Opinión | Zamoreando

Pregones

Sara Pérez Tamames dejó epatado al público

Sara Pérez Tamames, pregonera del Club, junto a Carmen Ferreras.

Sara Pérez Tamames, pregonera del Club, junto a Carmen Ferreras. / ANA BURRIEZA

Siempre he dicho y mantenido que hay un antes y un después del pregón de Semana Santa pronunciado por Eva Crespo. Sin duda el mejor pregón no solamente que yo recuerdo, sino que recuerdan multitud de zamoranos. Parece que la estoy viendo enhebrar sus palabras en el aire, aportando esa importante dosis de lozanía, de estilo, de gracia que nos enamoró a todos, que hizo de tan solemne acto, un disfrute para los sentidos. Porque pudimos disfrutar el Pregón de Eva Crespo con los oídos, sí, pero también con los ojos. Eva marcó un cambio de tendencia que lamentablemente no tuvo continuación, hasta el pasado martes.

Tenía que ser otra mujer, joven y sobradamente preparada, Sara Pérez Tamames, la que devolviera al Pregón de Semana Santa, lo que el Pregón de Semana Santa necesita. La joven letrada dejó epatado al público asistente al Pregón de la Semana de Pasión del Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. Sin estridencias, sin alharacas, sin personalismos, con sencillez, utilizando también un lenguaje no verbal que convertía sus manos en palomas y sus brazos en alas al viento. Del principio al final, Sara consiguió mantener la atención y lo que es más difícil, la emoción del público a flor de piel, resbalando por las mejillas, poniendo brillos en la mirada. Fue un placer inenarrable escuchar la voz dulce, aterciopelada y firme de Sara en un pregón extraordinario.

Sobre los pregones y los pregoneros existe una crítica a veces demoledora que, no obstante, se piensa más que se dice o se dice en petit comité porque la gente es cobarde y prefiere realizar un acto de hipocresía a un acto de reconocimiento de lo que encierran los pregones y que no son otra cosa que cursilería en grado sumo, los hay que han rizado el rizo de lo cursi. Porque luego está el pregón listín telefónico, trufado de nombres, el pregón de presentación oficial y pública de la familia, el pregón itinerario que aburre a las ovejas, el pregón que va a salto de mata como si se hubiera utilizado una especie de corta y pega, el pregón tostón y así sucesivamente hasta que llegó Eva Crespo y aún después de Eva Crespo.

Sara Pérez Tamames ha entrado en el orbe de los pregones para romper la racha que volvía a coger fuerzas. El suyo fue un pregón impecable e impagable. Un pregón con altas dosis de amor "porque ese es el germen con el que en Zamora se escribe la Pasión". Y así fue el Pregón de Sara: "El itinerario que nos recorre el corazón, porque para mí eso es la Semana Santa, nuestra particular historia de amor". Y es que Zamora lleva el amor incluso en su nombre, como recordó Sara. Todavía me emociono cuando recreo la imagen de Sara en mi memoria. Tuvo palabras de amor y de reconocimiento para todos cuantos "hacen" la Semana Santa: "Pero para amor, el que se entrega bajo los banzos, la fe dispuesta de faldillas para adentro. Que orgullo nuestros cargadores, que portan sobre los hombros el alma de esta tierra, que sostienen el equilibrio entre el cielo y el suelo…".

Tú sí que eres un cielo de mujer, querida Sara. Formas un duplo extraordinario con Eva. Dos nombres de mujer cortos, pero sin embargo largos en saber. Habéis devuelto a los pregones la frescura que nunca debió perder y la verdadera identidad cristiana que es la fe de nuestros mayores.

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