Descendimiento y elevación a los cielos del Cristo de las Injurias, una tradición que tensiona

Unas doscientas personas han observado en la Catedral la compleja operación con cuerdas y poleas para colocar la imagen en su mesa procesional

VÍDEO | El Cristo de las Injurias desciende del altar

FOTOGRAFÍA: Jose Luis Fernández / VÍDEO: A. F.

Es una tradición que tensiona y en la que la veintena de cofrades del Cristo de las Injurias que colabora en ella respiran tranquilos al acabar y ver que todo ha salido bien.

Como se hace cada Sábado de Pasión a la una del mediodía ha comenzado en la capilla de San Bernardo de la Catedral de Zamora el ritual del descendimiento del imponente crucificado del siglo XVI, para luego llevarlo a pulso hasta el pasillo de la seo de la parte trasera del coro. Allí lo elevaron con cuerdas y poleas, en un balanceo que dota de vida a la venerada imagen, antes de introducir la cruz en el hueco de la mesa de pan de oro en la que desfilará el Miércoles Santo. La compleja labor, seguida por dos centenares de zamoranos en el interior de la seo, se ha prolongado durante cerca de una hora.

"Es una operación complicada, una imagen que pesa cien kilos", explica el presidente de la Real Hermandad del Santísimo Cristo de las Injurias, Rufo Martínez de Paz. Las cuerdas y poleas con las que se baja la talla y se vuelve a subir para colocarla en la mesa procesional soportan muchísimo más peso que ese, pero eso no evita el "gusanillo" y los "nervios" de los encargados del ritual para que todo salga bien, ya que se trata de un "objeto de devoción muy importante", reconoce Martínez de Paz. Hace décadas, ese descendimiento se hacía "con secretismo" e incluso se cambiaba la hora y el día cada año para que nadie lo viera, algo que cambió con el nuevo siglo.

Hasta entonces había sido una cuadrilla de trabajadores la encargada de pasar al Cristo de las Injurias a la mesa procesional y a partir de entonces lo hicieron hermanos de la cofradía y se abrió a la presencia de público. "Es un momento muy especial que nos gusta compartir con la gente", apunta. El Cristo de las Injurias está ya en su mesa listo para la procesión del Silencio del miércoles por la tarde-noche. Aunque los hermanos están pendientes de la climatología, Martínez de Paz pide "confiar y rezar" para que el miércoles se pueda cumplir con la tradición.

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