Adiós, con dificultad, a Don Carnal en Zamora

Los bomberos de la capital tienen que intervenir para que el pez arda en el tradicional Entierro de la Sardina

Un bombero ayuda a que arda la sardina.

Un bombero ayuda a que arda la sardina. / J.L.F.

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

La alegría y el colorido que poblaron las calles en los últimos días han pasado a ser historia. Los disfraces y las agrupaciones carnavaleras y las murgas con sus coplillas ya no tienen cabida en la ciudad. El Carnaval ha tocado a su fin.

Numeroso público observa el paso del séquito. | J.L. F.

Numeroso público observa el paso del séquito. | J.L. F. / Natalia Sánchez

La despedida a don Carnal la llevaron a cabo, una hora antes sobre el horario de años precedentes, cerca de un centenar de personas. Integrantes de los grupos de teatro aficionado Juan del Enzina, Natus, Atrezzo, Fantasía y de la asociación cultural Capitonis Durii, vestidos de un luto riguroso, recrearon, con un tono de parodia, un cortejo fúnebre que contó con la incorporación de los cuatro gigantes que tiempo atrás llevaron a cabo Marijose Tobal y Aquilino Ramos.

Los gigantes incorporados al desfile

Los gigantes incorporados al desfile / J.L.F.

No faltó la tradicional pelea en verso entre don Carnal y doña Cuaresma, donde la fémina y su séquito acabó imponiéndose, momento que enlazó con la quema de la sardina, realizada por alumnos de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Zamora. En su ejecución han colaborado alumnos de Bachillerato Artístico, maestros de taller y profesores de artes plásticas tanto en el diseño en la ejecución como en el policromado de la figura y en las andas que la portaban.

Quema de la sardina.

Quema de la sardina. / J.L.F

Lo que se las prometía un mero y sencillo trámite, no lo fue tanto porque la pieza no ardía. Lo intentaron varias veces con teas y finalmente para que el animal se viera reducido a cenizas tuvieron que intervenir los bomberos desplazados a la Plaza Mayor para garantizar la seguridad en el evento.

Finalmente, el símbolo de don Carnal pereció entre las llamas y la Cuaresma comenzó su reinado.

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