Entrevista | Francisco Martínez Sanmiguel Presidente de la Asociación de Veterinarios de Ovino y Caprino de Castilla y León

"El desarrollo del ovino está condicionado por la falta de mano de obra y de relevo"

"La gente no es consciente de los problemas del campo; la lejanía del mundo ganadero y el mundo capitalino es enorme"

"Se están cerrando ahora mismo entre un 5 y un 10% anual de granjas de ovejas"

Francisco Martínez, presidente de Avoccyl

Francisco Martínez, presidente de Avoccyl / JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ

Francisco Martínez Sanmiguel es el presidente de la Asociación de Veterinarios de Ovino y Caprino de Castilla y León (Avoccyl), constituida hace un año a raíz de la aplicación del Reglamento 2019/6 sobre medicamentos veterinarios y las dificultades que entraña su cumplimiento en este sector. El colectivo pretende también ser interlocutor ante la Administración para la mejora de la sanidad del ganado ovino y caprino, y fomentar la formación continuada, además de consolidar la figura del veterinario de explotación en granjas de ovino y caprino. La asociación ha celebrado en Zamora una jornada para poner en común aspectos relacionados con la bioseguridad o el programa sanitario integral.

–¿Qué es Avoccyl?

–Somos veterinarios de pequeños rumiantes, principalmente de ovino, porque hay mucho más en Castilla y León que caprino. La mayor parte somos veterinarios clínicos que trabajamos en el campo llevando granjas. Nuestra labor es intentar organizar las granjas de una forma segura, como van marcando las normativas de bienestar y producción. Todo lo que se refiere al desarrollo normativo es complejo y los ganaderos de ovejas en general no son grandes productores como puede ocurrir en otras especies, entonces la aplicación de toda esa normativa cuesta más, tanto para hacerla comprender como para hacerla llegar y luego toda su aplicación,

–Una burocracia cada vez más compleja que trae de cabeza a los ganaderos.

–Realmente es un pequeño disparate, pero por más que nos quejemos hasta cansarnos, una vez que la norma está aprobada tienes que cumplirla y hacerlo lo mejor posible para cumplirla lo mejor posible. Las normativas europeas son difíciles de cumplir, algunas casi imposibles.

–Tanta exigencia normativa termina por cansar a los ganaderos, ya muy comprometidos para garantizar la viabilidad de la explotación.

–El problema para los ganaderos es que muchas veces las tecnologías tampoco llegan al cien por cien. Por ejemplo, las vacas ahora tiene robots de ordeño, algo que en el caso de las granjas de ovejas parece lejano. Hoy en día la principal dificultad es la mano de obra, tener operarios en las granjas cada vez cuesta más y es el principal factor limitante al que se enfrenta este sector. También la edad de los ganaderos porque se van haciendo mayores y si no hay gente porque no es atractivo para los hijos, seguir con la granja pues es muy complicado el desarrollo posterior. La consecuencia es que están cerrando ahora mismo entre un 5 y un 10% anual de granjas de ovejas.

–Tener las explotaciones en condiciones óptimas es un desafío para el ganadero.

–Es muy importante porque con una buena gestión de seguridad y bioseguridad, muchos problemas se pueden ir corrigiendo. Este tema se ha tenido un poco olvidado pero cada vez es más importante en el desarrollo del sector. En el desarrollo veterinario es obligatorio el mantenimiento de la formación. Por eso hacemos jornadas de formación sobre lo que pasa en el sector y el desarrollo del mismo. Y en ese sentido la bioseguridad es fundamental por el control de la sanidad en las instalaciones.

–¿Cuando hablamos de bioseguridad a qué nos estamos refiriendo?

–A tratar de que la granja esté lo más segura posible porque no puede haber afecciones externas. También controlar los planes de desarrollo vacunal o planes de control para que no haya movimiento de ganado que pueda crear un problema en la granja.

–¿En esa dirección va el programa de sanitario integral en el que están trabajando y que se tratado en la jornada de Zamora?

–Exacto. Una de las principales funciones del veterinario de explotación es hacer un plan de saneamiento integral de la granja, donde se incluyan los programas de bioseguridad, programas sanitarios; donde se informe a los ganaderos de los temas de bienestar animal o cómo enfocar el tema del menor gasto de medicamentos posible. Los nuevos reglamentos introducen el bienestar animal, ya regulado en otras especies y que en el ovino empezará en 2027.

–¿Por qué no van al mismo ritmo que otras especies ganaderas?

–Son explotaciones más pequeñas, muchas familiares, por lo general no hablamos de grandes ganaderías de miles de ovejas, como ocurre por ejemplo con los cerdos o los pollos. Eso cambia mucho el modelo y también el enfoque que se le puede dar a la especie, tiene que ir un poquito más a su ritmo.

–¿En general en qué situación se encuentran las explotaciones de ovino?

–Las granjas, en general, están bien. Ahora que está muy de moda todo el tema de las medicaciones, el ganado ovino consume muy poca medicación: 10 miligramos por unidad de referencia (técnicamente se llama así), frente a una media en España de 135. No llega ni al 10% de lo que consumen de media otras especies. Todo el desarrollo de las explotaciones ha mejorado mucho, tanto a nivel genético como a nivel de instalaciones o manejo, también a nivel de reproducción. Y hoy en día es una especie que está en gran desarrollo.

–¿La sociedad es consciente de la realidad del sector, de lo que supone el cierre progresivo de explotaciones?

–Pienso que no. Es verdad que van cerrando explotaciones, pero también las que quedan son más dimensionadas y producen más. A nivel de producción no baja tanto como a nivel de censo. Pero la gente no es consciente de lo que está pasando. La lejanía del mundo ganadero y el mundo capitalino es enorme. Se legisla desde la capital muchas veces sin conocer en absoluto los que pasa en el campo.

–Está también la falta de relevo que condena las explotaciones al cierre cuando se jubila el ganadero.

–No se hace atractivo tampoco. Si ven que hay problemas y cada vez les cuesta más cosas, más informes, más burocracia, horarios complicados. Entonces es difícil que atraiga a las generaciones más jóvenes. Pero en esto intento ser optimista, también hay gente joven que se quedará.

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