Zamora, plena de júbilo en la procesión de la Borriquita

El severo envejecimiento que sufre desde hace décadas la ciudad parecía el domingo un espejismo al ver las calles zamoranas abarrotada de menores y de carritos de bebés. Niños de corta edad con palmas que, a veces, medían tanto como ellos, cuyos rostros evidenciaban una gran emoción, pues quizá participaban en su primera procesión, un desfile que formará parte de su memoria al igual que la costumbre de estrenar alguna prenda el Domingo de Ramos pues quien no lo hace no tiene pies, ni tiene manos.

El partir desde la carpa, la primera procesión que comenzaba desde la instalación ubicada por la Junta pro Semana Santa de Zamora en la plaza de Claudio Moyano para facilitar la salida de los desfiles, hizo que muchos no supieran dónde situarse para procesionar, con lo que se formaran múltiples filas de niños y adultos en la plaza de Viriato.

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Y mientras unos intentaban hacerse con un hueco para emprender la marcha, el paso de La Borriquita que hiciera Florentino Trapero salió del interior del espacio provisional, tras su traslado desde la iglesia de San Vicente, su casa desde la desaparición del Museo de Semana Santa de Zamora, la tarde del Sábado de Pasión.

A las cinco y media en punto se oyó la voz del presidente de La Borriquita, Alberto de la Fuente, que pedía a los hermanos que se cubrieran el rostro. De inmediato los caperuces morados de los casi 150 hermanos se movieron. A continuación, el capellán de la hermandad, Pedro Juan Martínez, se dirigió a los presentes y luego tomó la palabra el obispo de Zamora, Fernando Valera Sánchez, quien en su intervención, antes de una rápida bendición de las palmas, aludió al gozo de la presencia de tantos niños y a la efeméride de los 75 años que festeja la Real Cofradía de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén, que se creó en noviembre de 1948 para que los niños de Zamora honraran a Dios en su entrada triunfal en Jerusalén y ostentando el título de Real Cofradía por ser Rey Cristo en este pasaje evangélico.

Música

Los tambores de la Banda de Cornetas y Tambores Ciudad de Zamora comenzaron a tocar anunciando la inminente salida de la procesión más alegre de toda la Semana Santa de Zamora que supone el inició el Misterio Pascual, la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

Instantes más tarde el barandales Nicanor Fernández inició el repique de sus campanas dando paso a la cruz guía, los pendones y los hermanos de la cofradía algunos de ellos menores por su vestimenta, con turbante púrpura en el caso de ellos y de pañuelo azul, de ellas. Con el himno nacional interpretado por los músicos de la Banda de Música de Zamora, dirigida por Manuel Alejandro López, el grupo, que para festejar los 75 años de la cofradía llevaba adorno floral, comenzó su avance seguido por el obispo de Zamora y el presidente de la cofradía que llevaba una palma muy labrada, la que el prelado zamorano había utilizado en la procesión dominical y que se la había regalado. Tras ellos los representantes de las cofradías y hermanades de la Pasión de Zamora.

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