Abejera recibirá tras 30 años las nuevas fincas de la concentración parcelaria

El plan de cultivos permite a los viejos propietarios cultivar este año por última vez, pero ya no podrán arrancar viñedos ni frutales

Una huerta en el término de Abejera de Tábara. | Chany Sebastián

Una huerta en el término de Abejera de Tábara. | Chany Sebastián / Chany Sebastián

La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León prevé entregar a lo largo de este año a las familias de Abejera de Tábara las nuevas fincas de reemplazo de la concentración parcelaria.

Abejera, sin lugar a dudas uno de los pueblos más acogedores y con mejores gentes de la comarca natural de Aliste, Tábara y Alba, por enésima vez quiere progresar luchando contra las injusticias que han sido sus compañeras de viaje desde 1541.

Día 15 de febrero de 1993. Esa fue la fecha en que el Ayuntamiento de Riofrío de Aliste, a través de su entonces alcalde Casimiro Rodrigo Morán, solicitaba a la Junta de Castilla y León la concentración parcelaria para la localidad de Abejera de Tábara a petición de 118 propietarios. La petición contaba con el apoyo del alcalde pedáneo del pueblo, Ángel Andrés Ferreras.

Poco podían imaginar los promotores que allí iniciaban un largo proceso que iba a durar más de 30 años y que la mayoría los que estamparon su rúbrica se jubilarían o fallecerían antes de ver hecho realidad su sueño.

65 kilómetros de caminos

Ahora sí, eso parece, uno de los procesos de concentración más "longevos" de España, después de tres décadas llegará a su fin. Una red de caminos de 65 kilómetros y 507 metros será la joya de una concentración parcelaria, la de Abejera, en cuya infraestructura rural Tragsa está ejecutando obras de infraestructura rural valoradas en 1.414.107 euros, financiadas en su 75% por el Feader (Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural).

Abejera recibirá tras 30 años las nuevas fincas de la concentración parcelaria

Camino agrícola en Abejera. / Chany Sebastián

Aparte, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural ya tiene aprobados los trabajos para la colocación de los mojones con los que se deslindarán, sobre el terreno, las nuevas fincas de reemplazo como paso previo y obligado para proceder a la entrega y toma de posesión. Dado que el plazo es de solo seis meses deberían estar listos los lindes antes de octubre. De esta manera será 2023 el último año en que los propietarios sembrarán sus antiguas parcelas y en 2024 ya podrían labrar la fincas de reemplazo. Por ello se inicia el proceso que dará paso a la toma de posesión.

La Ley de Concentración Parcelaria de Castilla y León atribuye a la Dirección General de Desarrollo Rural la facultad de establecer un plan de cultivos y aprovechamientos que ya se ha trasladado a los vecinos: "Propietarios y cultivadores de Abejera de Tábara deberán seguir cultivando las parcelas de origen a lo largo del presente año y en consecuencia, llegado el momento, podrán recoger sus cosechas".

La jefa del Servicio Territorial de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural en Zamora ya les ha comunicado que "no se podrán eliminar, arrancar, cortar o alterar por cualquier otro medio plantaciones de viñedo o frutales, sin autorización".

El incumplimiento del plan de cultivos, así como realizar actos que disminuyan el valor de las parcelas en un valor inferior al 10% una vez hecho el acuerdo de declaración de utilidad pública y urgente ejecución, esta tipificado como infracción pudiendo ser sancionado con multa.

El día 18 de marzo de 1994 se elegía en asamblea general la composición de la primera Junta de Trabajo, la cual dimitía. La renuncia de sus miembros obligó a nueva elección el 26 de mayo de 2005 saliendo elegidos Mariano Andrés Ratón, Pablo Andrés Ratón, José Río Río, Gregorio Mezquita Ferrero, Juan Antonio Río y José Andrés Villar.

La concentración parcelaria de Abejera de Tábara ha afectado definitivamente a 2.138 hectáreas, de 337 propietarios, fragmentadas en un total de 19.350 minifundios, que como consecuencia del trabajo realizado y la nueva distribución de la propiedad, se verán reducidas a sólo 1.743 fincas de reemplazo. De media, cada propietario tiene 6,4 hectáreas y 57 parcelas (pasan a 5,14) con 0,11 hectáreas de media. (ahora con 1,21 hectáreas).

Por el término de Abejera discurren los arroyos Reboyar, Jaralón y Salguericas que van hacia el este hasta desaguar en la Laguna del Hoyo donde nace el arroyo Moratones.

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Abejera de Tábara es, uno de los pueblos de España que más ha sufrido al largo de su historia la opresión desde los tiempos del Marquesado de Tábara y su vasallaje hasta la dictadura de Franco con la expropiación de el valle de El Casal.

Erróneamente se ha creído siempre que la fundación de Abejera data de 1541 (16 familias y 5 viudas), pero la realidad es que esa fecha fue cuando el pueblo pasó a depender del Marquesado de Tábara . Eso sí, los 482 años de vida cuando menos están asegurados. Los primeros pobladores habrían llegado del entorno de Peña Mira, en la Sierra de la Culebra: Santa Cruz de los Cuérragos y Villarino Manzanas.

El día 10 de diciembre de 1925 los vecinos de Abejera de Tábara rubricaban ante el notario Joaquín Martínez Iglesias la compra de El Casal a los hermanos Silva San Román (Urbano, Agustina y Victoriano). Una extensión de 3.239 fanegas, 4 celemines y 2 cuartillos, equivalente a 1.239 hectáreas. El acuerdo en sí se fraguo en 1920 y comenzó a disfrutarse en 1921, aunque no se juntó el dinero para pagarlo hasta 1925 con el "Ti Josesón" de líder.

Una escritura notarial que citaba 11.000 pesetas, por la compra, –el que hizo la ley hizo la trampa, en este caso los ricos terratenientes y vendedores–, cuando en realidad se le abonaron 77.500 (su valor real era mucho mayor), pagadas por 62 familias, a razón de 1.250 por cada "parte", pagaderas en un período de cinco años: entre 1920 y 1925.

Una esperanza, El Casal fue el paraíso terrenal para Abejera a nivel agroganadero (pastos) durante 52 años, que se vio truncada un fatídico 4 de febrero de 1972 cuando el Ministerio de Agricultura aplicaba la Ley de Expropiación Forzosa del Monte Casal para la creación de la Reserva de Caza "Sierra de la Culebra". Abejera perdía así su mayor y mejor posesión en pleno corazón de la Sierra de la Culebra, arrasado por las llamas del fuego el verano pasado.

Treinta años fueron, son y siempre serán muchos para cumplir el ansiado sueño de culminar la concentración parcelaria: la esperanza nunca la perdieron. Ver convertidos los minifundios en fincas de reemplazo es mucho más que progreso, es parte de la eterna deuda histórica con Abejera de Tábara y sus gentes.

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