Entrevista | Marian Alonso García Logopeda

"Necesitamos un entorno social para llegar a desarrollar nuestro lenguaje"

"La lectoescritura es un aprendizaje artificial, genéticamente no se está preparado, sino que nace por una necesidad de comunicarse"

Marian Alonso García, logopeda.

Marian Alonso García, logopeda.

Beatriz Blanco García

Beatriz Blanco García

La asociación Azadahi ha organizado unas charlas-taller con la logopeda Marian Alonso García para padres y profesores este sábado 17 de febrero y el próximo 16 de marzo (18.00 horas). La experta en adquisición del lenguaje y lectoescritura, con gabinete propio en el Hospital Recoletas, ofrecerá pautas interesantes para promover estas habilidades entre los niños.

–¿Con qué temática comenzará con su conferencia del sábado?

–Será sobre lectoescritura, para que las familias y profesores entiendan cómo procesamos a nivel cognitivo, desde la neurociencia, esa información escrita. Una vez aprendan cómo funciona el cerebro, les enseñaré a estimular las diferentes partes para que adquirir la lectoescritura sea un proceso más sencillo para los niños. Aparte, vamos a aprender a identificar los errores que cometen a la hora de leer y escribir, cómo trabajar cada tipo de error y les mostraré materiales como aplicaciones, juegos de mesa o cuentos que les pueden ayudar a trabajar el área que queremos estimular.

–¿Cuándo hay que preocuparse por un retraso en la adquisición del lenguaje en un niño?

–En el momento en el que el niño se acerca a los dos años de edad y no tiene aproximadamente unas 50 palabras entendibles por la familia. A esa edad puede que no pronuncie bien, pero la familia tiene que entender sus palabras funcionales y a qué objetos se refiere con ellas. Si no, hay que hacer una derivación y evaluación por parte de logopedia. Puede tratarse de un simple hablante tardío o de un trastorno de desarrollo del lenguaje, así que, cuanto antes se empiece a trabajar, antes se solucionarán las dificultades que pueda ocasionar el trastorno.

Marian Alonso

Marian Alonso / Cedida

–¿Es imprescindible para estas sesiones la labor de un profesional?

–Sea más leve o más grave el problema, siempre tiene que acompañarse con el trabajo de un logopeda. Las personas tenemos ventanas sensibles al aprendizaje y si no las aprovechamos, no se desarrolla el lenguaje de una manera tan eficaz. Se le expone a una habilidad lingüística que va a hacer que vaya metiéndose en su cabeza y ser capaz de usarlo más adelante.

Pasos previos en casa

–Antes de acudir a un experto, ¿qué pueden hacer los padres para desarrollar la capacidad de expresión de los niños?

–Hablar mucho con sus hijos, desde bebés, ponerse delante de ellos, vocalizar, articular y que el niño les mire. También fomentar los juegos compartidos y no dar por hecho que señale, sino buscar que haga alguna pequeña producción oral, que emita un sonido para que sienta o perciba que, a través de sus vocalizaciones, aunque sin contenido, consigue algo. Cuando son muy bebés, hay que estar muy pendiente de esas vocalizaciones para darle contestación, que note que cuando se expresa de forma oral, consigue algo. Así ganará esa intención comunicativa y ganas de comunicar.

Un niño con problemas puede tener adaptaciones no significativas en el aula

–¿Los padres son entonces agentes activos en este campo?

–Los necesitamos. La familia es una parte fundamental de la rehabilitación, porque si en consulta estoy trabajando palabras básicas como "toma" y "dame", pero en casa no siguen por esa línea, el trabajo se pierde.

–¿Un problema en el lenguaje está siempre relacionado con dificultades en la escritura?

–No, aunque hay muchos casos en los que, como no hablan bien, la parte de la lectoescritura la adquieren mal. La base está en el lenguaje oral, pero eso no quiere decir que vaya a ser así siempre, aunque está muy relacionado, porque si no sé decir bien una palabra, no la voy a leer ni escribir bien.

En siete meses

–En menores sin patologías diagnosticadas, ¿es sencillo encauzar el proceso para el desarrollo de la lectoescritura?

–Un menor sin patología que viene, por ejemplo, en 1º de Primaria porque no aprende a leer y no tiene ni dislexia, TDAH u otra patología, en siete meses con lo que trabajamos en consulta se pone en los parámetros de la normalidad. Si esto no sucede, se hace un diagnóstico. Al final la lectoescritura es un aprendizaje artificial, porque el ser humano no está genéticamente preparado para ella, sino que nace por una necesidad de comunicarse y dejar plasmado el mensaje. Sin embargo, el lenguaje oral sí que tiene base genética, aunque necesita de un entorno social para desarrollarse. Un ser humano, por el simple hecho de serlo, va a aprender a hablar, pero no ocurre lo mismo con la lectoescritura, estamos forzando de alguna manera a aprender algo para lo que no hemos nacido.

La familia es una parte fundamental de la rehabilitación, para no perder el trabajo de consulta

–Los maestros también son parte activa de este proceso.

–Por supuesto, siempre que el colegio es receptivo a ello hacemos tutorías con los alumnos de los centros y les damos pautas. Al final, un profesor dentro del aula no puede trabajar de forma aislada la lectoescritura, no puede pararse con un solo alumno. Pero una vez que hacen una derivación, realizamos una evaluación y detectamos los errores, confeccionamos un informe y pedimos dentro del aula adaptaciones no significativas.

Marian Alonso

Marian Alonso / Cedida

–¿Cómo cuáles?

–Que pueden ser hacer los exámenes de forma oral, dar las preguntas de una en una, leérselas en voz alta, darles más tiempo… pautas muy sencillas que al final van a suponer el éxito o el fracaso de niños con este tipo de dificultades.

Má conciencia

–Por su experiencia, ¿se han multiplicado el número de casos en los últimos años?

–Ahora se deriva más, estamos más concienciados con que alguien que no aprende a leer o escribir no es porque no preste atención o no quiera, sino que hay una dificultad que se entrena para alcanzar los objetivos. En la consulta tengo un numero muy elevado de niños de 2014, que pasaron de 3º de Infantil a 1º de Primaria en plena pandemia, por lo que perdieron toda la parte de prerrequisitos de la lectoescritura, que son la base del lenguaje, el vocabulario y la conciencia fonológica. Con estas carencias, el desarrollo de la lectoescritura es más complicado.

No soy partidaria de que los padres dejen los móviles al menor y esté dos horas solo con él

–¿Considera que el exceso de exposición a las pantallas también agrava este problema?

–Depende del uso que se le dé a las pantallas. Yo no soy partidaria de que los padres dejen los móviles a los niños y estén dos horas viendo a Bartolito, pero sí de poner una canción en el móvil para que todos bailemos y cantemos. Eso sí que estimula el lenguaje, hacer algo que sea compartido. Necesitamos un entorno social para desarrollar nuestro lenguaje y el que el niño esté mirando una pantalla sin sentido varias horas no vale de nada.

–¿Un último consejo?

–Es muy importante leer todos los días, aunque leer más no va a hacer que se lea mejor. Si hay un problema, hay que trabajar sobre él. Es como si a una persona con un esguince le dicen que camine mucho, antes tendrá que fortalecer otras cosas.

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