El sargento zamorano agotará todas las vía judiciales para acercarse a su madre

La portavoz del militar: "La urgente necesidad del caso por las dolencias de la mujer con discapacidad justifica el cambio de destino"

El sargento zamorano, con su madre en la institución en la reside en Zamora.

El sargento zamorano, con su madre en la institución en la reside en Zamora. / Susana Arizaga

La determinación del sargento zamorano de prestar los cuidados necesarios a su madre, con enfermedades psiquiátricas graves (esquizofrenia y psicosis) y un cáncer de mama, no excluye ninguna vía judicial, "se están estudiando todas", para lograr un cambio de destino por tres años porrogables a otros dos que le permita aproximarse a Zamora, donde reside su progenitora en una institución para personas con discapacidad.

El caso "es de urgente necesidad por el tipo de dolencias que tiene su madre", explica Sandra Arbiol, la abogada experta en derecho militar que actúa como portavoz del zamorano con plaza en Pontevedra, "afectado por un problema personal al no ser capaz de conciliar la vida personal con la profesional".

La abogada declara que el sargento "está preocupado, es una batalla que ha emprendido a raíz del empeoramiento de la salud de la madre y porque su abuelo ya es mayor", tiene 85 años y no puede atender a su hija como venía haciendo.

La negativa del Mando de Personal del Ejército de Tierra (Maper), el teniente general Antonio Jesús Cabrerizo, a ese destino provisional que resuelva su situación familiar no ha desalentado al joven sargento que ya ha recurrido esa decisión ante el Jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), quien en tres meses tendrá que dar una respuesta. De lo que no le cabe duda a Arbiol, es de que el joven zamorano no se quedará sin fuelle, "lo más probable es que siga intentándolo por la vía contencioso porque es una urgencia, una necesidad para su madre".

Si se mantiene la negativa, "se están estudiando las posibles vías que haya a nivel legal", la vía civil que terminaría en el Juzgado Contencioso en una primera instancia, agrega la portavoz, quien concreta que problemas como el que enfrenta el sargento "son bastante habituales y es complicado luchar contra ello". La portavoz cree que podría lograr su objetivo yendo a la vía judicial civil, "por lo que no se entiende que el Ejército se niegue. Un juez civil es capaz de ver la parte más de funcionario que de militar", indica. La mayoría no se logran porque los militares deciden no continuar, subraya.

"Apoyos excepcionales para estos casos"

El Ejército estudia cada caso a nivel individual porque cada uno es único y con circunstancias personales diferentes, "son apoyos de carácter excepcional", agrega Arbiol. La abogada tilda de "sorprendente que no se concedan estas comisiones porque se piensan para este tipo de situaciones", pero puntualiza que, "en el Ejército se tienen en cuenta las necesidades de cada unidad y en ninguna conviene perder a su personal". A partir de esa consideración, la portavoz puntualiza que "esos movimientos y cambios, si son temporales, no le benefician nada, dada la estructura y organización" de esta institución del Estado.

Las negativas obedecen "más a una cuestión de falta de medios que a falta de empatía, se trata de cubrir las necesidades del servicio de las Fuerzas Armadas en general". Y, en el caso del sargento nacido y criado en Zamora "la cercanía a la madre que establecen los médicos puede chocar con esa mayor disponibilidad y esfuerzo que exige el Ejército a su personal, una dedicación casi absoluta".

La asesora en derecho militar que ha llevado casos de este tipo confronta la persistencia y decisión del sargento zamorano con la actitud de "la mayoría de la gente que desiste porque da miedo llegar a la vía judicial y se paraliza el proceso" en los estamentos del Ejército. No cree que pueda haber miedo a represalias, sino que "a nadie le gusta poner en entredicho su trabajo, es un sistema que está así organizado".

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