Cartas de los lectores

Indolencia bancaria y profesional

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"Indolencia": Del lat. indolentia "insensibilidad". Cualidad de indolente.

Es un deseo generalizado "salvo prueba en contrario", especialmente para personas conscientes de sus limitaciones, no muchas, por cierto; que las prestaciones que precisamos, que necesitamos, que demandamos de nuestros congéneres sean satisfechas pronto y bien al objeto de resolverlas satisfactoriamente. Y, claro está, a la recíproca, los demás esperan "ídem" del cumplimiento, a tales fines, de las obligaciones, sí de las obligaciones, de índole laboral, ciudadana, familiar, social que todo ser humano, en pleno uso de su capacidad de obrar, tiene.

Y como siempre, es una sólida educación que debiera ser conformada en "la escuela y en el hogar paternal", la que inculcara esa filosofía y comportamientos vital de "dar de sí todo lo que se pueda", alcanzado con esfuerzo, con entereza, con afán de superación continua, con aprendizaje día a día; lógicamente teniendo en cuenta aquello de que lo que "quod natura non dat...", del alma mater salmanticensis; a lo que se refería D. José, sí el filósofo, con aquello de que "el hombre es él y sus circunstancias", Meditaciones del Quijote, 1914.

Y es que como decían "los viejos del lugar", hay gentes que aparentan "haber nacidos cansaos", sin amor al trabajo bien hecho, sin asumir ningún reto que suponga "salirse del sota, caballo y rey", con cero empatías, salvo si la estética…, únicamente preocupados por la "pasta", por la libido, por el fútbol, por el politiqueo… y así "nos va".

Las relaciones humanas, que debieran estar basadas en el mutuo respeto y consideración, ser más intensas, más sinceras, para formar sociedades más solidarias, más cohesionadas, más felices, más sinceras, son, cada vez, todo lo contrario, menos intensas, menos frecuentes, por lo que cada vez más, la "soledad campa por sus respetos" pues, lamentablemente, "quien se fía de nadie"; donde aquello de que "hablando se entiende la gente", se evita tal proceder pues lo "cantado" pudiera ser materia de envidia, de calumnia, de injuria, de "cachondeo…".

Y es que la clientela bancaria tiene que hacer un cambio de mentalidad al traspasar la puerta de Santa Clara; pues, en la mayoría de las veces, al tratar de exponer y resolver los temas que impelen a acudir a las oficinas de las entidades de crédito, y conllevar, casi siempre, aspectos personalísimos, hacen incurrir, indebidamente, en comportamientos y manifestaciones que no proceden; aunque la mayoría, obviamente, sean "normales y corrientes" en cualquier ser humano, por ejemplo, compartir una taza de café, tratar de socializarse, etc.; y no cumplir, mínimamente, el personal la resolución, y su comunicación, a lo solicitado por la clientela.

Hacer "propósito de la enmienda", pues lo que hay que evitar es cualquier tipo de malentendido, de molestias recíprocas, etc., inclusive las relativas al ámbito estrictamente profesional y, por lo tanto, más si cabe, todas aquellas ajenas al mismo. Pues, además, cuando el cliente no recibe lo que mínimamente espera, puede acarrear reacciones, en principio, no comprensibles

La verdad, la bonhomía, el carácter y el "despiste" hacen a veces tropezar "muchas veces en la misma piedra". Saludos y gracias.

Marcelino de Zamora

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