Sucesos en Zamora

El responsable de Coveza y un veterinario, a juicio por recetar un antibiótico ilegal

El medicamento está prohibido en animales de la cadena alimentaria al desconocerse el efecto en la salud humana, y se usó en lechones

Un criador de cerdos declara durante el juicio celebrado ayer en el Juzgado de lo Penal.

Un criador de cerdos declara durante el juicio celebrado ayer en el Juzgado de lo Penal. / S. A.

El veterinario zamorano juzgado por un delito contra la salud pública firmó, al menos, 47 recetas de Cloramivet spray entre 2016 y 2019, un antibiótico prohibido por la Unión Europea desde 2009 para uso en animales que entran en la cadena alimentaria al desconocerse los residuos que pueden tener en la carne que se destina al consumo humano. La Fiscalía de Zamora acusa también al representante de Coveza, sociedad que distribuía el producto a los ganaderos directamente, a veces, con pedidos por correo electrónico y que entregaba antes de recibir la preceptiva receta, según las conclusiones definitivas expuestas en el juicio celebrado ayer en el Juzgado de lo Penal.

Los dos imputados se enfrentan a tres años de prisión (un año y medio para cada uno) y a la inhabilitación durante cuatro años para ejercicio de sus respectivas profesiones y una multa de 2.800 euros cada uno, de acuerdo con la petición del Ministerio Fiscal por un caso que llevó a la Junta de Castilla y León a sacrificar 65 cerdos en Zamora, en una causa que tuvo su extensión a la provincia de Salamanca, de acuerdo con la acusación pública.

"Diferencias entre administrar, dispensar y suministrar"

En su descargo, el veterinario, de iniciales A.V.B., manifestó que "no tengo la certeza de que las recetas estuvieran firmadas por mí con antelación a ser dispensadas, es imposible porque no dispongo de tiempo para hacerlo por mi trabajo". Si bien, el facultativo fue expedientado por la Junta por estos hechos y sancionados, precisamente esa actuación administrativa dio paso al procedimiento judicial que se ventilaba ayer en Zamora. Su abogado pidió la absolución e incidió en la vista oral en que "no administra quien suministra el medicamento, lo es lo mismo. Es el veterinario quien lo receta y el ganadero quien lo aplica".

El responsable de Coveza, de iniciales C.S.F., por su parte, mostró su desconocimiento sobre los componentes del Cloramivet o cualquier otra medicina para animales al aclarar que "vendí una cosa sin saber, sino, no lo habría vendido. Hay miles de productos en el mercado y mi ignorancia es absoluta" en esta materia. Su abogado pidió su absolución.

Sin embargo, la fiscala no dudó en mantener sus tesis, basadas en una investigación de los servicios del Seprona que partieron, recordó, del expediente de la Junta abierto al veterinario zamorano, y se agarró a la declaración de este profesional en el juicio al admitir que sabía que el antibiótico estaba prohibido para animales cuya carne será destinada al consumo humano.

En cuanto a la implicación en el delito del responsable de Coveza, la acusación pública se remitió a las pruebas incautadas por los agentes del Seprona que investigaron la denuncia y que localizaron en la documentación requisada a C.S.F. pruebas contundentes, a su entender, de que se vendía el medicamento sin receta, así como con recetas posteriormente firmadas. Remarcó que el responsable de Coveza conocía que el antibiótico no podía usarse en animales de consumo de abastos, solo se permitía para tratar heridas en animales domésticos, como perros y gatos. El abogado de C.S.F. utilizó el mismo argumento que su colega para diferenciar entre suministrar el antibiótico al animal y dispensar, "mi cliente dispensa y la administración del mismo no es suya" y destacó que las recetas son competencia del veterinario.

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