Plaza Mayor de Zamora: un repaso a los mil y un proyectos de cambios y reformas

El derribo de San Juan o la recuperación de los soportales, entre las ideas que se han barajado para resolver lo que parece una plaza con una iglesia dentro

Inicios del siglo XX con los soportales adintelados (izquierda) sustituidos después por las actuales arcadas

Inicios del siglo XX con los soportales adintelados (izquierda) sustituidos después por las actuales arcadas / Estudio de Daniel López Bragado y Víctor-Antonio Lafuente Sánchez

Carlos Gil Andrés

Carlos Gil Andrés

Algunos ven una plaza con una iglesia dentro. Otros, una plaza a la que le falta un lateral. Lo cierto es que la Plaza Mayor de Zamora es un espacio urbano muy importante para la ciudad, pero es como un problema pendiente, por resolver, a pesar de los proyectos que se han ido poniendo sobre la mesa y que pasaron desde el derribo de San Juan hasta la recuperación de los soportales que faltan en estilo arquitectónico moderno.

Daniel López Bragado y Víctor-Antonio Lafuente Sánchez publicaron hace unos años en el Anuario del Instituto de Estudios Zamoranos un riguroso estudio que arroja luz sobre el particular que aporta aspectos poco conocidos sobre lo que ha sido la Plaza Mayor a lo largo del siglo XX.

"La plaza Mayor de Zamora se originó conjuntamente con la construcción de la Casa Consistorial a finales del siglo XV. Ya venía siendo un lugar de fuerte carácter mercantil, pero su conformación como plaza y la construcción de la sede municipal, provocó que se convirtiera en el principal espacio urbano de la ciudad. En ella se realizaban los espectáculos públicos y las reuniones sociales, siendo la sede de mercado más importante de la ciudad", señalan los autores.

En continua transformación, se fueron construyendo edificios en los laterales, con soportales comerciales, y la vigilancia del Ayuntamiento en busca de la armonía de las formas. Más tarde, como las panaderas no tenían ubicación se construyó el edificio que cierra la plaza (actual Ayuntamiento), con viviendas para sufragar las obras y soportales para la venta de pan.

Proyecto de Enrique Trigo

A finales del siglo XIX, el Ayuntamiento inició una oleada de proyectos para dar solución a la forma discontinua y reducida de la Plaza Mayor. De 1894, es el "Proyecto de alineaciones de la plaza Mayor, plaza de San Miguel, calle Rúa, Sacramento, Reina, Lonjas y Trascastillo", que incluía la demolición de la iglesia de San Juan de Puerta Nueva y su claustro para hacer una plaza cuadrada, alineando los edificios de la zona de la actual plaza de San Miguel. Generó una fuerte protesta de los vecinos, entre ellos el obispo Luis Felipe Ortiz, cuyas alegaciones se desestiman inicialmente pero que ganó el recurso ante la Diputación y dio al traste con la idea.

Proyecto de plaza Mayor cuadrada, con el derribo de la iglesia de San Juan y propuesta manteniendo el templo

Proyecto de plaza Mayor cuadrada, con el derribo de la iglesia de San Juan y propuesta manteniendo el templo / Estudio de Daniel López Bragado y Víctor-Antonio Lafuente Sánchez

Diez años después, el proyecto de alineación de la calle de las Lonjas (hoy Juan Nicasio Gallego) derriba el claustro de la iglesia románica de San Juan, para ensanchar la calle de 2,30 metros a 12 metros, ya que por ella circulaban gran cantidad de carros.

Proyectos de Ferriol

El Consistorio encarga al arquitecto municipal, el catalán Francisco Ferriol, el "Proyecto de ensanche y mejora de la plaza Mayor". Este plan de 1908 era similar a lo planteado en 1894: la ampliación de la plaza por su lado occidental, derribando para ello el templo de San Juan, parte de las manzanas aledañas y el Ayuntamiento, que sería trasladado al edificio de las Panaderías.

El proyecto regularizaba la plaza transformándola en un rectángulo que se achaflanaba en la salida hacia las calles de San Pablo y Renova. La propuesta planteaba un soportal perimetral continuo, sostenido por pilastras de piedra y arcos de medio punto, similares a la solución planteada por Enrique Trigo en 1879, con edificios de planta baja y tres plantas superiores. "Con la Iglesia hemos topado", el proyecto se encontró de nuevo la oposición del obispo de Zamora Luis Felipe Ortiz, aunque en este caso basándose en el valor artístico y tradicional del templo. El Gobierno municipal aparca el proyecto.

En junio de 1912 a Ferriol se le pide otro plan menos ambicioso la "Alineación oficial de la plaza Mayor", que recogía la alineación de los edificios de la acera del Reloj, aumentándoles la crujía de soportal y disponiendo arcadas semejantes a las utilizadas en el frente opuesto.

Entre otras actuaciones se recogía el ensanchamiento de la calle Malcocinado y el derribo parcial del Ayuntamiento. El proyecto se fue aplicando mediante la sustitución constante de las edificaciones antiguas que se fueron derribando a lo largo de la segunda y la tercera década del siglo XX por lo que la construcción del frente oriental tal y como ha llegado a la actualidad, tardó en configurarse aproximadamente cuarenta y dos años.

Traslado del Ayuntamiento

En 1927 el Ayuntamiento votaba en pleno el traslado de la sede del gobierno municipal a las Casa de las Panaderías. Cinco años más tarde se adquirieron dos inmuebles en la calle del Medio para ampliar el edificio principal. Ese mismo año, el arquitecto municipal redactó el proyecto de adecuación, pero la Guerra Civil retrasa todo y el nuevo Consistorio no se inaugura hasta el primero de abril de 1950.

Edificio de la Casa de la Panaderas, con la calle del Medio, arbolado y evacuatorios.

Edificio de la Casa de la Panaderas, con la calle del Medio, arbolado y evacuatorios. / Estudio de Daniel López Bragado y Víctor-Antonio Lafuente Sánchez

En paralelo a la construcción del Ayuntamiento se embelleció la plaza con cuatro hileras de arbolado y se construyeron unos "evacuatorios públicos subterráneos" inaugurados en 1924. Fueron sustituidos en 1945 por otros más espaciosos a la vez que se eliminaba el arbolado para que los automóviles pudieran circular por la plaza.

La Plaza del Imperio

La llegada de la Dictadura franquista y las influencias fascistas ítalo-alemanas con tendencia a la megalomanía propician la concepción de grandes plazas y vías urbanas como muestra de su poder. El Gobierno municipal, presidido por el alcalde Teodoro Arredonda, inició en 1940 los trámites para crear un ágora que englobara la plaza Mayor y la de Cánovas del Castillo (actual plaza Viriato), lo que obligaba al derribo de la iglesia de San Juan y manzanas enteras de casas.

Diseño de la Plaza del Imperio, que pretendía unir la Plaza Mayor con la actual Plaza de Viriato

Diseño de la Plaza del Imperio, que pretendía unir la Plaza Mayor con la actual Plaza de Viriato / Estudio de Daniel López Bragado y Víctor-Antonio Lafuente Sánchez

Se denominaría la Plaza del Imperio y pondría en valor el Palacio Provincial, el teatro Nuevo, el Hospicio, el Hospital de Hombres, además de las dos ubicaciones del gobierno municipal. Todas las sedes institucionales se trasladarían a este espacio (Gobierno Civil y Militar, Palacio del Movimiento, Hacienda y las que ya estaban: la Diputación Provincial y el Ayuntamiento). Los tiempos de penurias económicas impiden ejecutar el proyecto.

Liberación de San Juan

Lo que ocurrió a continuación puede definirse como el largo proceso de liberación del templo de San Juan de Puerta Nueva y su incorporación a la plaza. Sede de la cofradía de Jesús Nazareno desde su fundación en 1596, en 1920 el Ayuntamiento cede a La Mañana una franja de la calle de las Lonjas para que construyera una panera para los pasos procesionales. La panera de la Congregación Jesús Nazareno estuvo en uso hasta 1964, momento en que se trasladó al nuevo Museo de Semana Santa. Tres años más tarde se derriba.

Proceso de demolición de las edificaciones anejas a la iglesia de San Juan

Proceso de demolición de las edificaciones anejas a la iglesia de San Juan / Estudio de Daniel López Bragado y Víctor-Antonio Lafuente Sánchez

En 1957, durante las obras de reparación de la capilla de San Miguel, propiedad de la Cofradía de la Vera Cruz, se descubrió el rosetón románico de la fachada del templo de San Juan. Diez años más tarde se derriba la capilla, junto a los cuartos trasteros contiguos a la sacristía de la iglesia.

En 1971, los servicios técnicos municipales redactaron un Plan Especial para la Plaza Mayor que proponía incorporar la iglesia de San Juan a la plaza, "cosa que se menciona aquí por primera vez en la historia" y restaurar el Ayuntamiento Viejo "girándolo" hasta la alineación de la calle Ramos Carrión.

Tras un intenso debate sobre si la cabecera de San Juan debía quedar liberada o por el contrario era mejor dejar en pie las casas adosadas al templo y que componían el lateral de la Plaza Mayor, una moción insta en el Pleno al equipo dirigido por Antonio Moneo para que redactara definitivamente el Plan Especial de la Plaza Mayor. Incluía el derribo de las casas pegadas a San Juan.

Derribo de las últimas edificaciones adosadas a San Juan, en 1982

Derribo de las últimas edificaciones adosadas a San Juan, en 1982 / Estudio de Daniel López Bragado y Víctor-Antonio Lafuente Sánchez

Se fueron dando pasos en ese sentido y el empujón definitivo llegó en 1979, con la intención de las autoridades de declarar a la iglesia de San Juan Monumento Nacional. Para ello era fundamental su total aislamiento de construcciones anejas. Y finalmente las obras de derribo de las últimas construcciones anejas a la cabecera de la iglesia de San Juan se llevaron a cabo en 1982.

El concurso de 1990

La liberación de San Juan cambia una plaza casi simétrica a un espacio heterogéneo y falto de límites claros. La Dirección General de Arquitectura y Vivienda encabezada por Manuel de las Casas presenta en 1984 una propuesta de José María Aparicio Osorio para construir un lateral porticado de cierre de la plaza en el lateral de San Juan. El alcalde, Andrés Luis Calvo y el presidente del Colegio de Arquitectos, Rafel Bérchez, apoyaron el proyecto, pero "tras un pequeño estudio sociológico que mostraba la negativa general de la ciudadanía, el Consistorio finalmente votó en contra de la solución".

Últimas propuestas de remodelación de la Plaza Mayor de Zamora en los años 90

Últimas propuestas de remodelación de la Plaza Mayor de Zamora en los años 90 / Estudio de Daniel López Bragado y Víctor-Antonio Lafuente Sánchez

Trece años más tarde, en 1999, con el alcalde popular Antolín Martín se convoca un "Concurso de ideas para la reordenación de la Plaza Mayor y entorno de la iglesia de San Juan". El concurso lo ganan los arquitectos benaventanos Luis López Sánchez, Julio Carbajo y Luis Barbadillo Lamparero. Era un edificio moderno con soportales que cerraban la Plaza Mayor junto a la iglesia de San Juan. Esta era la idea de más proyectos presentados al concurso, mientras otro grupo de propuestas apostaba por un cierre ajardinado o con elementos livianos y un tercer tipo de opciones abogaba por disponer elementos aislados para completar el frente de la cabecera de la iglesia.

"Tras este proceso se organizó una exposición donde se mostraron todas las propuestas. Al final no se llevó a efecto ni la solución ganadora ni ninguna otra, seguramente por la división de opiniones dentro de la sociedad zamorana".

Plaza Mayor

Plaza Mayor en los años 60 / Estudio de Daniel López Bragado y Víctor-Antonio Lafuente Sánchez

La colocación del Merlú de Pedrero en 1996 y el Ramón Álvarez de Hipólito Pérez Calvo en 2000 junto a San Juan parecen certificar que el Ayuntamiento ha tirado la toalla y todo quedará como está ahora.

"La cultura y la sensibilidad hacia la valoración de los monumentos ha mejorado desde aquellos oscuros años 70 y algunas personalidades piensan que el debate se debería reabrir y escribir el penúltimo capítulo de este espacio urbano zamorano", señala el estudio.

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