El alcañizano Manuel Gago Rodríguez celebra su 106 cumpleaños en Rabanales

Nacido en 1917, con sólo seis años alternó el oficio de cabrero con la escuela y a los 18 fue enviado al frente del Ebro, donde pasó tres años

Celebración del 106 cumpleaños de Manuel Gago, conocido como Melujo, en la residencia de Rabanales. | Ch. S.

Celebración del 106 cumpleaños de Manuel Gago, conocido como Melujo, en la residencia de Rabanales. | Ch. S. / Chany Sebastián

Manuel Gago Rodríguez, más conocido desde siempre por sus paisanos alcañizanos como el señor Melujo, se reafirmaba ayer lunes como el varón vivo más longevo de la comarca natural de Aliste, Tábara y Alba con 106 años de edad. Nadie antes, que se sepa, superó dicha edad en la Villa de Alcañices.

Día 11 de septiembre de 1917, esa era la fecha en que llegaba al mundo en la calle Hospital Manuel Gago Rodríguez en el seno de una humilde y muy querida familia de agricultores y ganaderos de Alcañices, hijo de Gaspar y Petra, que como todos los alistanos y alistanas trabajaban duro, de sol a sol, para intentar salir adelante con dignidad.

Ayer celebraba su 106 cumpleaños en la Residencia de la Tercera Edad San Salvador de Rabanales de Aliste, donde hay varios centenarios y centenarias más, arropado por el cariño de sus familiares, amigos y paisanos. Un día especial para un hombre que nunca ha olvidado su patria chica donde de joven era un enamorado de los espantos de toros de San Roque y de la romería de la Virgen de la Salud (Patrona de Aliste).

De Alfonso XIII a Felipe VI

Es el señor Melujo una enciclopedia viva de la memoria pura e histórica en el más amplio sentido de la palabra, los avatares y los aconteceres de La Raya de Aliste y Tras os Montes: nació durante el reinado del rey Alfonso XIII y vivió los de Juan Carlos I y Felipe VI; conoció la Segunda República, la Guerra Civil y las dictaduras de Francisco Franco en España y la de Salazar en Portugal, siendo testigo de la llegada de la Democracia española y de la revolución de los claveles portuguesa hacia la República.

Pocos como él pueden presumir de haber sobrevivido a dos de las pandemias que causaron más mortandad en la Península Ibérica: la gripe española de 1918 con sólo siete años de edad y la pandemia del Covid ya pasada la barreras de los cien años.

"Mi meta en la vida era solamente aprender a leer, escribir, sumar, restar, multiplicar y dividir para poder defenderme en la vida"

Manuel Gago Rodríguez guarda como oro en paño los recuerdos de una infancia "difícil pero feliz" marcada por los tiempos y las necesidades de principios del siglo XX que le llevaron a ver cumplido su sueño de ir a la escuela en 1923: "Mi meta en la vida era solamente aprender a leer, escribir, sumar, restar, multiplicar y dividir para poder defenderme en la vida. Y lo logré pero no sin esfuerzos y sacrificios".

Don Emeterio, un recto y a la vez magnífico maestro, fue el encargado de modelar a aquel rapaz alistano "más listo que el hambre" y deseoso de ser alguien en el día de mañana: "Él me enseñaba lo que sabía y yo aprendía lo que podía". Su cuna del saber fue la escuela de la calle Pérez Marrón a donde íbamos los rapaces; las rapazas iban a la de la Plaza del Reloj.

No fue una época fácil de sobrellevar pues Melujo había de alternar y compaginar su tiempo entre la escuela y ayudar a la familia. Sin "licenciarse" comenzó a hacer las prácticas mucho antes de culminar las teórica. Los montes de Sahú y Alto la Quinta, entre jaras y robledales, fueron la Universidad de la Vida donde se inició laboralmente con el oficio de cabrero con solo ocho años.

Día 18 de julio de 1936

El centenario Manuel Gago junto a su hija Benita y su nieta Yoli. | Ch. S.

El centenario Manuel Gago junto a su hija Benita y su nieta Yoli. | Ch. S. / Chany Sebastián

La Guerra Civil le pilló con solo dieciocho años. Aquel 18 de julio de 1936 ni siquiera había hecho el servicio militar, ni tenido un arma en sus manos y le mandaron directamente al frente del Ebro pasando allí tres años: Zaragoza y Cáceres. Se salvó de la contienda pero sufrió las graves penurias de la posguerra.

Durante su juventud una de sus rutinas y gustos era la de acudir a tomarse el café de puchero o un vino en la taberna de Juan Alonso en la calle La Herradura. Pasados los cien, una debilidad era acudir a degustar los churros con chocolate que elaboraba su buen amigo el churrero Ángel López Rivas en el Centro de Turismo Rural La Atalaya.

En 1945 la iglesia parroquial de la Virgen de la Asunción acogía la boda de Manuel Gago Rodríguez con la que fue el único y gran amor de su vida, la alcañizana Dolores Gago García.

Sesenta y tres años sin el amor de su vida, Manuel reencontró la felicidad en sus cuatro hijos, cinco nietos y tres bisnietos.

Así nacía una ejemplar familia Gago Gago cuya primera morada se situó en la céntrica calle San Andrés. Sus suegros, los Gago García, tenía allí dos viviendas: una de ellas fue para su hija Dolores casada con Manuel y la otra para su hermana casada con Luis (Mejías) de San Mamed.

Les tocó amar en tiempos revueltos y para alegrar la familia fueron llegando los hijos, Benita, Gaspar, Amalia y Manuel. Quince años de felicidad hasta que en 1960 llegó la desgracia: con 43 años perdía a su querida esposa. Sesenta y tres años sin el amor de su vida, Manuel reencontró la felicidad en sus cuatro hijos, cinco nietos y tres bisnietos.

Estos son los cinco centenarios de la Residencia de la Tercera Edad San Salvador de Rabanales: Manuel Gago Rodríguez 106 de Alcañices (17 de septiembre de 1917), Dominga Carbajo Tijera 103 de Puercas (24 de junio de 1920), Margarita Rivas Blanco 101 de Rabanales (13 de mayo de 1922), Ángel Fernández Gago 101 de San Mamed (16 de julio de 1922) y Rosario del Buey Santiago 100 de San Vitero (6 de octubre de 1922)

Alcañices, municipio de origen de Manuel Gago Rodríguez, con 1.024 empadronados, cuenta en la actualidad con 133 personas mayores de ochenta años: 77 mujeres y 58 son varones.

Las personas más longevas

La persona más longeva de Aliste ha sido Pascuala Bermúdez Ratón nacida en Trabazos el día 28 de agosto de 1911 y fallecía el 10 de agosto de 2021 a sólo 19 días de cumplir los 110 años.

Francisco Ríos de la Fuente ha sido históricamente el varón más longevo de Aliste: nació en La Torre de Aliste en 1890, fue emigrante en Cuba, y falleció en Pobladura (donde contrajo segundas nupcias tras enviudar) en 1997 con 107 años de edad.

Asunción Martín Trabazos nacida en Villarino tras la Sierra y fallecida el 16 de febrero de 2014 alcanzó los 106 años.

Mariana Fraile Casado, nacida en Sejas el día 23 de noviembre de 1915, con una historia digna de alabar, es ahora la mujer más longeva de Aliste camino ya de los 109 años.

Su historia es la de una alistana de pura cepa y luchadora nata: el día 2 de noviembre de 1931, con sólo 15 años de edad, ya huérfana, dejaba el pueblo que le vio nacer y, junto a otra moza de Rábano y un pariente de Viñas, salía a conocer mundo para cruzar el océano Atlántico y buscarse la vida en Argentina. Su primer destino fue servir en la residencia de un médico y su mujer en la Avenida Ribadavia en Buenos Aires. En 1948 dejaba la capital argentina para regresar a Aliste una tierra aun más empobrecida que cuando la había dejado 18 años antes.

Aliste se ha convertido en el paraíso de la longevidad de la provincia de Zamora donde numerosos hombres y mujeres superan los cien años de edad, cosas de la vida, todos ellos en los caóticos tiempos de la gripe española y que vivieron los tiempos más duros y penosos de la Guerra Civil desde 1936 a 1939 así como la posguerra sembrada de penurias con pueblos superpoblados, familias numerosas y escasez de alimentos.

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