Los agricultores bloquean los accesos a Zamora en una movilización histórica

Llevaban una semana encendiendo la mecha con las movilizaciones previas iniciadas en Zamora y extendidas desde aquí al resto del territorio nacional y este martes era el día señalado para la gran protesta. El sector agrario consiguió, al cumplir su primera semana de manifestaciones, su objetivo de lograr una movilización histórica.

La de este martes lo fue no sólo por el número de participantes, con unos cuatrocientos tractores en la ciudad, según fuentes de la Subdelegación del Gobierno, y cerca de un millar en el conjunto de la provincia que fuentes oficiales reducían a 700. También hizo historia por el eco y las repercusiones de una protesta que dejó patente el malestar del sector y la situación crítica que atraviesa.

Lo mostró con retenciones kilométricas en las principales carreteras de acceso a la capital y cortes del tráfico en autovías del entorno como la de la Plata (A-66), en el cruce con la A-11 hacia Valladolid, o en el tramo de circunvalación de la Autovía del Duero hacia Portugal, a la altura del término municipal de Roales del Pan.

VÍDEO | Jornada intensa, masiva e histórica de reivindicaciones en Zamora

Dentro del casco urbano, las retenciones y los cortes al tráfico intermitentes se repitieron en la avenida Cardenal Cisneros, el Puente de Hierro o la plaza de la Marina, como algunos de los tramos urbanos urbanos más afectados.

Todo ello tras quedar los tractoristas a primera hora de la mañana en el recinto ferial Ifeza y desde ahí distribuirse a las distintas vías de acceso a la ciudad, incluidas también la carretera de Villalpando, la de Bermillo de Sayago, el corredor de Roales o la carretera de Moraleja del Vino. Junto a los tractores, a las protestas se sumaron también otros vehículos como cosechadoras, algunos camiones de transporte de grano y furgonetas de servicios auxiliares como talleres de neumáticos, conscientes de que si se muere el sector agroganadero será también su propia defunción.

Con esos apoyos y los de algunos ciudadanos que al verlos por las calles aplaudían la presencia de los tractores, la caravana de vehículos agrícolas emprendió la marcha con la ilusión de ver que el sector estaba en esta protesta "más unido que nunca", según confesó el agricultor de Cuelgamures Jonathan Campo, partidario de continuar las movilizaciones en próximos días y no parar hasta hacer realidad algunas de sus reivindicaciones.

"No se si conseguiremos algo, pero hay que intentarlo, como si no tenemos que parar hasta el año que viene las movilizaciones", declaró este profesional que haciendo gala a su apellido ejerce la agricultura, la ganadería, presta servicios agrícolas a terceros y ayuda en una quesería familiar de Cuelgamures. Mientras conducía su tractor por la carretera de la Aldehuela hacia la rotonda del Cristo de Morales para cortar la carretera en la Nacional 630, Jonathan Campo indicaba que tenían intención de seguir saliendo a la calle "todos los días hasta que por fin nos escuchen o consigamos algo".

Él tiene claro que su hijo de tres meses nunca llegará a dedicarse al sector del que han vivido sus ascendentes porque "poco a poco nos asfixian cada vez más". Esa idea la compartió con Belén Gómez, llegada a la protesta desde Benegiles, quien también tenía claro que su hijo no se dedicará a la agricultura como lo hace su marido y su padre porque "ya no merece la pena". Partidaria de no parar las protestas hasta que haya una solución, admitió que su éxito se debe a que "la gente está ya muy cansada".

Entre los que secundaron la manifestación también estaba Amador Lozano, que no es agricultor ni ganadero, pero que como propietario de un taller de neumáticos era consciente de que su negocio no puede subsistir sin los agricultores y ganaderos. Por ello, este martes cerró su taller, en el que solo atendió algunas urgencias –precisamente de ganaderos– y se puso con su furgoneta a la cola de la tractorada para ofrecerse a reparar desinteresadamente algún pinchazo, reventones de ruedas u otras emergencias que pudieran tener los vehículos agrícolas de la protesta. Igual de solidario se mostró Ricardo Gago, de Fontanillas de Castro, que además de agricultor es transportista y con esa faceta acudió a la manifestación junto a su padre, cada uno con un camión. "Sin el sector primario no somos nada, sin el campo no hay vida", enfatizó.

Los manifestantes se dirigieron con sus tractores a las carreteras de acceso a la ciudad escoltados por vehículos de la Policía Municipal, la Policía Nacional y la Guardia Civil. A lo largo de la jornada se registraron grandes retenciones en algunos puntos y molestias a los conductores, pero no hubo que lamentar ningún incidente de gravedad hasta que en algunos puntos se desactivó la protesta sobre las siete de la tarde y en otros se mantuvo hasta las ocho. Los mayores problemas se localizaron en la A-11, en la confluencia con la carretera Nacional 630, en las inmediaciones del corredor de Roales, donde algunos manifestantes esparcieron pacas de paja.

También se obstaculizó la entrada a Zamora en la zona de la rotonda del cementerio, donde algunos participantes en la protesta colocaron troncos para impedir la circulación de vehículos. "Los ánimos están muy caldeados", confesó unas horas antes el agricultor Pablo Ballesteros, que aludió a las principales reivindicaciones del sector, desde la problemática de la nueva reforma de la PAC hasta el coma del sector ganadero, la "nefasta" política del agua o las importaciones de productos agrícolas que no cumplen las mismas exigencias en materia de fitosanitarios y otras.

Todo un rosario de motivos para continuar "sine die" las movilizaciones.

Tensión entre algunos manifestantes y el subdelegado del Gobierno

El subdelegado del Gobierno, Ángel Blanco, mantuvo pasado el mediodía un diálogo tenso en algunos momentos con un grupo de manifestantes que pedían reunirse con él. El representante del Gobierno de España en la provincia inicialmente había accedido pero posteriormente esgrimió el riesgo en la seguridad vial que se había vivido en uno de los lugares de la protesta, en la A-11 a la altura de Roales del Pan, para anular el encuentro.

Tras la amenaza de los manifestantes de endurecer las movilizaciones finalmente accedió a mantener una reunión en la que los agricultores le expusieron su tabla reivindicativa.

Blanco admitió que "hay un hecho que nos ha parecido mal, la A-11 se ha cortado sin avisar tirando alpacas".

Tras la reunión, el agricultor Pablo Ballesteros indicó que intentarán que las protestas se desarrollen sin causar "ningún perjuicio del que nos tengamos que arrepentir porque pueda surgir un accidente".

VÍDEO | Tensión en la Plaza de la Constitución de Zamora: el subdelegado del Gobierno recibe a los agricultores

Madres, autónomos, alumnos, un bebé y un perrito sufren colas de hasta cuatro horas en la carretera de Moraleja

Madres que iban a buscar a sus hijos al colegio a Zamora y veían con impotencia que no llegaban a tiempo, autónomos que mostraban su preocupación porque habían perdido clientes y personas con cita en el médico que irremediablemente se veían obligados a aplazarla para otra jornada son algunos de los que sufrieron la otra cara de la moneda de las protestas en la carretera CL-605, la vía de acceso a la capital desde Moraleja del Vino y otros pueblos del alfoz de Tierra del Vino.

Fue la carretera más afectada en los accesos a Zamora, por su alta densidad de tráfico y porque los piquetes bloqueaban el paso en tres rotondas y cruces, lo que hizo que algunos usuarios tuvieran que sufrir hasta cuatro horas de retenciones, desde las once de la mañana a las tres de la tarde. Otros, desesperados por el retraso, optaron por aparcar sus vehículos junto al arcén o en alguna explanada y seguir el camino andando.

En el trayecto se toparon con curiosas situaciones, como la conductora que pedía agua para que su perrito no se deshidratara o la que para amenizar la espera a su bebé optó por desplegar el carrito y pasearlo por el arcén. También se vieron atrapados en las retenciones autobuses escolares a la vuelta de Zamora y transportistas. Eso sí, quienes pudieron sortear las colas fueron las motos de Telepizza tras la llamada de los manifestantes para pedir comida a domicilio, o mejor dicho, a rotonda. "¿A nosotros quién nos da de comer?", replicaba un conductor.

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