¿Son distintos los propietarios del Castillo y de la obra de Baltasar Lobo?

Al menos deberían ponerse de acuerdo sobre si hacer la tortilla de patata con o sin cebolla

Obra de Baltasar Lobo

Obra de Baltasar Lobo

Agustín Ferrero

Agustín Ferrero

Podría decirse sobre el concepto de propiedad que es el derecho que asiste a usar y disponer de algo dentro de los límites legales. Y cuando se trata de una propiedad pública, algo que afecta, por igual, a todos los habitantes de un determinado territorio. En este último caso se encontrarían los ayuntamientos y las diputaciones provinciales.

Las diputaciones son órganos de elección indirecta que gobiernan la provincia, con la misión de gestionar los intereses económico- administrativos. De manera especial le corresponde desarrollar la cooperación necesaria con los municipios que no llegan a cubrir sus necesidades para que puedan ofrecer servicios de calidad. Sus gestores son los presidentes y los diputados.

Los ayuntamientos son órganos de elección directa, con misiones similares a las diputaciones, pero adaptadas a un determinado municipio. Los gestionan los alcaldes y los concejales.

Los alcaldes, concejales, presidentes de diputación y diputados, van pasando, pero las instituciones públicas perduran en el tiempo. Y en el futuro deberían poder presumir de haber sido protagonistas de un pasado enriquecedor, y no de ciertas rémoras que hayan lastrado su gestión.

Pero algunos gestores anteponen sus apetencias personales, o de partido, a las del conjunto de los ciudadanos a los que representan. Ahí empiezan los problemas. Además, tienen la costumbre de hacer todo lo contrario de lo que haya propuesto la oposición política. Y así nos van las cosas.

Aquí, en Zamora, continúa en candelero el asunto de la ubicación del museo Baltasar Lobo. Lleno de contradicciones y decisiones partidistas. Muy polémico. Tras años de fuertes discusiones, en los umbrales del presente siglo, concretamente en 2005, se decidió que la ubicación sería en el Castillo. Para ello el PP, que, a la sazón, gobernaba el Ayuntamiento y la Diputación, así lo acordaron. La Diputación cediendo el Castillo y el Ayuntamiento aportando la obra del escultor de Cerecinos.

La Diputación no debería tratar al Ayuntamiento como a un inquilino del tres al cuatro, ni el Ayuntamiento dejar de considerar que el tema del Museo Lobo, es cosa de todos, y no de una corporación determinada

Pero quiso el destino que los fondos europeos con los que se contaba para afrontar tal proyecto se agotaran al ser empleados, en su totalidad, en sanear y poner en orden la arquitectura y los alrededores del Castillo. Y el museo se quedó huérfano de fondos económicos. Así que fue trasladado, provisionalmente, primero a la iglesia de San Esteban, y después a un local alquilado. Tal provisionalidad continúa a fecha de hoy y, al paso que vamos, continuará allí por tiempo indefinido: hay quien dice que otros veinte años.

En el año 2013 (19 de junio) el entonces concejal del PP Francisco Javier González dio un giro de 180 grados a la ubicación del proyecto, contradiciendo a lo que había dicho su propio partido, al afirmar que “el ayuntamiento viejo era la ubicación idónea y el lugar más adecuado”. Justo lo que propone ahora IU y PSOE que son los que gobiernan el ayuntamiento actual, pero no así el PP, que dirige los destinos de la Diputación, y que ahora vuelve a proponer el Castillo.

Por si fuera poco, el PSOE, que entonces estaba en la oposición, ha venido manteniendo el Castillo como opción, justo hasta el momento en que ha entrado en el ayuntamiento, en coalición con IU, pasando a defender el Ayuntamiento Viejo a capa y espada.

Lo cierto, es que parece que la clave de todo este embrollo no se encuentra en decidir el lugar más apropiado, sino en disponer de los fondos suficientes para afrontar el proyecto

Un galimatías que no se puede justificar, aunque sí explicar, fruto del chalaneo político, y de tomar el concepto de propiedad pública como algo propio y no como algo comunitario. No digo yo que sientan por la otra parte lo que sentía Petrarca por Laura, pero al menos deberían ponerse de acuerdo sobre si hacer la tortilla de patata con o sin cebolla.

Por si fuera poco, la Diputación ha advertido al Ayuntamiento que el Castillo es una de sus propiedades para que "lo tenga en cuenta", y el Ayuntamiento le ha respondido que "dónde deja la llave". La Diputación no debería tratar al Ayuntamiento como a un inquilino del tres al cuatro, ni el Ayuntamiento dejar de considerar que el tema del Museo Lobo, es cosa de todos, y no de una corporación determinada.

¿No merecen un poco de respeto los zamoranos? ¿Son distintos los propietarios del Castillo y de la colección Baltasar Lobo? Porque el Castillo, presumiblemente, debió ser construido por zamoranos hace ya unos cuantos años, allá por el siglo XI, cuando no existían ni el AVE ni el Seat 600, para que los trabajadores pudieran venir desde otros lares a hacer la obra(lástima que no se encuentre localizable Arias Gonzalo para preguntárselo). La propiedad, por tanto, debería ser de todos los zamoranos, no de una corporación u otra, ya que ninguna es heredera de Alfonso II o de Fernando I, posibles promotores de esta fortificación.

Lo cierto, es que parece que la clave de todo este embrollo no se encuentra en decidir el lugar más apropiado, sino en disponer de los fondos suficientes para afrontar el proyecto. Y, hasta el momento, parece ser que solo se dispone del monto suficiente para habilitar el viejo ayuntamiento. Ese es el quid de la cuestión.

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