Empatizar en la enfermedad: así acompaña la pastoral de Salud a los pacientes de Zamora

La Pastoral de la Salud acompaña a más de un millar de personas en el último año en el Complejo Asistencial de Zamora

Susana Vicente, Héctor Galán, José Luis Miranda y Agustín Crespo a la entrada del Clínico de Zamora. | Diócesis de Zamora

Susana Vicente, Héctor Galán, José Luis Miranda y Agustín Crespo a la entrada del Clínico de Zamora. | Diócesis de Zamora / Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

"Nuestra labor es escuchar, acompañar y empatizar con el paciente sin importar su credo". Así de taxativa se muestra la delegada episcopal de Pastoral de la Salud, Susana Vicente, que el pasado año ha acompañado a más de 1.300 personas durante su estancia en el Complejo Asistencial de Zamora.

Esta mujer, con experiencia en el ámbito del trabajo social que realiza su labor junto a tres sacerdotes en la capital, asegura que "la mejora espiritual forma parte de la atención del paciente y del proceso de recuperación". "Nuestra función es humanizar y estar cerca de las personas para que el trato humano esté presente en los hospitales" señala.

Una vez pasada la fase más dura de la pandemia este servicio ha vuelto a funcionar, regulado por un convenio existente desde hace años entre Sacyl y los obispos de la región, entre ellos el prelado de la Diócesis de Zamora.

A los pacientes se acercan tras comunicarles el personal sanitario la petición de acompañamiento y otras veces "derivados desde las parroquias". A lo que se unen las visitas diarias habitación por habitación por parte de los capellanes. El sacerdote Héctor Galán asegura que la acogida que les dispensan los pacientes "es muy natural por parte de todos: católicos no católicos, creyentes y no creyentes... Nunca hemos sentido ningún tipo de rechazo". Su compañero José Luis Miranda añade que "con nuestra presencia ayudamos en el momento de sufrimiento a los enfermos y a la familia que está muy necesitada, damos esa palabra de aliento y fuerza que necesitan porque tienen a su familiar en un momento delicado y a veces no saben cómo gestionarlo". A mayores están al lado del personal que trabaja en los hospitales que, del trato diario, "ya nos buscan para sus celebraciones familiares como bautizos o bodas" indica Galán.

PRESENTACION PASTORAL COMPLEJO ASISTENCIAL DE ZAMORA

PRESENTACION PASTORAL COMPLEJO ASISTENCIAL DE ZAMORA / JOSE LUIS FERNANDEZ

Para Susana y todo el equipo de la pastoral cada uno de los pacientes es importante. Ella no puede borrar de su memoria a una mujer búlgara ortodoxa de 38 años que venía de Villalpando con una enfermedad degenerativa y una hija de 14 años. "Tras derivarla a Salamanca volvió a Zamora, donde estuvo 3 meses en la UCI y finalmente falleció. Desde el hospital me avisaron, contacté con el centro donde estaba la menor para que viniera al hospital. Estábamos los monitores del centro, las enfermas y le pregunté que con quién quería entrar a ver el cuerpo de su madre y me dijo que conmigo. Fue... muy duro. Estuve con una niña de 14 años despidiéndose de su madre" comparte. Tras una breve pausa añade que "estás preparado para el duelo, pero no para ciertas cosas".

Petición de eutanasia

Con emoción en el rostro Héctor Galán verbaliza su experiencia con una señora que "llego a nosotros casi por casualidad". Una mujer de unos 70 años "de unas creencias religiosas profundas", con un cáncer terminal que "había solicitado la eutanasia". El sacerdote recuerda que "me lo comunicaron los sanitarios y empezamos la intervención con ella sin emplear en ningún momento la palabra eutanasia". A raíz de la relación establecida, "la atendimos en casa y como cuando solicitó la eutanasia algún integrante del comité médico se declaró objetor, su caso tuvo que ir a un tribunal superior de tal forma que no le dio tiempo, pero creo que ella acabó sus días sintiendo que la vida era un regalo de Dios" indica el cura que ofició el funeral tal y como le pidió la finada.

Junto con el apoyo que prestan todos los días del año tanto en los dos hospitales de Zamora como en el de Benavente, por un cuarto sacerdote, la Pastoral de la Salud está formado a 35 personas de cara a a prestar ayuda tanto en el hospital como en hogar, un servicio que se paró con la pandemia y que poco a poco está volviendo a través de los párrocos y de los propios capellanes, por petición de los propios enfermos.

Jornada Mundial del Enfermo

La delegación de Pastoral de la Salud, integrada dentro la vicaría de Pastoral Samaritana, ha plantado una serie de actividades para otorgar visibilidad a los enfermos, los mayores y sus cuidadores. Así el día 9 de febrero a las 18.00 horas, la Casa de la Iglesia acogerá una mesa redonda donde diferentes personas involucradas en el cuidado de enfermos y mayores compartirán sus experiencias. Además, el sábado, día 11 de febrero a las 12.00 horas, la parroquia de Lourdes acogerá la eucaristía con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo que presidirá el vicario de Pastoral Samaritana, Antonio Jesús Martín.