Las uvas blancas ganan terreno en la DO Toro

El Consejo Regulador realiza un balance final de la vendimia, en la que se recolectaron 22,4 millones de kilos, dos menos que el pasado año

Vendimiadores recolectan uva en un viñedo de la Denominación de Origen Toro. | Cedida

Vendimiadores recolectan uva en un viñedo de la Denominación de Origen Toro. | Cedida / María Jesús Cachazo

A pesar de que la Denominación de Origen Toro ha logrado posicionarse como un referente de calidad en la producción de tintos, la creciente apuesta de las bodegas por elaborar vinos blancos, además de garantizar la conservación de variedades tradicionales en la zona, ha servido para aumentar la producción de uvas blancas.

Así se desprende de los datos finales de la campaña de vendimia, que frente a la merma de la producción de tinta de Toro y garnacha, reflejan una cosecha más abundante de las cuatro variedades blancas autorizadas para elaborar vinos amparados por el sello de calidad.

La cosecha final en la zona ha alcanzado en 2023 los 22.480.418 kilos de las seis variedades autorizadas, 2.168.154 menos que en la campaña anterior, aunque el Consejo Regulador ha valorado positivamente la producción final de uva, porque es superior a la media de los últimos años, que cifra en 19,1 millones de kilos.

Del mismo modo, ha recordado que la de 2023 es la tercera campaña en la que se ha permitido un incremento de los rendimientos de uva por hectárea, lo que ha favorecido la mayor producción de las variedades verdejo y malvasía, así como de las últimas blancas autorizadas, moscatel de grano menudo y albillo real que, fundamentalmente, se destinan a elaborar vinos dulces.

El pasado mes de junio, expertos catadores de la Guía Peñín ya animaron a los bodegueros a apostar por la variedad malvasía castellana para elaborar vinos blancos que, en su opinión, pueden apuntalar el futuro de la Denominación de Origen Toro.

Aunque reconocieron que los blancos son menos representativos de la zona, en su opinión, las bodegas deberían aprovechar el "potencial" de la malvasía castellana, una variedad de uva que es "relativamente neutra", pero que con elaboraciones especiales y con una línea de crianzas más largas e incluso oxidativas, puede ofrecer matices singulares a los vinos.

Esta opinión parece haber calado en la Denominación de Origen Toro, ya que la producción de malvasía se ha incrementado en casi 10.000 kilos en la última campaña de vendimia, al pasar de los 689.841 kilos recolectados en 2022, a los 699.006 cosechados este año.

De la variedad blanca verdejo, también se han recolectado más kilos en la vendimia de este año. En concreto, la producción ha pasado de 594.395 a 617.608 kilos, lo que supone un aumento de 23.213. Aunque su producción todavía es limitada, la cosecha de variedades de uva blancas tradicionales en la zona como el moscatel de grano menudo y el albillo real sigue una tendencia al alza.

Cuadro resumen de los datos de vendimia por variedades. | DO

Cuadro resumen de los datos de vendimia por variedades. | DO / DO

La campaña de 2021 fue la primera en la que se autorizó la utilización de ambas variedades blancas para elaborar vinos amparados por el sello de calidad. Desde entonces, la producción ha experimentado un progresivo crecimiento, hasta alcanzar los 21.563 kilos de albillo real en 2023, cuando en las dos campañas de vendimia precedentes se recolectaron 14.652 y 13.566 kilos, respectivamente.

En el caso de la variedad moscatel de grano menudo, la última cosecha ha rozado los 7.700 kilos, mientras que el pasado año se recolectaron 6.468, y en 2021 las bodegas tan solo recepcionaron 2.016 kilos.

Variedades tintas

En el lado opuesto se sitúan las variedades de uva tintas, cuya producción ha sido inferior en la última vendimia. Así, de la autóctona tinta de Toro se han recolectado un total de 20.826.670 kilos, casi dos millones menos que en la campaña de 2022.

La reducción de cosecha de uva es más pronunciada en el caso de la tinta garnacha, a pesar de que algunas bodegas han lanzado al mercado vinos monovarietales elaborados únicamente con la citada variedad. En la última vendimia, se han recolectado 377.877 kilos de tinta garnacha, 62.111 menos que en 2022, cuando en los lagares de las bodegas se procesaron un total de 439.988 kilos.

Por otra parte, el Consejo Regulador resaltó que la calidad del fruto recolectado ha sido "extraordinaria" y que varias bodegas ya han apuntado que "esperan magníficos vinos de la añada 2023". La campaña de vendimia arrancó este año el 21 de agosto y se prolongó hasta el 16 de octubre, aunque el grueso de las bodegas concluyó la recogida a finales de septiembre.

En cuanto al ciclo vegetativo de la vid, el órgano vinícola precisó que este año se ha caracterizado por una cantidad de precipitaciones muy superior al año anterior y por encima de la media registrada en la historia de la Denominación de Origen Toro.

Además, aunque la brotación fue desigual, la campaña se ha caracterizado por la óptima sanidad de los viñedos y la ausencia de enfermedades fúngicas. Ahora, solo queda esperar a que la calidad del fruto recolectado en la vendimia se refleje en los vinos de la nueva añada.

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