Pintadas de Pasión

De los murales y grafitis cofrades

Mural en la rúa de los Notarios

Mural en la rúa de los Notarios

Rubén Sánchez Domínguez

Rubén Sánchez Domínguez

El pasado Domingo de Pasión, el obispo de la Diócesis D. Fernando Valera Sánchez bendecía el mural promovido por la Hermandad Penitencial del Smo. Cristo del Espíritu Santo en el muro Oeste de la casa parroquial de su sede canónica. No es frecuente bendecir un mural, pero la hermandad ha querido que éste, fuera, además de una obra artística –que sirva de ornato para el entorno de su parroquia–, un marcador devocional en el barrio que los acoge.

Nuestra Semana Santa ya había protagonizado murales en el pasado. El primero de ellos, cuyo objeto fue esta misma hermandad, tuvo una vida demasiado efímera (quizás una broma del destino buscando coherencia con lo efímero de lo representado). Obra de Alejandro Pérez Carbajal y David Sánchez Cobos, conocidos como "Land y Maker" y realizada pasada la Semana Santa de 2015, representaba, en escorzo, una vista frontal de las andas del Cristo del Espíritu Santo. Con una composición piramidal y un trazo muy suelto, el mural plasmaba a varios cargadores, el tenebrario delantero de las andas y el arranque de la imagen del Cristo muy desdibujada (casi una mancha de color), que se fundía con el soporte en un sentido ascensional, que acentuaba el misterio de la Pasión.

Este mural fue uno de los primeros que comenzaban a colonizar las paredes en nuestra ciudad. Se encontraba en la pared medianera del edificio situado en el número 13 de la rúa de los Notarios, mirando hacia la cuesta del Mercadillo y dentro del recorrido de regreso a la iglesia de la hermandad representada, tras su Acto de Proclamación de la Pasión del Señor en el atrio de la Catedral. La obra se enmarcó entre las primeras actuaciones encaminadas a tratar de adecentar algunas paredes del casco histórico de la ciudad, desarrolladas por la concejalía de cultura, en aquellos momentos a cargo del edil Francisco Javier González. En marzo de 2018, ante el lamentable estado del inmueble, el ayuntamiento instó a los propietarios a que efectuaran las actuaciones necesarias para evitar un mayor deterioro y a la Junta Pro Semana Santa a modificar los itinerarios, entre ellos el de la cofradía protagonista. Las reformas efectuadas en el edificio incluyeron la pintura de la pared, que cubrió la obra. Así pues, este mural decoró la rúa de los Notarios apenas dos años. Finalmente, el inmueble fue derribado en 2022.

No es extraño, y tiene mucho sentido, que este tipo de manifestación artística, eminentemente urbana y callejera, se haya terminado fijando en una celebración con una presencia en la calle tan notable como la Semana Santa

Un año antes de la realización de este mural otras ciudades cercanas, como Astorga, ya contaban con obras de este tipo. En el caso de la capital maragata se trata de una representación de las cofradías de la villa a partir de los hábitos de sus cofrades. Situado en la "Plaza de la Semana Santa de Astorga", uno de los rincones más populares en el recorrido de las cofradías astorganas, es obra del artista, David Esteban. Las ciudades de León y Ponferrada, por su parte, también cuentan con varias representaciones pasionales de esta disciplina urbana, en las que predominan imágenes de cofrades (es posible que por ser uno de los elementos de mayor plasticidad y fácil representación). Quizás, sigan la estela –sin saberlo–, del pintor desconocido que plasmó, hace más de un siglo, a varios penitentes en los muros de la iglesia Ntra. Sra. del Otero de Vizbayo, y que me descubrió Josemi Lorenzo hace unos años.

El nuevo mural promovido por la Hermandad Penitencial del Smo. Cristo del Espíritu Santo representa, de forma muy expresionista, la cabecera de su procesión del Viernes de Dolores. Se trata de una interpretación libre de una fotografía de Pablo Peláez que ilustró el cartel de la hermandad, en 2014. Su realización se ha enmarcado dentro de los actos de conmemoración de su Quincuagésimo Viernes de Dolores y del 50 aniversario de la Constitución Canónica de la Hermandad, que se cumple el próximo 12 de diciembre. El motivo principal de la obra –y el que concentra un mayor nivel de detalle–, es la Cruz Guía de la hermandad, la segunda que ha tenido esta corporación y que fue regalada por la familia Alonso. Con diseño de José Alonso Luengo, fue tallada en madera por Julián Román Gonzalo "Alito", uno de los tallistas más señeros de la ciudad. Pese a su cronología, relativamente reciente, se trata de una de las piezas más singulares y brillantes de la artesanía aplicada a la Semana Santa, y que en la procesión pasa un tanto desapercibida.

No es extraño, y tiene mucho sentido, que este tipo de manifestación artística, eminentemente urbana y callejera, se haya terminado fijando en una celebración con una presencia en la calle tan notable como la Semana Santa. En las últimas semanas otras cofradías han promovido diferentes murales por la ciudad. La de Nuestra Madre de las Angustias, uno que plasma, de forma realista, a su imagen titular, obra de Saúl Alija, quien ya pintó, en 2022, la imagen del Jesús de la Tercera Caída –y el escudo de su cofradía–, en el registro de luz situado junto a la iglesia de San Lázaro (en un proyecto general de intervención sobre estas instalaciones eléctricas de la ciudad); y la de la Tercera Caída, que ha encargado a Carlos Adeva, la representación de su escudo, en la fachada de su nueva casa de hermandad.

Sin embargo, además de estas "pintadas" legales –y promovidas de manera oficial–, tuvimos otras, espontáneas y clandestinas, que buscaron motivar la reflexión sobre la celebración de la Semana Santa. Aparecieron en la Semana Santa de 2008, en forma de "plantilla" o "estarcido" por varias de las ciudades con mayor tradición semanasantera, entre ellas Zamora y Sevilla (otra señal…). Junto a la representación esquemática de un crucificado, figuraban varios penitentes y público -presenciando un cortejo procesional-, con el lema: "¿Habré muerto solo para salvar el turismo?". Andrés Rábago García, "El roto", firmó una viñeta basándose en ella en marzo de 2022.

La reflexión, que cobra actualidad cada año –y más en este, que una vez más la lluvia ha arruinado la única dimensión que tiene todo esto para muchos kofrades–, me parece una buena forma de comenzar la Pascua. Quizás, esta octava de Resurrección sea un buen momento para que las cofradías, los cofrades, y la iglesia diocesana se planteen seriamente qué quieren que sea todo esto en el futuro, y el papel que van a jugar –todos ellos–, en el proceso.

Feliz Pascua de Resurrección a todos.

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