Cientos y cientos de personas han pasado desde el pasado jueves hasta el martes por el cementerio de San Atilano para honrar a sus difuntos. Al mediodía el ir y venir de zamoranos que aprovechaban la buena mañana de la jornada festiva era constante. Los saludos y conversaciones entre conocidos en corros en los pasillos o a la entrada del camposanto se sucedían, pero con cierta distancia entre los participantes, sin duda por la asimilación de la distancia de seguridad de la pandemia. “Hacía varios años que no me atrevía a venir por el COVID” decía una señora de avanzada edad a otra con la que hablaba animadamente al sol.
Como ella muchos acudían a recordar a sus allegados por primera vez sin mascarillas, entre ellas muchas personas de edad que ya fuera en solitario o acompañadas avanzaban por el campo santo hacia la tumba de la familia. “Pese al día tan malo que hay no se ven ramos por el suelo”, comentaba una pareja algo perdida en las inmediaciones del cuartel de San Manuel del Ejército, perfectamente adecentado a la espera de la tradicional ofrenda el día de los Difuntos por parte de representantes del Regimiento de Ingenieros de Salamanca.
Incluso los nichos de los personajes conocidos de la ciudad contaban con flores como la tumba de Claudio Rodríguez, donde desde hace unos meses reposa su mujer Clara Miranda, o la del imaginero Ramón Álvarez, que contaba con flores depositadas por la Cofradía de Jesús Nazareno, donde procesionan muchos de los pasos que hiciera el artista para Semana Santa de Zamora.
La animación también la han vivido los floristas que vendían su género en las inmediaciones de San Atilano y que el martes recogían a media mañana porque no les quedaban existencias. “Tal y como ha caído en el calendario nos ha venido muy bien, pues ha venido mucha gente el fin de semana”, decía uno de ellos a lo que una compañera añadía que también ha ayudado en el mantenimiento de las ventas que “no” han subido los precios.
Entre las “singulares” de este año en una tumba, situada en el centro del camposanto, depositaron un ramo con un plástico y dejaron una vela encendida. “Con el airón del lunes se prendió y hubo un pequeño fuego”. Además una pareja amiga de lo ajeno fuerza la hucha de los donativos de las ánimas, situada a la puerta de la capilla donde también abre los lampadarios “un día sí y otro también, pero los trabajadores de cementerio los ya tienen identificados” sostiene una señora asidua del camposanto zamorano.
La escena del cementerio del Tenorio, en el propio camposanto
La Tijera Teatro volvió a representar, con buena respuesta del público, la noche del martes la escena del cementerio de “Don Juan Tenorio” en la explanada que separa el cementerio antiguo de su ampliación.
Además, la jornada de los Fieles Difuntos, el 2, la Cofradía de las Ánimas de San Atilano homenajea a todo los que reposan en el camposanto con una procesión a partir de las 20.30 horas por el cementerio acompañado del Cristo el Perdón, un desfile en el que también tomará parte la Hermandad de Nuestro Señor de Luz y Vida, cuya imagen titular está hasta el jueves en la capilla del recinto.
