Revive la procesión de la Tercera Caída - 25 años de la Corona de Espinas

Pese al viento, la cofradía completa un recorrido con ligeras modificaciones en la Plaza Mayor para facilitar el acceso de los numerosos cofrades

DIRECTO | Procesión de la Tercera Caída en Zamora 2024

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

La Corona de Espinas, una de las extraordinarias aportaciones de ha efectuado el escultor José Luis Alonso Coomonte para la Hermandad de Jesús en su Tercera Caída cumplía 25 años de su introducción en el desfile procesional del Lunes Santo. Y un Lunes Santo más la hermandad y el artista benaventano volvían a sellar su fuerte vínculo con una nueva contribución del benaventano. En esta ocasión, se trataban de nuevas cruces bautizadas como de la experiencia que portan los hermanos más veteranos que procesionen.

Otra de las piezas del genial Coomonte, la Cruz de Yugos, estrenaba un incremento en la cifra de cargadores por banzo para facilitar su recorrido, a lo que unió ligeras variaciones en el itinerario y en el acto de la Plaza Mayor para agilizar el desarrollo del desfile en una hermandad que ha dado la bienvenida a casi 200 nuevos hermanos y hermanas.

Pese al tiempo desapacible y al severo descenso de las temperaturas, las aceras estaban llenas a lo largo de todo el recorrido. Bufandas, guantes y gorros formaban parte de la indumentaria de numerosos cofrades de acera.

Minutos antes de la hora de salida, empezó a pintear. Los primeros paraguas se abrían. "¿Ahora saldrán o no saldrán?" preguntaba alguno en voz alta. La respuesta llegó en cuestión de instantes, pues comenzaron a tocar los tambores de inicio.

1. Salida de la iglesia parroquial de San Lázaro. 2. Los hermanos, con las andas durante los preparativos. 3. Una joven cofrade, en el interior del templo. 4 y 5. Los cofrades minutos antes del inicio del desfile, uno de ellos con una niña en brazos. 6. Acto por los fallecidos en la Plaza Mayor. 7. Jesús en su Terera Caída. 8. La Virgen de la Amargura. 9. Coro de «La muerte no es el final».  | Ana Burrieza

Salida de la iglesia parroquial de San Lázaro. / Ana Burrieza

Los clarines y tambores abrieron el cortejo. Tras ellos el barandales escoltado por un nutrido grupo de bebés, donde varios de ellos portaban las cruces pectorales, el símbolo identificativo de la nueva savia de la hermandad.

El libro de difuntos y los hermanos de coro enlazaban con las distintas cruces de múltiples materiales de Coomonte y la Cruz de Yugos, con más cargadores para facilitar el avance. Tras ella desfilaba la Corona de Espinas, inspirada en la Pasión de Cristo y formada por una sucesión circular de rejas de arado entrelazadas que recrean de manera imponente el símbolo de sufrimiento y redención.

25 años de la Corona de Espinas

Virgen de la Amargura / Ana Burrieza

El grupo escultórico de La Despedida, de Pérez Comendador, avanzaba a buen ritmo al sol interpretado por la numerosa Banda de Música maestro Nacor Blanco.

Las notas de esos zamoranos se mezclaron en varios puntos del recorrido con las que tocaba la nutrida Banda de Música de Zamora que un año más respaldaba el camino de la imagen titular, Jesús en su Tercera Caída.

25 años de la Corona de Espinas

Un padre con su hija al inicio de la procesión. / Natalia Sánchez

El viento reinante impedía que muchos hermanos y hermanas pudieran controlar la capa e incluso que tuvieran encendida la cera líquida de su hachón y más de uno se congratulaba del destierro, hace ya más un lustro, de la vela convencional que habría causado que más de una capa de raso negro ardiera.

También se movía el manto de la Virgen de la Amargura, bellamente adornada, escoltada por cientos y cientos de hermanos y hermanas.

La procesión avanzó hacia el Riego, luego se sucedió Santa Clara para ya en la Plaza Mayor la comitiva rodear la iglesia de San Juan, como el año pasado. Poco a poco, comenzaron a acceder los hermanos y hermanas.

Con los tres pasos ya en el ágora mirando a la Policía Municipal los hermanos del coro, que cumplía 15 años. Las palabras del capellán de honor, Agustín Montalvo, dieron paso a la entonación de "La muerte no es el final", convertido en todo un himno en la Pasión.

La procesión culminó en el recinto provisional instalado en la plaza de Claudio Moyano.

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