Fútbol

En-Nesyri perdonó al City y los penaltis castigaron al Sevilla

El delantero sevillista falló dos ocasiones clamorosas y Gudelj falló su penalti en la tanda ante un Manchester que anotó los cinco lanzamientos

Fermín de la Calle

Atenas abrió la temporada internacional con una final de la Supercopa que ofrecía un choque de estilosSe medían dos escuelas futbolísticas con filosofías opuestas. De un lado los hedonistas del Manchester Citypriorizando el placer de la posesión y el juego lúdico para llegar al fin supremo de la victoria. Del otro los estoicos sevillistas, irreductibles en el esfuerzo e intensos hasta el desaliento final. Y el partido obedeció a lo esperado. Los de Guardiola proponían con el balón en los pies y los de Mendilibar apretaban buscando un error inglés que penalizar. Una final con un Sevilla con muchos titulares que están en el escaparate y podían estar jugando su último partido como Bono, Acuña, e incluso En-Nesyri... 

Martillazo de En-Nesyri

Con Gudelj parcheando el eje de la defensa, los de Nervión priorizaron cerrar los pasillos que concluían en Haaland, además de rentabilizar sus contadas llegadas. En una de ellas, en el minuto 25, cogieron mal parado al City y Acuña tuvo tiempo para sacar un centro tenso a la cazuela, donde En-Nesyri aprovechó la tibia vigilancia de Akel y Gvardiol para elevarse de forma majestuosa y martillear con la cabeza el balón a la red. Gol mayúsculo en un escenario aristocrático.  

Disfrutaba el Sevilla atrincherado desbaratando las acometidas inglesas y saliendo en estampida cuando la ocasión lo permitía. Rakitic y Jordán se imponían a Rodri y Kovacic en la medular, donde un City plomizo echaba en falta a Gundogan, De Bruyne o Bernardo. Además Akanji no es Stones, ese central que ha mutado en mediocentro con Pep generando ventajas en la salida de la pelota. La intensidad sevillista se imponía a la paciencia mancunian, incapaz de descifrar la tela de araña hispalense. Ni una sola ocasión clara en los primeros 45 minutos delataba la solvencia defensiva de los de Nervión, a los que solo se les hizo largo el final del primer tiempo. Al descanso llegaban por delante los de Mendilibar, tras un asedio estéril de los de Guardiola y una gestión inteligente del vasco.

Al regreso del descanso no hubo cambios notables, más allá de alguna matización táctica de Guardiola que no llegaba a cambio. Akanji regresaba al eje de la defensa y Gvardiol ganaba más peso en el medio con la pelota en los pies. El Sevilla pudo sentenciar en el minuto 49 con una contra de manual de Ocampos que desperdició solo En-Nesyri ante Ederson. Una de esas oportunidades que luego escuecen al final del partido. Los de Mendilibar tenían más chispa en este inicio de temporada y cuando recuperaban la pelota pillaban mal parado a los ingleses creándoles peligro. Habían digerido mejor la reanudación los de Nervión, robando más balones y más arriba. Los mejores minutos de los sevillistas pedían un segundo gol ante el asedio final del City que se adivinaba. Óliver Torres se asomaba a la espalda de Rodri y encontraba siempre los pasillos tras los laterales ingleses donde Lamela y Ocampos disponían de espacios.

Empata Palmer

Centímetros faltaron en el minuto 60 para que En-Nesyri remachase el segundo. Los futbolistas del City eran un futbolín, sin movilidad ni dinamismo, que es lo que les pedía Guardiola desde la banda. Cada recuperación era un zarpazo. Restaba acertar porque quien perdona... Y entonces se cumplió la ley inexorable dle fútbol. En un centro de Rodri pasado al segundo palo Palmer ganó la espalda a Acuña y cabeceó a gol. El canterano, que ta marcó en la final de la Charity Cup hace unos días, repetía en otra final. Se derrumbaba el castillo de naipes sevillista, aunque segundos después Ocampos volvió a dejar a En-Nesyri ante Ederson y el brasileño le ganaba otro mano a mano. El marroquí había perdonado dos goles clamarosos y entre ambos lances el City había clavado su daga en el corazón sevillista.

El tanto revolucionó al City, que ganó dinamismo, con más apariciones de Grealish y Palmer en los costados. Bono sacó un disparo del segundo que iba camino de la red y Mendilibar oxigenó su mediocampo sacando a Juanlu por Ólives Torres. El partido se le hacía muy largo a un Sevila que se aferraba a su estoicismo para soportar el asedio inglés. Goteaban las llegadas del City con Bono pertrechado por los suyos. Restaban diez minutos y ya muchos pensaban en los penaltis, porque este año se decidió suprimier la prórroga en este nuevo formato. Se volcó el Sevilla en una jugada en la que rozaron el remate Ocampos y En-Nesyri, pero no pudo ser. Supo sufrir el Sevilla, que nunca se rinde. Insistió el City, que nunca desiste. A los penaltis.

Y en la agonía desde los once metros el destino quiso que Bono, que probablemente jugaba su último partido con el Sevilla porque se convertirá en jugador del Al-Hilal saudí en las próximas horas, pudiese ser protagonista. Pero el City no falló ningún penalti, aunque el meta sevillista rozó el último de Walker, y el último disparo de Gudelj se topó con el larguero. El City ganaba al Sevilla. La suerte, en este caso, favoreció a los hedonistas ante los estoicos. Gloria a los primeros y honor a los segundos.