Entrevista | José Antonio Prada Delegado provincial de caza

"La caza menor es lo que más me preocupa, y le veo mala solución"

“Le veo mala solución porque depende del cambio climático y tambien de la agricultura moderna”

José Antonio Prada

José Antonio Prada

Manuel López-Sueiras

Manuel López-Sueiras

Ha sido delegado provincial de caza durante veinte años pero ha decidido no presentarse a las elecciones que se celebrarán el próximo viernes día 12. José Antonio Prada ha sido el piloto que ha guiado con indudable éxito la nave de la caza zamorana y se lo deja muy difícil al que le sustituya.

Prada atendió a LA OPINION EL CORREO DE ZAMORA acompañado del que ha sido uno de sus grandes compañeros, Paco Mangas, que respalda la doctrina que deja como herencia el saucano a quien le releve en la Delegación. El futuro de la caza menor se presenta muy negro en nuestra provincia, a su juicio, mientras la caza mayor vive una era dorada, muy ligada a la despoblación del territorio.

– ¿Por qué toma la decisión de no presentarse a la reelección?

– Ha sido mucho tiempo, veinte años y creo que hay que dejar paso a la gente joven. He trabajado con mucha ilusión, se han conseguido logros. Zamora era un poco la oveja negra de Castilla y León, estábamos de los últimos y hemos conseguido tener un nivel bastante bueno y a ver si llega gente joven, lo mantiene y ojalá lo supere con creces. Pero creo que hay que dejar paso. He hecho mi trabajo, tengo tres nietos y tengo que dedicarles tiempo. Empecé en 2004 en las elecciones que se celebraron en Toro. Prácticamente veinte años tirando del tema. Y otros veinte años en la Asociación de La Guareña. En 2018 lo dejé y en unos meses desapareció la Asociación porque nadie quería seguir. Yo lo llevaba más o menos bien, pero entraron los galgueros a mandar y algunos se dieron de baja de la Federación, lo que me dolió mucho.

– ¿Cómo está actualmente la cifra de cazadores federados en la provincia?

- Tenemos actualmente 1.706 federados y estamos en la mitad de la tabla de las provincias de Castilla y León. Este año Valladolid ha federado solo cien más que nosotros y cuando yo lo cogí, nos aventajaba en cinco a uno; sólo por población tendría que tener muchos más que nosotros. Superamos a Ávila, a Soria, a Palencia, a Salamanca... Yo empecé con mil licencias, cuando éramos el doble o más del doble de cazadores. La mayoría de las provincias han ido bajando y nosotros hemos subido poco a poco hasta llegar a estos 1.700 federados que no está mal para una provincia como la nuestra.

– ¿Es importante federarse para un cazador?

– En la Federación de Caza entran todas las modalidades, incluídos los galgueros. La tarjeta federativa ha ido mejorando mucho porque Mutuasport que es la mutua que tenemos y que reparte sus beneficios todos los años para mejorar las pólizas. Por eso, cada vez hay más coberturas, los precios son más bajos y cada vez somos más competitivos, para que la gente se federe.

– ¿Cómo se presenta el futuro? Va a ser difícil mantener estos niveles.

– La caza menor es lo que más me preocupa porque no acaba de levantar cabeza y le veo mala solución porque depende de muchos factores. Tiene bastante que ver el cambio climático pero también la agricultura moderna. Cada vez se daña más la fauna con las cosechadoras que no cuidan las especies y siguen trabajando por la noche. Los productos fitosanitarios hacen también mucho daño, pero a ver qué haces. Si la agricultura produce mil y la caza cien, evidentemente no tenemos nada que hacer.

– ¿Y los cazadores no pueden poner algo más de su parte para recuperar las especies?

– Se está poniendo. Estamos haciendo estudios de la perdiz para saber qué está pasando, y se hacen conteos a diario en proyectos que está financiando la Federación; vamos a hacer otro con ayuda de la Diputación de Zamora para ver qué está pasando porque en dos o tres años, han bajado las poblaciones de forma más que alarmante. Yo mataba hace poco doce o catorce perdices cada año, y en la temporada pasada maté una y en ésta, otra. Y no he tirado más. Hablas con los compañeros y nadie ha matado nada. Y esto es muy preocupante.

Prada, en la Delegación Provincial

Prada, en la Delegación Provincial / MLS

– ¿Cómo responden los organismos públicos a esta situación?

-Los políticos también tendrían que concienciarse un poco y poner algo de su parte regulando los productos que no se deben utilizar en la agricultura, prohibiendo cosechar de noche... Son cosas de razonamiento lógico pero luego, para llevarlo a efecto, los agricultores hacen lo que les parece. Regular eso es complicado.

– ¿En concreto en Zamora, ¿cómo actúan los organismos públicos?

– Pues depende, si son cosas de mojarse como éstas pues poco. Los políticos siempre tienen buenas palabras pero luego cada uno va a lo suyo.

Ahora es cuando más se está trabajando en la gestión de los cotos

– Usted ha sido el pionero y gran defensor de la gestión de los cotos, ¿cómo está esta cuestión o es que ya no hay nada que gestionar?

– Creo que es ahora cuando más se está gestionando. Hay mucha gente que ya se ha mentalizado. Yo cuando comencé a gestionar, hace 25 años, me llamaban lunático porque planteaba ponerle agua a las perdices o bebederos. Yo iba a árbitrar pruebas de caza práctica a Andalucía, veía lo que ya se estaba haciendo, y me planteé hacerlo aquí. Empezamos entonces y ahora en muchos sitios los propios cazadores están pendientes de que las especies siempre tengan agua, de ponerles refugios o controlar los depredadores. Yo creo que sí se está mentalizando la gente de que hay que trabajar porque hay caza donde hay cazadores. Donde no hay cazadores, desaparece la caza. El Cubo del Vino quedó vedado por los accidentes de tráfico y no hay nada, algún zorro famélico y algún córvido.

– ¿Se ha probado en algún coto el dejar de cazar durante un tiempo, poner cupos?

– El cupo se regula en el plan cinegético de cada coto y suele ser bastante restrictivo. Viendo lo que hay, los propios cazadores están decidiendo cazar menos días. En La Guareña este año se abrió a últimos de noviembre y se cerró enseguida.

– ¿Ha habido alguno que haya decidido no abrir en toda la temporada?

-Algún coto pequeño sí, pero no sirve para nada. Si sirviera, cerraríamos todos, pero el problema es ajeno a la caza. Nosotros posiblemente no tengamos ni un cinco por ciento de influencia en eso. El problema está en el cambio climático y en la agricultura moderna.

– Y en los depredadores.

– Eso también se está controlando y yo veo que en la zona nuestra, se hacen batidas de zorros, pero si luego no cría la perdiz porque la climatología no viene bien... La verdad es que no sabes por dónde echarle mano al tema. Se están haciendo estudios y no sé qué resultado darán pero es mal asunto. Me preocupa porque la caza menor es la que me gusta.

– Entonces, ¿hacia dónde tenemos que ir?, ¿no hay solución posible?

– Hay que controlar la agricultura moderna pero la situación de los agricultores es la que es, como para que encima les prohiban más cosas. Nosotros no podemos hacer nada, aunque sí cazar menos días, regular los cupos, gestionar los cotos o ponerles refugios. Pero no es solo eso porque, en zonas que no hay agricultura, también está bajando mucho. Esas temperaturas tan extremas en verano de más de 40 grados no se habían conocido nunca en esta zona y se mueren asfixiadas muchas perdices.

No dudemos de que hay caza donde hay cazadores

– Con la caza mayor pasa todo lo contrario.

-Contribuye mucho la despoblación de los núcleos rurales. Cada vez hay menos gente y menos terrenos cultivados.

– Si en la caza menor el problema es de la agricultura contra la caza, en la caza menor es la caza contra los agricultores y ganaderos.

– Notamos que hay gente de caza menor que se ha pasado a la mayor aunque compagine una cosa y la otra. Es que la caza es muy aburrida cuando no ves nada, cuando sales y te haces 25 o 30 kilómetros por el campo y no has visto nada o has visto una perdiz a lo lejos. Y llegas otro día y te pasa lo mismo. Pues hay gente que prefiere cazar el jabalí o el venado. El número de cotos crece, algunos terrenos municipales están arrendados y suponen una renta importante para los pueblos.

– ¿Esta situación de la caza menor influye en las competiciones?

- El San Huberto ha bajado mucho. Cuando competía yo, éramos 25 0 30 cada día y ahora van cuatro o cinco a las pruebas, pero también es porque hay muchos problemas como el no poder entrenar con los perros. No se puede porque está todo vedado.

– Sin embargo en los provinciales de caza menor participan muchos cazadores jóvenes.

– Me da esperanza que en las pruebas para las licencias hay muchos chicos jóvenes y mujeres. A ver si también se enganchan las mujeres y vamos compensando la situación.

– Los conflictos que había con los grupos ecologistas parece que se han tranquilizado.

– Esta la cosa más tranquila porque ellos también se dan cuenta de que nosotros no tenemos la culpa porque los cazadores ayudamos a que esto tire para adelante. Cada vez que hay problemas, son los cazadores los que están arrimando el hombro, pero nunca veo a los ecologistas.

– Resulta sorprendente que todo el mundo está preocupado por los lobos, pero las liebres o las perdices no les interesan a nadie. Parece que no son de dios.

– He llegado a la conclusión de que los ecologistas dan guerra por dar guerra. No tienen ni idea de lo que es el campo, de lo que es el mundo rural, de lo que es ésto de la caza. Están en un limbo y no saben lo que es el mundo rural.

– Al final estamos condenando todavía más al mundo rural.

-Los ayuntamientos obtienen unos ingresos importantes por la caza del lobo, unas localidades de zonas deprimidas que los necesitan, unos ingresos que ya no les llegan. Son pueblos muy pequeños que necesitan que alguien les ayude. El mundo de la caza mueve mucho dinero, y la caza mayor va a más porque hay caza.

– ¿Qué consejos le dará al nuevo delegado provincial que salta de las elecciones?

– Que le dedique muchas horas, que trabaje por la caza, y ayude a los cazadores a gestionar sus cotos. Nosotros intentamos mediar con Medio Ambiente para conseguir permisos, para las ampliaciones de los cotos, además es importante el tema administrativo porque hay que atenderles bien en seguros, en permisos, etc.

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