Uno de cada tres pueblos de Zamora gana habitantes a lo largo del último año

Los grandes núcleos de población arrastran hacia abajo una estadística que siembra esperanza entre los núcleos que engordan sus censos

Un ganadero camina tras las vacas en un pueblo de Sanabria.

Un ganadero camina tras las vacas en un pueblo de Sanabria. / Archivo

Luis Garrido

Luis Garrido

Abezames, Bretó de la Ribera, Lubián, Moral de Sayago, San Cebrián de Castro, Santa Clara de Avedillo o Villardondiego son algunos de los pueblos que se han convertido en la esperanza de la provincia de Zamora. Ellos forman parte del selecto grupo de 173 unidades poblacionales que han conseguido incorporar vecinos a lo largo del último ejercicio, lo que los convierte en la defensa numantina de la despoblación en el conjunto del territorio. Los datos oficiales del Nomenclator publicados por el Instituto Nacional de Estadística reflejan una pérdida de habitantes de 849 personas en los últimos doce meses, aunque el reparto es desigual. Del conjunto de 509 municipios que se reparten por la geografía zamorana, 269 adelgazaron su censo y 67 se quedaron en las mismas cifras en las que estaban.

La tendencia de pérdida poblacional, si bien no se invierte, sí que se está moderando durante los últimos tiempos en el conjunto provincial. Así lo demuestra ese tercio de municipios del total existentes en Zamora que han conseguido aumentar su nómina de vecinos a pesar de los peores pronósticos demográficos. Las estadísticas, que ofrecen números de cada unidad de población independientemente de si tienen o no ayuntamiento, refuerzan la tesis de que hay quien está buscando regresar a la vida rural aprovechando las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías. Y eso es un factor clave a tener en cuenta para el futuro de este territorio.

Un vecino camina por las calles de Rabanales. | Jose Luis Fernández (Archivo)

Un vecino camina por las calles de Rabanales. | Jose Luis Fernández (Archivo) / L. G.

Los buques insignia en materia demográfica, eso sí, han pinchado con todo el equipo en esta actualización estadística. La ciudad d Zamora ha vuelto a perder más de un millar de habitantes hasta situarse por debajo de los 60.000, como anticipaba el Padrón Continuo, con un dato global de 59.150 vecinos al cierre del pasado ejercicio. Benavente, por su parte, se sitúa en 17.261 habitantes tras adelgazar su censo en 262 personas. Y Toro nada en las mismas aguas, con una caída de 178 ciudadanos hasta quedarse en los 7.956 censados.

Entre los núcleos medianos, no obstante, sí que aparecen buenas noticias, como el incremento de 52 vecinos en Morales del Vino hasta situarse en los 3.011; los 16 que gana Coreses para ponerse en 1.036 habitantes; los ocho que incorpora Puebla de Sanabria para colocarse en 1.152 personas; o los 30 nuevos vecinos de Moraleja del Vino para alzarse hasta los 1.775 censados, de acuerdo con las cifras publicadas en la jornada de ayer por el Instituto Nacional de Estadística.

La mitad de los municipios se encuentra por debajo de los cien vecinos

Abundan en la provincia de Zamora los pequeños municipios que apenas llegan al centenar de vecinos. Un tipo de estructura poblacional que sigue siendo mayoría en este territorio, aquejado de una dispersión geográfica que hace más que complicada la prestación de servicios y que genera problemas a los vecinos que, por derecho, quieren seguir viviendo en sus lugares de origen en igualdad de condiciones que quienes lo hacen en las grandes ciudades. De entre las 509 unidades poblacionales repartidas por la tierra, cerca de 300 se encuentran por debajo del centenar de personas inscritas en los censos. Y este dato no entiende de comarcas, puesto que se encuentran por igual en Sanabria que en Tierra del Pan, de acuerdo con las cifras oficiales aportadas por el Instituto Nacional de Estadística.

La sangría poblacional de la provincia de Zamora se mantiene firme desde hace más de dos décadas, cuando comenzó un tortuoso camino del que no se conoce el final. Pese a todo, el territorio se ha quedado sistemáticamente apartado de las ayudas aportadas por diferentes organismos e instituciones para la fijación de población y de empresas, como son las denominadas ayudas al funcionamiento o fiscalidad diferenciada. Una "injusticia", según colectivos afectados, que vuelve a quedar de manifiesto con estos datos oficiales.

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