Madres, alumnos, autónomos, un bebé y un perrito atrapados entre Moraleja y Zamora por las protestas agrarias

Algunos conductores tardaron cuatro horas en un recorrido de diez kilómetros y otros optaron por aparcar su vehículo y seguir andando

Una moto de reparto esquiva a los agricultores en un corte de carretera.

Una moto de reparto esquiva a los agricultores en un corte de carretera. / Ana Burrieza

Madres que iban a buscar a sus hijos al colegio a Zamora y veían con impotencia que no llegaban a tiempo, autónomos que mostraban su preocupación porque habían perdido clientes y personas con cita en el médico que irremediablemente se veían obligados a aplazarla para otra jornada son algunos de los que sufrieron la otra cara de la moneda de las protestas en la carretera CL-605, la vía de acceso a la capital desde Moraleja del Vino y otros pueblos del alfoz de Tierra del Vino. 

Fue la carretera más afectada en los accesos a Zamora, por su alta densidad de tráfico y porque los piquetes bloqueaban el paso en tres rotondas y cruces, lo que hizo que algunos usuarios tuvieron que sufrir hasta cuatro horas de retenciones, desde las once de la mañana a las tres de la tarde. Otros, desesperados por el retraso, optaron por aparcar sus vehículos junto al arcén o en alguna explanada y seguir el camino andando.

En el trayecto se toparon con curiosas situaciones, como la conductora que pedía agua para que su perrito no se deshidratara o la que para amenizar la espera a su bebé optó por desplegar el carrito y pasearlo por el arcén. También se vieron atrapados en las retenciones autobuses escolares a la vuelta de Zamora y transportistas. Eso sí, quienes pudieron sortear las colas fueron las motos de Telepizza tras la llamada de los manifestantes para pedir comida a domicilio, o mejor dicho, a rotonda. «¿A nosotros quién nos da de comer?», replicaba un conductor.

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Ana Burrieza

También en otros recorridos hubo quejas y retrasos, como una zamorana que se dirigía a consulta a Valladolid, llegó tarde a la ida por las protestas y también sufrió las colas de vehículos a la vuelta. Igualmente, zamoranos que trabajan en centros hospitalarios de Valladolid acudieron con retraso a su puesto de trabajo tras verse atrapados por los cortes de calles y carreteras. Son solo algunos de los ejemplos de damnificados por las protestas del campo. Pese a ello, algunos comprendieron las movilizaciones mientras otros criticaron que no se diera paso a quienes tenían motivos sobrados para llegar a tiempo y que los piquetes no ejercieran realmente una labor informativa para explicar a los conductores los motivos de su protesta.

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