelve a las aulas abandonadas en la Zamora rural

Palabras y tiento es el taller que ha creado una periodista zamorana con el que quiere llenar las escuelas rurales

Diferentes momentos durante el desarrollo del taller «Palabras y tiento» en las escuelas de San Cebrián de Castro.

Diferentes momentos durante el desarrollo del taller «Palabras y tiento» en las escuelas de San Cebrián de Castro. / Cedidas por Cristina García

Sandra Bueno Fernández

«Palabras y tiento» es el nombre elegido para los talleres de escritura que organiza la periodista zamorana Cristina García Casado, natural de San Cebrián de Castro, el lugar escogido para inaugurar este proyecto. Un curso que se celebró en el colegio de la localidad con la intención de «llenar las escuelas de los pueblos».

La vida vuelve a las aulas abandonadas

La vida vuelve a las aulas abandonadas / Sandra Bueno

Cristina García afirmó «estar muy contenta con el resultado», sobre todo por poder ser partícipe de como «los alumnos han visto que pueden hacerlo, que pueden contar historias», siendo una de las misiones que se propuso antes de embarcarse en este proyecto. Las aulas de este pueblo no cuentan con esa alegría que desprenden los niños, cuando en 2009 sus puertas quedaron cerradas. Ahora algunas de sus habitaciones se han convertido en un tanatorio.

Este proyecto, que comenzó a idearlo cuando estaba de corresponsal en EE.UU., va a tener continuidad, «la idea es llevarlo por la provincia y a cualquier lugar de la España vaciada» y que pueda participar todo el que quiera, «que sea intergeneracional». Además, estas actividades ayudan mucho a las personas «ya que hay gente en los pueblos y las ciudades que están solos». Por ello, quiere seguir con estas actividades «durante todo el año», y como los grupos son bastante reducidos «pueden realizarse hasta en los pueblos más pequeños».

Durante los tres días que duro el taller, «las sesiones necesarias para que una actividad de este tipo funcione» expuso Cristina, los participantes escribieron sobre historias cuya temática fuera la escuela, algo que todos los participantes tienen en común, aunque en diferentes épocas. Los alumnos tenían edades comprendidas entre los 10 y los 70 años, algo que se llevó de forma muy natural y que «era como tener una comparativa década a década, que para mí como periodista fue muy enriquecedor». Los participantes lo describen como una «experiencia única y agradable», que al estar con personas de diferentes edades «sirve también para abrir la mente».

La pasión de esta periodista es su profesión, y a través de este proyecto quiere contribuir a realizar actividades culturales «con lo que se hacer, escribir, así como también, ayudar a dinamizar los pueblos» que en ciertas épocas del año se encuentran casi vacíos. Su fuente de inspiración como periodista «han sido mis abuelos, siempre contado historias».

Este taller se ha llevado a cabo «gracias a la colaboración de la Asociación cultural Castrotorafe». Un proyecto que solo comienza aquí, y ahora es momento de «abrir la agenda y contactar con ayuntamientos, asociaciones, museos e incluso bibliotecas que se han puesto en contacto y que quieren llevar el taller a sus localidades», además ya está pensando en diferentes ideas para seguir adelante, a través de su próxima página web «que está en proceso» o de las redes sociales.

Para finalizar esta actividad, los participantes «aunque muchos quieren repetir» deberán escribir un texto que junto con el relato que Cristina García escriba sobre el taller «vamos a publicar una pequeña revista con todos ellos».

La palabra es el medio para contar historias, lo que convierte a «la escritura en un vehículo muy potente», como lo describió Cristina García.

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