Una zamorana, de manifestación a las puertas de Zara en Santa Clara
La vecina de la capital protesta por la tardanza en obtener el servicio municipal tras romperse la tibia y estar inmovilizada
Protesta de María a las puertas de Zara: la señora se fracturó la tibia en la estación de tren de Abejera y lleva esperando varios meses la ayuda a domicilio. / José Luis Fernández
Una sábana blanca en la que denuncia estar "sola, con rotura de tibia y peroné y sin ayuda a domicilio", a pesar de la promesa que el Ayuntamiento de Zamora hizo a la vecina de la capital tras la fractura que sufrió en la estación de Renfe de Abejera —que va a ser convertida en un hotel rural—, localidad de la que es natural.
La mujer, de nombre María, tuvo el 6 de junio el percance que limita su movilidad porque se rompió la tibia y requiere de una silla de ruedas para desplazarse, por lo que insiste en que necesita asistencia para realizar las tareas de la casa, cuando menos.
Tras dos meses de espera, María continúa sin beneficiarse de la ayuda a domicilio que "prometieron tramitarme con urgencia", tiempo en el que se ha tenido que apañar como ha podido tras recibir el alta hospitalaria.
Ante la falta de respuesta de la Administración, la mujer se decidió esta tarde a plantarse a la puerta de un reconocido comercio textil y de complementos de la calle de Santa Clara para desplegar una pancarta casera hacia las 17.30 horas, sobre la que plasmó su reivindicación in situ.
Agentes de la Policía Municipal junto a la señora que se manifiesta en el centro de Zamora.
La presencia de una patrulla de la Policía Municipal a la entrada del comercio no amilanó a María, que les explicó que en la Subdelegación del Gobierno central le habían indicado que "podía manifestarme en la calle sin permiso expreso, siempre que no fuéramos 20 personas".
Ante esta réplica, los agentes le explicaron que no podía permanecer a las puertas del comercio, por lo que preguntó si podía estar sentada en un banco con la pancarta sobre sus piernas.
Manifestante en el centro de Zamora reclamando ayuda a domicilio.
Los policías locales le indicaron que no habría problema, por lo que se desplazó hasta los bancos de granito de la plaza de la Constitución, ayudada por un hombre. No olvidó antes de irse pedir la placa de identificación a los policías, que se la dieron sin ningún problema.
María terminó su visita a la estación de Abejera "cayendo en un agujero de 80 centímetros" que no pudo esquivar cuando entró en el interior de las instalaciones ferroviarias abandonadas, explica.
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