Opinión | Buena jera

Veinte años del 11-M

Nadie de aquel gobierno nos ha explicado la razón de sus manipulaciones y mentiras

Atentado del 11-M

Atentado del 11-M

Mañana se cumplirán veinte años de un atentado que provocó 191 muertos y 1.857 heridos en Madrid. España y el mundo quedaron conmocionados, dolidos, por semejante salvajada y por la forma en que se produjo: la colocación de 13 mochilas o bolsas repletas de explosivos en trenes de cercanías. Siembra de muerte indiscriminada que alcanzó, sobre todo, a gentes humildes que iban de madrugada a su trabajo o a sus clases en la gran ciudad. El 11 de marzo del año 2004 quedó ya para siempre grabado en la memoria y el corazón de los ciudadanos y alarmó a todos los países que entendieron que tal barbaridad podía producirse en su territorio. La tragedia tuvo lugar solo tres días antes de unas elecciones generales en las que, como principales aspirantes a La Moncloa, competían Mariano Rajoy (PP), designado a dedo por Aznar unos meses antes, y José Luis Rodríguez Zapatero, secretario general del PSOE desde el 2000. Partía como favorito el candidato popular, pero las encuestas no anunciaban una victoria rotunda. Para el viernes 12-M se esperaba un emocionante cierre de campaña. No lo hubo. Los atentados condujeron a la lógica suspensión de toda actividad política. España se quedó sin respiración, a la espera de información, de culpables, de detenciones, de algo que explicara lo que había sucedido y por qué.

La opinión más extendida es que Aznar y su gobierno pensaban que si hubiese sido ETA saldría favorecido el PP, pero si los autores fueron los islamistas, lo sería el PSOE

El Gobierno, presidido por José María Aznar, encontró pronto la respuesta: había sido ETA, algo que también creyeron al principio muchos españoles. No estaba claro, pero Aznar se lo aseguró a los directores de los principales medios de comunicación en llamadas personales. Poco a poco, a lo largo de estos años, se han ido conociendo detalles de esas conversaciones y de las reticencias de varios de esos periodistas. Y se ha sabido también que el propio presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, el hombre más poderosos del mundo, el amigo de Aznar en la famosa foto de las Azores, se presentó, acompañado por su esposa, en la embajada española en Washington para ofrecer sus condolencias "a un pueblo amigo" por la tragedia del 11-M. Fue entrevistado por Lorenzo Milá durante siete minutos, una joya periodística y más en aquellas duras circunstancias. Sin embargo, pásmense, TVE no emitió la conversación íntegra. Se limitó a unos "cortes" en el Telediario. Protestó, sorprendida, la embajada americana, pero en TVE, presidida por José Antonio Sánchez y con Urdaci como director de informativos, no se dieron por aludidos: habían censurado al amigo Bush (imaginamos que con la aquiescencia de Aznar), pero allí no había pasado nada.

¿Por qué esta actitud? No es difícil de entender: el presidente estadounidense ponía en muy seria duda lo que estaba diciendo Aznar sobre la autoría de la masacre. Bush afirmó: "Aun no sabemos quién lo ha hecho. Yo no descartaría a nadie. Los hechos se irán conociendo y será más fácil para el Gobierno saber cómo proceder". Ofreció su ayuda a España y, en conversación privada con el embajador Javier Rupérez, que atribuía el atentado a ETA, le aseguró que "mis servicios me dicen que, a lo mejor, no han sido ellos, sino que han sido otros". Aunque no supiera quién había sido, Bush ya sabía quién no había sido. Rupérez contó a José María Aznar las impresiones del presidente americano, pero éste siguió a lo suyo, pese a que la posible autoría de grupos islamistas aumentaba entre políticos, periodistas y opinión pública. En las manifestaciones del 12-M ya se coreaba "¿quién ha sido?, quién ha sido?" como pude comprobar personalmente en la celebrada en Valladolid. Al finalizar, entrevistamos a Álvarez Cascos, quien con su finura habitual nos contestó con cajas destempladas cuando le preguntamos por los responsables de la matanza.

La opinión más extendida es que Aznar y su gobierno pensaban que si hubiese sido ETA saldría favorecido el PP, pero si los autores fueron los islamistas, lo sería el PSOE ya que los atentados se relacionarían con la participación española en la guerra de Irak. ¿Verdad, exageración? Veinte años después, Aznar no ha pedido disculpas por las mentiras lanzadas aquellos días ni ha explicado por qué se negó a aceptar la teoría de su amigo Bush, por qué censuró la entrevista en TVE o por qué rechazó pruebas que ya presentaba la propia policía española. O por qué desde su partido y sus aliados mediáticos alimentaron lo de la autoría de ETA durante años y años a pesar de la detención y condena de los responsables, todos ellos islamistas radicales. Aun hoy, continúan lanzando sospechas, insidias, medias verdades…Y lo terrible que hay gente que todavía se lo cree.

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