Nueva vida para el Palacio Episcopal de Zamora

Las conclusiones iniciales que se extraen de la prospección geofísica realizada en las dependencias del Palacio Episcopal de Zamora suponen que "en el subsuelo actual hay distintas estancias", sentencia el delegado diocesano de Patrimonio, Miguel Ángel Hernández.

El también historiador apunta que, por la documentación existente, "sabemos que cuando se construyó la Catedral, como sucedió en otros lugares, se erigió la residencia episcopal que tenían sala de audiencias o capilla".

El edificio construido en el siglo XII ha sufrido múltiples intervenciones. En el XIII "consta que el obispo don Suero arregló su capilla de su palacio, por lo que hay estructura medieval en la que se interviene como refleja en la memoria de su episcopado", describe el sacerdote.

En el inmueble en el siglo XV se creó el patio y en el XVI hay constancia de un artesonado y de más modificaciones. En la siguiente centuria su estado era malo "incluso el obispo se fue a residir al palacio de los Condes de Alba y Aliste".

El delegado de Patrimonio indica que las modificaciones, a tenor de los textos localizados, prosiguieron a principios del siglo XVIII por parte del obispo (Isidro Alonso) Cabanillas. "En su escudo figura que reedificó el palacio y le dota de la fachada manierista que tiene actualmente, la galería que tiene al sur o cambia la escalera y le da este aspecto que tiene", describe.

También hay constancia de cambios a finales del XIX bajo los episcopados de Tomás Belestá y de Luis Felipe Ortiz.

Las muchas actuaciones que ha soportado el edificio mueven al Obispado de Zamora a sospechar que todavía pueda haber restos medievales, "pero no sabemos si estos se mantienen o se han destruido con las muchas intervenciones posteriores. Necesitamos saber qué es valioso. Ahora estamos descubriendo los restos del subsuelo y luego habrá que hacer catas para descubrir el valor que tienen" afirma Miguel Ángel Hernández.

"Primero tenemos que saber qué tenemos, qué podemos hacer arquitectónicamente y luego ya se elaborará un proyecto que sirva para integrar al edificio dentro de la oferta cultural existente en la ciudad", agrega el sacerdote que asegura que de los pasos que den informarán a la Comisión Territorial de Patrimonio.

Desde el Obispado de Zamora actúan sobre el edificio que, tiempo atrás albergó las oficinas de la Diócesis de Zamora, con un doble objetivo. Por un lado "ampliar el actual Archivo Diocesano", dado que el depósito queda pequeño, y para darle un nuevo aprovechamiento al inmueble, un empleo "museístico" para el que todavía "tenemos que determinar qué contenido va a tener", señala Hernández.

El Archivo Diocesano de Zamora vuelve a latir

El delegado de Patrimonio tiene claro que albergará "más que arte sacro". Entre las posibilidades barajadas cabe "enseñar la residencia de un obispo, mostrar cómo eran sus estancias, como el salón del trono, para que se conozca la vida de un Obispado como centro administrativo a lo largo de los tiempos".

El sacerdote explica estas cuestiones mientras que el equipo de expertos trabaja con un georradar y peina lentamente el patio del Palacio Episcopal, tras realizar el mismo proceso en la Puerta del Obispo y en los metros que separan el primer templo diocesano del Palacio.

El análisis del subsuelo de esa zona obedece a que "en los documentos se habla de casas episcopales, que incluían la vivienda del obispo, su capilla, la sala de audiencias, almacenes, estancias para personal... e incluso (el archivero) Florián Ferrero tiene documentado que uno de los primeros obispos su hermano tenía una casa junto a la residencia del obispo, por lo que todo el espacio entre el Palacio y la Catedral creemos que estuvo lleno de edificaciones que han desaparecido y queremos saber si quedaban restos o cimientos, aunque no actuaremos".

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