Porto de Sanabria, la exaltación de la lana en la cuna de las merinas

La villa de Porto se sumó a la conmemora el Día Europeo de la Lana y homenajeó a la tierra de pastores trashumantes y las mujeres tejedoras, con una demostración de labores y nuevos usos de la lana, una fibra fundamental en los inviernos de la sierra en el pasado y ahora considerada un "residuo".

Los balcones y el recinto ferial de Porto recibieron a sus visitantes con un ciento de colchas y mantas –algunas centenarias- tejidas a mano de vistosos colores. Un cuarteto de As Portelas animó el encuentro en el ferial, mientras a media mañana se preparaban las migas de pastor.

El alcalde Francisco Blanco abría el acto inaugural señalando precisamente el papel de la villa portexa como cuna de merinas con hasta 10.000 ovejas en la docena de puertos y majadas de verano hasta donde llegaban desde Extremadura. Recordó la vinculación de las economías familiares "con el sueldo que ganaba un pastor".

La presidenta de la asociación La IAIA, Concha Rey, señalaba los múltiples usos y posibilidades "desde rellenos, fieltros incluso edredones y hasta para abonos orgánicos que se pueden usar para las macetas de casa".

El día mundial de la Lana se conmemora en toda Europa y este año el país elegido por la Fundación E.W.E es Serbia. Porto, junto con el pueblo leonés de Salamón se convierte en el segundo municipio que conmemoran este día. El deseo de la Fundación y la Asociación es que "se sumen más pueblos y especialmente de Castilla y León donde nosotros realizamos numerosas actividades".

Nelida Carracedo de la Plataforma 102 recordaba que mientras los hombres se marchaban a Extremadura eran las mujeres las que se quedaban al frente de todo, incluido el pequeño rebaño de ovejas con 10 o 12 animales. Su lana se aprovechaba para tejer en el telar comunitario o excepcionalmente en el telar propio del que disponían pocas casas.

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Ropa, calcetines, colchas, etc. salían de las manos de las mujeres. Paquita Carracedo es una de las descendientes de Porto que aprendió de su madre, de 102 años, a tejer y que ha aportado muchas labores para la asociación de Red Solidaria. Reconocía el valor de estas mujeres que eran autosuficientes "sabían, tejer, sabían coser, sabían cocinar, atender el ganado".

Y de tejer se trataba en compañía en un día dedicado a la fibra de origen natural más extendida de Europa, así decenas de personas se sumaron a las diferentes propuestas de tejer con aguja, con las manos o prensando lana para hacer pardo y fieltro dirigido por Jimena Zalles. Unos talleres para aprender a tejer y donde se acogieron por igual manos de hombres que de mujeres con las voluntarias de LA IAIA.

El público pudo contemplar también la colección de utensilios, desde el uso a la devanadera, pasando por las urdimbres hasta el lizo que se empleaban para tejer a mano o para el telar. "Había varias casas que se dedicaban a tejer mantas para fuera" recordaba Herminia, una vecina de Porto, que lleva en cuenta las colchas que ha tejido y los telares que quedan en el pueblo, alguno bajo tejados en ruina, aunque otro desmontado y a buen recaudo.

La feria, pero esta vez de la lana, ha dejado buen tacto en el vecindario y la cosa está animada para seguir con algún tipo de actividad. Nelida Carracedo, maestra de enseñar a tejer con los dedos, explicó que a raíz del éxito del árbol de navidad tejido con cuadros de ganchillo fue el vehículo de contacto con Virginia Anta, de la asociación la IAIA que sondeó en el rico patrimonio textil de Porto. Esmeralda Folgado premió a los niños con "Cuentos de la Lana".

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