El trastorno ansioso depresivo mejora más con la moderada práctica deportiva

Los sanitarios Paula García y José Carlos López, en Infosalud, analizan los beneficios que proporciona el deporte en la salud mental

Los ponentes durante la sesión de Infosalud en el paraninfo del Colegio Universitario. | J.L.F.

Los ponentes durante la sesión de Infosalud en el paraninfo del Colegio Universitario. | J.L.F. / Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

La práctica deportiva en personas que sufren un trastorno ansioso depresivo mejora su estado. «En la mayor parte de ellos el deporte tiene mayores beneficios que la propia medicación», defendió Paula García Calvo, quien intervino el viernes en una nueva sesión de Infosalud, organizada por la Fundación Caja Rural en el paraninfo Colegio Universitario, en la que se desgranó «el impacto del ejercicio físico en la salud mental».

La joven, estudiante del último curso de Enfermería, ha analizado numerosos estudios que relacionan el deporte con esta patología, más frecuente entre las mujeres y entre los adolescentes y que se ha elevado exponencialmente con la pandemia.

El deporte que proporcione bienestar

Durante el confinamiento «al haberse visto reducida la práctica deportiva es cuando más casos se han dado», elevándose «hasta por siete» la cifra de afectados, precisó al tiempo que atestiguó que «he leído informes en los que hablan del yoga, de salir a caminar, de coger la bicicleta… pero no hay un deporte más efectivo que otro. Cada persona debe de encontrar el deporte donde se encuentra más cómodo y donde encuentre un bienestar» y practicarlo de «manera moderada», defendió.

Su compañero de conferencia, José Carlos López García, partió de que el «deporte moderado y adecuado tiene beneficios a nivel psicológico y físico». Respecto a qué disciplina debe desarrollarse el enfermero apuntó que «cada persona tiene que encontrar la actividad deportiva que le es más apropiada».

Frecuencia

La frecuencia debe estar entre «las 3 y las 5 veces a la semana de actividad moderada que mejora los niveles de endorfinas, de dopamina o de oxitocina que hacen mejorar nuestro bienestar físico y mental». En cuanto al tiempo destinado el sanitario cifró «entre 150 y 300 minutos» de intensidad moderada.

El ponente también mencionó la proliferación de relojes que nos indican cuántos pasos se dan. «Nos pensamos que caminar 10 ó 12 kilómetros es deporte y no es así. El deporte tiene que ser una práctica específica un mínimo de tiempo porque nuestro cuerpo para comienza a segregar la serotonina y la dopamina necesita un mínimo de 35 minutos de actividad».

La vigorexia, en alza entre los hombres menores de 30 años

El deseo de mostrar «nuestra mejor imagen» personal a través de las redes sociales está incidiendo en el deseo excesivo de practicar deporte y generando la obsesión por aumentar la musculatura. La vigorexia «es un problema psicológico donde al querer conseguir una mejor forma física hacemos deporte por encima de lo recomendado, lo que provoca un problema mental».

La patología afecta en estos momentos más a hombres de entre los 20 y los 30 años, pero también «está comenzando a darse a edades más tempranas». En ese sentido el enfermero apunto que «muchas los jóvenes quieren ir al gimnasio a hacer pesas y quieren conseguir un cuerpo físico mejor».

José Carlos López también mencionó la situación que viven los deportistas de élite.

A nivel profesional el deporte «genera perjuicios», tienen problemas mentales porque les producen «una sobrecarga o una ansiedad y un estrés que les hace acabar a muchos de ellos con una depresión o incluso con el consumo de sustancias tóxicas».

También aludió a la situación que existe en el deporte de base, donde «se produce un modelaje en función de nuestras referencias, nuestros ídolos del fútbol por ejemplo, y se somete a una presión a los niños que es excesiva».

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