Absuelto el zamorano acusado de abusar de su compañera de piso

El TSJ confirma que la denuncia fue por "la gran decepción" y el "enojo" por no lograr una relación sentimental con el imputado

Sede del Tribunal Superior de Justicia en Burgos.

Sede del Tribunal Superior de Justicia en Burgos. / Europa Press

S. A. /Ical

La "gran decepción", el "enojo" por un sentimiento "no correspondido" están detrás de la denuncia por abuso sexual a un zamorano por parte de su compañera de piso, quien pretendería tener una relación más allá de los dos encuentros sexuales sin consumar que protagonizaron ambos el 30 de septiembre de 2019 y el 30 de mayo de 2020 en la vivienda en la que también vivía la novia del joven.

Esta es la conclusión del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla y León, que confirma la sentencia absolutoria de la Audiencia de Salamanca que recurrió la joven, en la que se considera probado que el arrepentimiento del zamorano por serle infiel a su pareja, con la que llevaba tres años de relación, le impidió consumar el acto sexual en las dos ocasiones en las que mantuvo relaciones con la denunciante.

La sentencia apunta que la actitud fría y distante del joven tras mantener el primer encuentro sexual en el propio piso compartido, cuando la novia de este se encontraba en su cuarto, provocó una reacción de enfado en la denunciante. El TSJ indicó que "cuando vio que la relación se enfrió y él se limitaba a saludarla manteniendo conversaciones escuetas, mientras continuaba con su relación de pareja".

Segunda relación sexual

La segunda vez que ambos mantuvieron relaciones sexuales, transcurridos ocho meses del primer encuentro, la joven había llegado a las diez de la noche al piso alterada y llorando, "muy angustiada". Confesó a la novia del procesado que padecía "episodios de ansiedad, sonambulismo y autoagresión", recoge la sentencia.

Esa noche se fue a dormir tras cenar con la pareja. Al cabo de rato, volvió al salón donde se encontraba el zamorano mientras su novia estudiaba con la puerta abierta de la habitación. La denunciante "comenzó a hablar en sueños y a golpearse". El joven avisó a su novia y esta le pidió que le cediera el sofá en el que estaba porque era más cómodo, pero transcurrido un rato, la denunciante se levantó sonámbula, abrió la puerta de la vivienda.

El compañero de piso le despertó para meterla en casa y cerró con pestillo. Una vez en el sofá, volvió a hablar en sueños, él la despertó. A partir de ahí, tuvo lugar otra relación sexual que la joven mantiene que no consintió. Fue al hospital para ser atendida de lesiones, pero las pruebas impiden a los magistrados corroborar que hubo abuso sexual.

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