Periodistas de hoy

Como todo profesional que se precie, los profesionales de la comunicación han de tener una excelente vocación, una profunda y amplia preparación académica y profesional, un afán de servicio a los lectores y a la sociedad, un espíritu de superación y de formación continua, sentido de la equidad, todo lo cual requerido, entre otros aspectos, para que la ciudadanía esté lo más informada y, por ello, instruida sobre todos los hechos del acontecer diario que le configura su forma de ser y de existir.

Desde el gusto por las lecturas de todo tipo de materias, pues los medios de comunicación suelen tratar de todas ellas; el dominio de idiomas, al tener que documentarse en textos en lenguas extranjeras; y, muy especialmente, en tener, al menos, unos básicos conocimientos, debidamente actualizados, de Derecho y Economía, que ocupan, por su protagonismo e incidencia en la vida cotidiana, los espacios de la información de prensa, radio, televisión, internet, streaming y redes sociales.

Todo lo cual ha de estar basado en una madurez personal fundamentada en el análisis y reflexión de las vivencias personales, de la observación de la realidad, del estudio y análisis de las fuentes de formación profesional y humana, que ayudan a ponderar los hechos que merezcan ser dignos de repercusión mediática.

Con independencia de las creencias personales, habrá que tener en cuenta la de aquellas personas, de aquellos pensadores, que manifiestan lo que, según la lógica, el sentido común, el sentimiento humanitario, contribuirá a servir mas y mejor a la sociedad a través de los medios de comunicación, tan necesarios, tan importantes, tan condicionantes e influyentes y por todo ello, de gravísima responsabilidad quiénes a ellos sirven con su dedicación laboral.

El papa Francisco, en una audiencia concedida a representantes de la prensa católica italiana les ha dicho: "Formación, protección y testimonio son los tres caminos que deben seguir los trabajadores de la comunicación para "renovar su compromiso con la promoción de la dignidad de las personas, por la justicia y la verdad, por la legalidad y la corresponsabilidad educativa".

La comunicación, añade, es precisamente "poner en común, tejer hilos de comunión, crear puentes sin levantar muros". De ahí la importancia de seguir tres caminos. El primero es el de la formación, una "cuestión vital", dice Francisco, por la que entiende "el modo de conectar las generaciones, de favorecer el diálogo entre jóvenes y mayores, esa alianza intergeneracional que, hoy más que nunca, es fundamental", transmitiendo "una visión humana y una visión cristiana orientada a formar las mentes y los corazones", promover una "ecología de la comunicación" que mire más allá de las primicias y las noticias para recordar que "siempre hay sentimientos, historias, personas de carne y hueso que hay que respetar como si fueran los propios parientes", "porque estáis llamados a una gran tarea: proteger, con la palabra y la imagen, la dignidad de las personas, especialmente la dignidad de los pequeños y de los pobres, los preferidos de Dios".

Eduviges Bragado Calleja (Pinilla de Toro)

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