Opinión

Catedráticos de la mentira, el engaño y la transformación

En el Congreso de los Diputados es donde sus señorías más disfrutan, rivalizando por ver quién insulta mejor

La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, en el Congreso de los Diputados, a 21 de febrero de 2024, en Madrid.

La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, en el Congreso de los Diputados, a 21 de febrero de 2024, en Madrid. / EP

Si algo estamos aprendiendo de las más altas autoridades de la nación –presidente del Gobierno, sus ministros y presidenta del Congreso– es a poner cara de buenos cuando mienten, tratan de engañarnos o, simplemente, se transforman para cambiar de dirección si es que atisban el más mínimo contratiempo en su gestión (quien tiempo atrás decía que sin Presupuestos no se puede gobernar, Pedro Sánchez, ahora descarta llevar al Congreso el Proyecto de los Presupuestos para el año en curso, porque con la que tiene entre manos teme que se los pudieran tumbar).

¡No hay dos sin tres! ¿Cuál será su próxima "larga cambiada", presidente?

Poner cara de bueno (de cínico diría servidor) cuando, además de intentar ocultarnos la verdad sobre cualquier asunto, se empeña en hacernos creer que todo lo hace por una mejor convivencia entre los españoles, ya no cuela. En algunos casos la pone cuando dice que está "trabajando lo indecible" para llegar hasta el fondo de la cuestión, "caiga quien caiga…". Y nosotros, a seguir tragando quina, aun cuando somos conscientes de que nos está mintiendo, y de qué manera; nos engaña, sin el menor rubor; o intenta justificar su transformación, aduciendo motivos de Estado… ¡Qué tremendo sinvergüenza es usted, señor Sánchez!

Pedro Sánchez, cual capo consagrado, que ya es, caso de que algún día a alguien se le llegue a ocurrir distinguir a los más mentirosos, por sus "maneras de hacer de la necesidad de mentir, virtud", no hay duda alguna que se hará con el primer premio pues, a estas alturas de la película –no creo que ya nadie lo pueda cuestionar– es el "number one" de la mentira, del engaño, del cinismo y de la transformación… Bueno, digamos, de los cambios de opinión.

Como simples espectadores que somos de tan lamentable función, el hecho de que cada uno podamos tener nuestra opinión, no pocas veces derivada del lastre de la tradición, es de lo que se aprovechan los que mienten y engañan porque saben que por muy gorda que sea la mentira, el engaño o la transformación, siempre van a contar con el apoyo o la comprensión de los que, como en el fútbol o en cualquier otra afición, se conforman con que pierdan los contrarios, aunque el VAR haya podido demostrar que el gol de la victoria se marcó con la mano, en fuera de juego, o cuando el árbitro estaba despistado contando los billetes que le iban a caer del cielo por su neutral actuación

El segundo puesto, últimamente se lo están disputando José Luís Ábalos y Francina Armengol, "a cara de perro". Según los últimos datos que se manejan, de momento van empatados en la clasificación, aunque lo más probable es que termine siendo "la señora" la que se cuelgue la medalla de plata porque "el señor" va a acabar exhausto de tanto buscar su nueva ubicación.

Para los siguientes puestos, son sus señorías Montero y Bolaños las que están haciendo más méritos para seguir a Ábalos y Armengol en el "top ten" de los golfillos más mentirosos, u olvidadizos (lo que dijo la señora Montero ante las cámaras de televisión sobre el novio de la señora Díaz Ayuso, ahora niega que lo dijo…).

¡Madre mía, cuantos personajes compitiendo por tan dudoso honor!

En fin, que habremos de seguir atentos a la pantalla para no perdernos el desenlace final de tan emocionante carrera al estrellato de la mentira, del engaño y de la confusión, que es en lo que, como expertos en la materia que son, nos quieren hacer caer los primeros espadas de la penosa "corrida nacional" que está teniendo lugar, un día sí y otro también, en el Congreso de los Diputados, que es donde sus señorías más disfrutan, rivalizando por ver quién insulta mejor, sin que se note; quien sonríe más y de manera más descarada, sin sonrojarse; y quien es más irrespetuoso con los demás, sin importarle lo más mínimo las críticas de los que seguimos sus andanzas por la televisión, la radio, la prensa o las redes sociales en las que se atreven a entrar.

Pero claro, como simples espectadores que somos de tan lamentable función, el hecho de que cada uno podamos tener nuestra opinión, no pocas veces derivada del lastre de la tradición, es de lo que se aprovechan los que mienten y engañan porque saben que por muy gorda que sea la mentira, el engaño o la transformación, siempre van a contar con el apoyo o la comprensión de los que, como en el fútbol o en cualquier otra afición, se conforman con que pierdan los contrarios, aunque el VAR haya podido demostrar que el gol de la victoria se marcó con la mano, en fuera de juego, o cuando el árbitro estaba despistado contando los billetes que le iban a caer del cielo por su neutral actuación.

Craso error, porque quienes ahora se creen ganadores por haber mantenido el sillón, más pronto o más tarde van a tener que soportar el peso de la traición de los que, ya lo están anunciado, seguirán erre que erre hasta que puedan votar por la autodeterminación.

Que nadie piense que la amnistía nos va a salir gratis.

¡Por Dios, qué esto acabe pronto, para que los que disponemos de tiempo libre podamos dedicarnos a algo mejor que a seguir los avatares de la indecente legislatura en que estamos metidos, que, dicho sea de paso, está siendo de lo más vergonzoso, lo peor!

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