Opinión

Involución del turismo

CARTAS

CARTAS

Allá donde rompe el viento olas y dunas de arena, percibo un desmesurado crecimiento turístico que parece haber llegado a su cima. Crece la demanda turística mientras se genera un déficit de trabajadores para sostenerlo, con un distanciamiento evidente entre el valor del dinero y el sudor de unos trabajadores cansados de limpiar inmundicias y caprichos de esos llamados turistas de borrachera, que abusando de su presunta ignorancia, desconocimiento, y vacíos de todos los valores morales y éticos, están convirtiendo nuestras costas en cuevas de la delincuencia y todo tipo de abusos.

No toda la culpa es de esos turistas que van dejando su dinero entre trileros, y chiringuitos de una baja calidad, la culpa es de una sobreexplotación no controlada y guiada por una escasa sensibilidad por la propia naturaleza.

Revolcados en blancos arenales y atusada su piel por una suave brisa marina y un sol en lo alto riendo a carcajadas, pasan largos veranos abusando de la confianza de la buena gente.

Jóvenes procedentes de otros lares, que parecen empeñados en remendar viejas tradiciones culturales a las suyas. Remiendos que van cosiendo con disimulo a empeñones, marcando siempre la distancia presumiendo de su blanca piel y rubia melena como orgullo de pueblo trasnochado.

La involución del boom turístico en Mallorca, parece haber iniciado el camino de vuelta, y muchos, pronto, de seguir este crecimiento desmedido de multitud de locales cerrados, falta de trabajadores que dejen sus manos a cambio de nada.

Sí, cierto, también en estas tierras nuestras sufrimos de otro tipo de involuciones que dejan vacía la tierra, viejos establecimientos y bares de pueblo. Involución que sigilosamente avanza hacia lo irremediable.

Espero que pronto evolucione, de nuevo, el esfuerzo, el trabajo compensado, la ética y la moral que ha de estar sustentada por el sentido común. Urge cambiar la dinámica de decadencia.

Siempre, tras el crecimiento desmedido llega la decadencia; y tras el viento del norte, siempre llega el viento del sur.

Benjamín Charro Morán

Suscríbete para seguir leyendo