Los bailes "pasan" de la Nacional 122, en Alcañices

Alcañices ha honrado, como manda la tradición cada 15 de agosto, a Nuestra Señora la Virgen de la Asunción con una jornada marcada por la masiva presencia de vecinos, emigrantes y foráneos de España y Portugal que le convirtieron seguramente en el día con más actividad y concurrencia de personas en todo el año.

La normalidad, ahora sí, ha regresado para quedarse y los festejos de Alcañices son el mejor ejemplo para demostrarlo. Residentes y turistas, niños, jóvenes y mayores disfrutando a cada descubierta y a corazón abierto de la movida alistana diurna y nocturna de rezos y procesiones, danzas y folclore, gastronomía de alto standing y unos buenos cubatas bajo la luz de la luna.

No solo hay fiesta por la noche: durante la mañana son muchos los alistanos y trasmontanos que aprovechan para ir a la Villa a darse una vuelta disfrutando también de los bares y de su oferta gastronómica. Al pasarse por Alcañices para muchos es ya una tradición, aparte, comprar los exquisitos "borrachos" o degustar los siempre apetitosos churros con chocolate. Cada bar es un templo de culto a al arte culinario de las tapas alistanas.

La "Iglesia de Arriba" acogía la santa misa en honor a Nuestra Señora la Virgen de la Asunción dentro, del antiguo e histórico recinto amurallado declarado Bien de Interés Cultural. Tras los rezos la actividad festiva se trasladó a la Plaza Mayor donde los protagonistas fueron los más pequeños con el lanzamiento de las granadas japonesas.

Tarde taurina con el toro de cajón "Lumbrero" de la ganadería de José Luis Mayoral en el primer encierro en la calle San Andrés donde también se soltaron dos vaquillas. Miguel-Cacia animó el cotarro con los éxitos del pop español del presente y del pasado.

La Plaza Mayor pasa a dormir el sueño de los justos dejando de acoger las verbenas populares que allí se han venido celebrando durante siglos: hasta el 17 de agosto de 2022. El elevado tránsito de camiones (trailers de transporte internacional) por la Nacional 122 que la cruza, formando parte de ella, con un alto riesgo de accidentes, ha llevado este año al traslado obligado de los bailes nocturnos a la Plaza Alcalde Tomás Carrión.

La nueva ubicación, además de más amplia, permite a los verbeneros disfrutar bailando, escuchando música o con los toros de fuego, pues se instala el escenario de espaldas a la calle Pérez Marrón y la zona del baile se extiende hacia lo que antaño era Plaza las Moreras con continuidad hacia la ancha y larga calle San Andrés. Ayer actúo la orquesta "Princesa" de Salamanca y el lunes lo hizo "Malibú Show" de Benavente con una masiva presencia de festajeros. Por delante quedan las actuaciones del grupo "Radar" de León hoy y de "La Reina Show" de Burgos que actuará mañana.

La jornada de mañana, 16 de agosto y día grande de las fiestas alcañizanas, se abrirá a las 12 de la mañana con la actuación en la Plaza Mayor de los pauliteiros de la vecina aldea trasmontana de Sao Martinho de Angueira (concelho de Miranda do Douro). Media hora despumes tendrá lugar la misa y procesión en honor al patrono San Roque amenizadas por los pauliteiros de Sao Martinho de Angueira los cuales recuperarán así una tradición que iniciaron siglos atrás sus ancestros: Alcañices y Sao Martinho son pueblos rayanos entre sí. Luego habrá granadas japonesas para los más pequeños.

A las 17 horas habrá parque de hinchables por cortesía de Caja Rural de Zamora. El torneo de tajuela se disputará en la urbanización de Crispín. El Auditorio acogerá a las 20 horas el sainete "Ganas de Reír" que servirá como prólogo a la fantástica representación teatral a cargo del "Grupo los de la Villa" que pondrán en escena "La Jugada de la Abuela". Para comenzar la noche, a las 22.45 horas, boleros en la Plaza Mayor con el "Dio Nadal". Completarán la jornada la verbena popular con "Radar" y los tradicionales toros de fuego en el descanso.

Las Ordenanzas Municipales de la Villa de Alcañices aprobadas el 14 de septiembre de 1907 (en vigor en las fiestas de 1908) fueron las primeras en regular la celebración de actos públicos y festejos en "La Raya" de España y Portugal donde eran habituales las reuniones nocturnas al calor y la luz de la lumbre como las hilanderas. Bajo la denominación de espectáculos públicos y salas de reunión se comprendían los teatros, circos, plazas de toros, salones de conciertos y baile y en general todo aquel local donde se celebrarán funciones diaria o periódicamente y los que con igual objeto se formaban por sociedades para el entretenimiento, solaz y recreo de un número mayor de personas al que las costumbres sociales de la vida privada pudieran permitir.

A nivel de prohibiciones, variopintas, destacaban algunas como "producir ruidos, dar gritos y proferir expresiones que puedan ofender la decencia y alterar el buen orden, sosiego y diversión del público". Desde el momento que se levantara el telón los concurrentes "permanecerán sentados y descubiertos, quedando prohibido a los actores dirigirse a nadie del público y a éste hacerlo a su vez a los actores". Los bailes que se celebrasen por el día en los paseos y en la vía pública. "Terminaran necesariamente al anochecer o al toque de oración, siendo responsable de la multa correspondiente el organillero, músico, gaitero o tamborilero que siga tocando". Para que pudiera continuar el baile o verificarlo por la noche se necesitaba la licencia previa de la autoridad local: "Se prohíbe ejecutar acciones indecorosas".

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