Motor

Laia Sanz: "Es bonito abrir camino a las mujeres en el Dakar"

“Ser mujer es un arma de doble filo. Es una ventaja para conseguir patrocinadores, pero el respeto me lo he ganado por mis resultados”, asegura Laia, que llega a su 14ª edición en el rally

Afronta su tercer Dakar en coches con el buggy de Astara: “Conseguir un T1+ será complicado, pero creo en mí. También era difícil ser piloto oficial Honda o KTM en motos y lo conseguí”

Laia Sanz.

Laia Sanz. / EFE

Laura López Albiac

La palabra imposible no existe en el diccionario de Laia Sanz, que lleva dos décadas brillando en el trial y el enduro, con 20 títulos mundiales en su palmarés, y está a punto de disputar el que será su 14º Rally Dakar, el tercero en coches.

Después de una prolífica etapa en motos, en la que hizo historia con un 9º puesto en la general de 2015 y llegó a meta en todas las ediciones, la piloto de Corbera (1985) se ha consolidado en las cuatro ruedas y el próximo 5 de enero saldrá a por todas a bordo del buggy del Astara Team, en la categoría de dos ruedas motrices T1.2 Ultimate.

¿Qué puede contarnos de este proyecto?

Repetimos con Astara, con Maurizio Gerini de copiloto y con nuestros patrocinadores, pero esta vez vamos con mejores medios. Era el objetivo después que lo que se nos complicó la última edición, que nos dejó una sensación bastante agridulce. El coche, con tracción 4x2, es la última versión y en los test que hicimos en Marruecos terminamos contentos. El reto a largo plazo es poder pilotar un coche de la máxima categoría, T1+, pero mientras tanto llega esa oportunidad tenemos que ir dando pasitos para avanzar y creo que este año lo hemos hecho.

¿Ha sufrido más este año para cerrar un acuerdo?

Cada vez cuesta más conseguir presupuesto y patrocinadores para correr un Dakar. No es fácil, el mundo está cambiando muy rápido, las redes sociales condicionan mucho… pero no puedo quejarme. Lo he podido atar antes que el año pasado y centrarme en la preparación con más calma. Tengo muchas ganas de devolver la confianza a los que me apoyan con un buen Dakar.

Después de once Dakar en moto, ¿siente que está afianzada en la categoría de coches?

Si no estás en un equipo oficial cuesta seguir adelante. Vas al Dakar sin haber competido y luchas contra gente que viene de hacer cuatro o cinco raids por temporada. Pero aun así intentaremos aprovechar nuestra experiencia y hacerlo bien. Sé que conseguir un T1+ será complicado, pero creo en mí. También era difícil ser piloto oficial Honda o KTM en motos y lo conseguí. Estoy mejorando mucho y creo que tengo mucho margen para seguir creciendo.

¿Ser mujer le ayuda a conseguir sponsors?

Es un arma de doble filo. Tiene sus cosas positivas y no nos engañemos, cuando iba en moto muchas veces fue una ventaja porque al final una mujer en el Dakar es algo que se sale un poco de la norma y tiene más repercusión. Pero también he tenido que demostrar que soy competitiva, no solo por ser mujer. Lo que me ha hecho ganarme el respeto son mis resultados. En coches somos más, pero a las marcas les cuesta más confiar en una mujer. Si tienes pocos medios cuesta más destacar y es un poco la pescadilla que se muerde la cola.

Teniendo en cuenta las circunstancias, ¿qué objetivo se marca?

Acabar, claro, pero no me apetece acabar como el año pasado. Hicimos buenas etapas, entre el 8º y el 11º, pero al final, por una cosa u otra, al final nos íbamos atrás. A las primeras de cambio un día perdimos siete horas por una avería, así que nos quedamos con las ganas. En los momentos que pudimos correr sin problemas pudimos demostrar que éramos rápidos. Más que el resultado en sí, este año lo que queremos brillar en algunas etapas y terminar satisfechos de la carrera.

¿Qué le parece el recorrido de la 46ª edición?

El último Dakar recuperó un poco la dureza después de algunos años de menor exigencia. Y creo que, por lo que nos dice la organización, esta vez vamos a subir un peldaño y puede ser el más duro en Arabia. Hay una etapa maratón de 48 horas que va a ser complicada y también habrá más kilómetros en el Empty Quarter, que es donde tuvimos más problemas, porque el punto débil de nuestro coche son las dunas, ya que es de tracción trasera. Van a ser días de supervivencia. En coche no hay etapas fáciles, es aún más complicado que en moto, así que espero sufrir más, pero si podemos llevar nuestro ritmo y correr cuando sea posible, nos irá bien.

¿Echa de menos las motos?

Para nada. Cuando veo en el vivac a los que eran mis compañeros sí echo a faltar el ambiente, la familia… y algunas etapas de arena me encantaría hacerlas, pero cuando vienen las de piedras, tanto yo como Maurizio, que también corría en moto, nos miramos y decimos: ¡Ya son ganas!

¿Cómo ve actualmente el deporte femenino?

Creo que en general está mejorando. El boom del fútbol es positivo para todas, porque permite ver que las chicas pueden ser competitivas en cualquier disciplina deportiva, pero a la vez es un poco injusto porque da la impresión de que el deporte femenino existe hace solo dos años, cuando algunas llevamos mucho tiempo luchando.

¿Qué le pareció el escándalo del caso Rubiales?

Me da pereza solo de pensarlo. Se mezcló demasiada política y fue una lástima porque al final de lo que menos se habló fue del título conseguido y de lo bien que lo hizo la selección en el Mundial.

¿Qué le diría a las niñas que quieren llegar a la elite del motor siguiendo su ejemplo?

¡Que jueguen a tenis! … Es broma, claro. Les diría que si algo te gusta, inténtalo, persigue tus sueños. Yo nunca me habría imaginado llegar hasta aquí. Solo hay que ver las mujeres que hay actualmente en el Dakar. Y no solo en competición. También hay ingenieras, mecánicas, mujeres en roles que antes eran típicamente de hombres… vamos avanzando.

¿Se siente pionera?

Creo que sí, que se lo he puesto más fácil a las que han venido después, he abierto camino. Cuando empecé en el Dakar era el bicho raro y ahora el papel de la mujer en la carrera se ha normalizado mucho, es bonito pensar que he contribuido.