Opinión | Lo común

La infamia vicaria

Última manifestación contra la violencia vicaria

Última manifestación contra la violencia vicaria / EUROPA PRESS

De todas las brutalidades machistas, nada me aterroriza más que la llamada "violencia vicaria". Me pregunto qué tipo de cerebro, a ausencia de él, hay que tener para decidir que la mejor forma de vengarte de la pareja que tuvo un día la desgracia de unirse a ti, es destruir lo que más quiere: sus hijos, que también son los tuyos. La explicación más fácil y falsa a este fenómeno es pensar:

Son locos. No pueden estar en sus cabales.

Pero lo cierto es que no. La locura es otra cosa, que se explica médicamente y que incluso, en la mayor parte de los casos, se puede tratar y controlar sus efectos. La bestialidad del que es capaz de matar a sus hijos para castigar a su madre no es una enfermedad, no se sabe que sea tratable o que haya algo que pueda hacerse para volver a esa bestia humana a su ser. Y lo que es peor, no es precisamente una rareza; la noticia es frecuente, demasiado. Ese hombre, como el de hace un par de días. que mata a su mujer y después a sus dos hijas gemelas de 8 años, porque ella, yo qué sé, se iba a divorciar o le había dejado de reír las bestiadas o no se dejaba pegar suficiente. Después, eso sí, al menos en este último caso, la tragedia termina con el suicidio del infraser. Que yo en estos casos, siempre pienso lo mismo:

Podía el imbécil haber empezado por el final.

La bestialidad del que es capaz de matar a sus hijos para castigar a su madre no es una enfermedad, no se sabe que sea tratable o que haya algo que pueda hacerse para volver a esa bestia humana a su ser.

Pero no, primero hay que acabar con todo su mundo, porque es suyo y solo de él, y si quieren abandonarlo habrá de morir su mujer y sus hijos y todos los posesivos que se le pongan por delante. Lo llaman violencia vicaria porque ellos solo quieren hacer daño a la mujer, pero saben que hay algo que les hará más daño que su propia muerte: la de sus hijos e hijas. Estos, pues, son solo un medio, un instrumento para dañarlas a ellas, para destruirlas. Malditos sicópatas.

Y como siempre en todo lo relacionado con la violencia machista, lo que vemos es solo una miaja, un poco, la punta del iceberg. Por cada víctima múltiple de este tipo, hay que imaginar la cantidad de mujer amenazadas, agarrotadas, aterradas, que no se atreven a rebelarse contra esos sacos de mierda con patas porque pende sobre sus cabezas la peor de las amenazas.

Como hables, como me denuncies, como no digas a todo amén, mataré a nuestros hijos y después a ti.

A saber cuántas mujeres viven bajo el infierno de esa amenaza brutal. Hay que reformular aquello de Hobbes, según el cual "el hombre es un lobo para el hombre". No, es un lobo para la mujer. Y que me perdonen los lobos, infinitamente más nobles.

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