Cuestión de principios: "Son los políticos los que deberían soportar las broncas de los usuarios y no los sanitarios"

CARTAS

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Cartas de los lectores

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He superado un ingreso en el hospital. Un día, en la sala común, se encontraba un hombre acompañado por su mujer, su hija y un energúmeno con trazas de patibulario hablando en alto para hacerse notar: Si soy yo, le pego dos hos… al médico y le opera aunque sean las cuatro de la mañana. Habían estado en urgencias dieciocho horas. Cierto que es una larga espera, pero la atención en urgencias no se limita a tomar la filiación al paciente y las constantes vitales, se movilizan pruebas específicas de radiología, analítica, consulta con los especialistas, esperar a que una cama quede libre. Un médico de urgencias está facultado para derivar a un paciente a cualquier hospital de la comunidad, y si no lo hace es por deferencia al paciente y su familia para que no tengan que desplazarse a otra ciudad.

La saturación de los servicios de urgencias suele ser por el mal uso que hacemos de ellas. Acuden unos padres angustiadísimos con el rapaz que se ha dado un coscorrón en el parque y exigen que se le haga un escáner cerebral urgente. Las típicas diarreas de verano que se resuelven con tres o cuatro deposiciones hay quien piensa que es precisa la asistencia en la UCI. Los hijos que vienen al pueblo y llevan al abuelete en volandas, para que le den algo que le abra el apetito. Así hasta el aburrimiento.

Señores y señoras no perdamos nuestros principios cívicos. El personal sanitario está al borde del colapso, no dejan de pedir el incremento de plantillas, pero el político de turno, al que hemos votado cuando nos vendía humo, no quiere compromisos que menoscabe sus prebendas. Ellos deberían soportar las broncas de los usuarios, no los profesionales que cumplen con su deber.

F. Mario Santos

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