Ventura es otra historia

El rejoneador cigarrero cuaja una faena para el recuerdo al cuarto de la tarde | Guillermo Hermoso, también con tres orejas, y Víctor Losa, con una, completan una buena tarde

No está escrito lo que tiene que hacer uno para que el público suelte el bocadillo de tortilla. Que se lo digan a Ventura, que formó un lío al cuarto de la tarde de los que se van a recordar. A alguno se le atragantó la empanada para soltar un olé. Con un toro rajadísimo y ante un respetable más pendiente de la merienda que de lo que pasaba en la primera parte de la faena, el rejoneador cigarrero fue capaz de cuajar una actuación de gran lucimiento. No entraron muchos a ella hasta que Ventura le quitó las riendas a su caballo y dejó una tanda de banderillas memorable, guiando a su animal solo con los pies. Todo lo hizo él, algo evidentísimo al final de la faena. Media estocada bien arriba y un certero golpe de descabello pasaportaron a su enemigo y la plaza se convirtió en un clamor al que inexplicablemente tardó en responder la presidencia, reticente a otorgar la segunda oreja a una faena que la merecía sin duda alguna. Mejor valorada estuvo por parte del presidente la primera de las actuaciones de Ventura, premiada con una oreja. De nuevo ante un toro parado Ventura fue capaz de poner a todos de acuerdo. En total, tres orejas y un nuevo triunfo del rejoneador afincado en la Puebla del Río.

Guillermo Hermoso pasea una oreja

Guillermo Hermoso pasea una oreja / Jose Luis Fernández

Y como sucede habitualmente, los aficionados que se queden solo con el balance de orejas se van a quedar cortos. Los mismos "despojos", que decía Curro Romero, se llevó Guillermo Hermoso de Mendoza con una actuación que dista mucho de la de su colega Ventura. Con todo, no estuvo mal Hermoso, que disfruta de la excelente cuadra de la familia y que alcanzó sus mejores cotas en el quinto de la tarde, un animal de excelente presentación pero parado hasta el hastío. Por momentos nervioso, cosas de la juventud, el heredero de la saga Hermoso de Mendoza fue capaz de meter al público en la faena con un buen tercio de banderillas. Tardó menos la presidencia en darle las dos orejas, exigidas por el público.

Víctor Losa, con el toro de su confirmación.

Víctor Losa, con el toro de su confirmación. / Jose Luis Fernández

El tercero en discordia, el manchego y recién "ordenado" rejoneador Víctor Losa, fue el más discreto de los tres. El joven, que tomó la alternativa de manos de una leyenda como Ventura, tiene camino por recorrer, pero mostró maneras en el cierraplaza. Errático con los rejones de castigo (se empeñó en colocar tres a cada uno de sus enemigos) fue capaz de abrochar la tarde con un buen tercio de banderillas. Recogió el cariño del público y una oreja que hace que no se vaya de vacío. En el primero, el mejor toro de la corrida, acusó el normal nerviosismo del que debuta en esto. Tiene camino por delante, pero le será más fácil si consigue emular a los mejores. En Zamora, Ventura, dio una clase magistral. Ventura, siempre Ventura.

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