Infraestructuras

El restaurador paciente de Benavente

Cinco meses de trabajo, 70 piezas sustituidas, y un complejo traslado: así ha sido la minuciosa labor de Eloy Esteban para reubicar el mosaico de La Veguilla de Coomonte en la Plaza del Grano

El restaurador del mosaico de La Veguilla, Eloy Esteban Villar.

El restaurador del mosaico de La Veguilla, Eloy Esteban Villar. / J. A. G.

Ver trabajar a Eloy Esteban Villa (Barakaldo, 1967) con el sol de agosto cayendo a plomo sobre la plaza Mayor podía resultar un suplicio para cualquier curioso con un mínimo de empatía. Día tras día, de rodillas sobre el mosaico de La Veguilla, fue extrayendo todas las piezas mientras en su taller de Revellinos anotaba en una plantilla cada pieza extraída, cada junta, cada material cortado. Quitar, trasladar y reponer respetando el original. De eso se trataba.

Cinco meses después, ayer, Eloy terminó de aplicar un tratamiento hidrófugo al mosaico del que careció inicialmente. Está completamente montado en la plaza del Grano, su nueva ubicación. El martes la arquitecta municipal lo supervisará para consumar la recepción. Ha sido un trabajo duro. Ha requerido una cirugía precisa de extracción primero y de montaje después. Una labor de relojero. Eso parece.

"La verdad es que no ha sido fácil, pero es lo que me esperaba. No me ha salido ni peor ni mejor. Me lo esperaba así y, bueno, creo que se me ha dado bien", explica sonriendo.

Eloy Esteban posando junto al mosaico de José Luis Alonso Coomonte en la plaza del Grano.

Eloy Esteban posando junto al mosaico de José Luis Alonso Coomonte en la plaza del Grano. / J. A. G.

No es para menos. Cuando la anterior administración municipal le encargó el trabajo se encontró con que el mosaico de José Luis Alonso Coomonte estaba muy deteriorado. "Yo les dije: dos años más y no hubiera podido hacer nada. Tenía un deterioro muy grave".

Cinco meses de trabajo y 70 piezas sustituidas resumen el tiempo y el material sustituido. Se dice rápido y fácil pero la labor ha sido ingente. "Por encima del mosaico pasaron los camiones de la fruta del mercado cada jueves, también coches. Aparte del paso del tiempo y de los vehículos, el agua de lluvia, y los hielos que lo reventaron, han influido. Lo más difícil ha sido cambiar las piezas. Acortar las que estaban dañadas, hacer otras igual y meterlas sin que se note demasiado la unión y luego envejecerlas. También el traslado ha sido complicado. El cortar allí todas las piezas para trasladarlas aquí", explica.

Nos planteamos varios sitios donde ponerlo. Uno de ellos fue el toril, en un pequeño jardín con un círculo. Finalmente se optó por esta plaza. El mejor sitio, que lo decidió el alcalde Luciano Huerga, fue aquí, y yo creo que acertó. Para mí ha sido un acierto

Eloy Esteban lleva décadas dedicado a la restauración. El año pasado se pasó todo el invierno en Llodio (Álava) renovando una marquesina. Ha restaurado una fuente luego inaugurada por el rey, esculturas, y creado piezas para edificios en distintos puntos de la geografía nacional, desde Fuentes de Ropel a la Gran Vía madrileña. El encargo del Ayuntamiento benaventano se encuentra entre sus hitos.

"No he querido cambiar todas las piezas porque hay alguna que podía cortar y meter alguna nueva, pero en algunas partes he querido dejarlo para que se vea que es restauración, que no es nuevo. Yo respeto lo que ha hecho Coomonte. Lo dejo tal cual y por ello hay algunas piezas dañadas, para que no dé la impresión de que está perfectamente nuevo, sino que se trata de una restauración que respeta completamente el original", relata.

Eloy Esteban supervisando el tratamiento hidrófugo en el mosaico.

Eloy Esteban supervisando el tratamiento hidrófugo en el mosaico. / J. A. G.

Lo cierto, confiesa, es que llegó a valorar hacerlo completamente nuevo. "No hubiera tenido ningún problema en hacerlo nuevo y de hecho me lo planteé. El Ayuntamiento me dijo que dependía de mí. Si tú ves que no sirve pues hazlo nuevo. Nos planteamos varios sitios donde ponerlo. Uno de ellos fue el toril, en un pequeño jardín con un círculo. Finalmente se optó por esta plaza. El mejor sitio, que lo decidió el alcalde Luciano Huerga, fue aquí, y yo creo que acertó. Para mí ha sido un acierto", indica.

Durante todo este tiempo de trabajo se llegaron a producir apuestas sobre cuál sería el resultado final. Eloy no se sorprende. "El traslado era muy complicado. Sacar esto de allí y bajarlo aquí. De hecho, está todo aplantillado en el taller por si acaso", explica.

Dos señores se apostaron 80 euros y una mariscada a que no lo traía. Pero no sabes los trabajos que hace este chico, dijo uno. Da igual, no los conozco, pero me juego 80 euros y una mariscada de 200 a que no lo hace. Los ha perdido.

"Ahí –señala un banco próximo al nuevo emplazamiento– se apostaron dos señores 80 euros y una mariscada a que no lo traía. Pero no sabes los trabajos que hace este chico, dijo uno. Da igual, no los conozco, pero me juego 80 euros y una mariscada de 200 a que no lo hace. Los ha perdido. ¡Me has hecho perder 300 euros me dijo luego!", recuerda.

Eloy Esteban cuenta esta anécdota tras haber rociado con un tratamiento hidrófugo la obra de José Luis Alonso Coomonte, que luce como si estuviera aceitada. "En su día no lo trataron y hay que tratarlo. Aunque el problema que tiene es que lo van a pisar y lo van a quitar. Pero esto lo que hace, aparte de la pequeña subida que le hecho para que el agua de la lluvia se vaya por los lados, es proteger por dentro la parte de granito. No queda el agua y no revienta por las heladas en las juntas, al igual que las meadas de los perros", advierte.

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