Una guía para Villafáfila, el paraíso de las aves en Zamora

Una guía de los animales que pueblan la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila identifica 179 especies diferentes de avifauna observable en la zona

Dos anátidas se asientan sobre un humedal en Villafáfila tras llegar volando. | Emilio Fraile

Dos anátidas se asientan sobre un humedal en Villafáfila tras llegar volando. | Emilio Fraile / Alejandro Bermúdez

Las aves, en su envidiable libertad, viajan entre continentes y hemisferios diferentes buscando las temperaturas más benignas para ellos, alimento o pareja para la cría. El entorno de las Lagunas de Villafáfila es un paraje atractivo para miles de ejemplares de distintas especies que cada año hacen un alto en estos humedales, o en las estepas circundantes. Muchas deciden anidar allí, e incluso algunas pasan toda su vida en estas tierras terracampinas.

Una guía recientemente editada por la Junta de Castilla y León recopila las especies de vertebrados –no solo aves– que se han podido observar en la Reserva Natural entre los años 2006 y 2021, elaborada por los técnicos de Medio Ambiente Mariano Rodríguez Alonso (director de la Reserva) y Jesús Palacios Alberti.

Avifauna en las Lagunas de Villafáfila.

Avifauna en las Lagunas de Villafáfila. / EMILIO FRAILE

En el capítulo dedicado a la avifauna se han identificado 179 especies "habituales", que se han observado al menos ocho de los 15 años que han sido objeto del estudio, además de mencionar muchas otras aves "raras", que se han observado solo de forma puntual en este periodo.

El ánsar común (Anser anser), conocido en Tierra de Campos como "pata grande" o "pata real" era el rey de las Lagunas de Villafáfila, cada invierno decenas de miles de ejemplares invernaban en los humedales zamoranos y era el ave que más movía a los turistas hasta la Reserva. Los gestores de la Reserva vienen constatando desde hace años una disminución de las poblaciones en Villafáfila. Esto se debe al cambio climático: los inviernos en el norte de Europa –su zona de cría– son menos fríos y esto permite a las aves pasar allí el invierno o realizar migraciones más cortas a zonas como Países Bajos, donde han pasado de tener una presencia testimonial de la especie a albergar más de 400.000 en invierno. En el 2006 se contabilizaron más de 24.000 ánsares en las Lagunas de Villafáfila, en 2020 y 2021 poco más de 1.000.

En cambio, otras anátidas que antes eran testimoniales en Villafáfila, se dejan ver con más frecuencia cada vez. Es el caso del tarro blanco (Tadorna tadorna), conocido en esta zona como "pata redondilla", en 1994 comenzaron a verse los primeros ejemplares invernantes, y desde 2004 se han ido observando más parejas nidificantes, más de 80 en la actualidad.

Pero el pato (anátida) más abundante en la Reserva es el ánade azulón (Anas platyrhynchos) o "parro". Como nidificante se estima que, entre 2006 y 2021, hubo de media 344 parejas potencialmente reproductoras; las máximas concentraciones se producen en otoño, habiéndose llegado a censarse en la Reserva hasta 14.558 ejemplares en noviembre de 2007. Es una especie abundante en todas las lagunas.

Dos ejemplares de ánade azulón. | José Luis Fernández

Dos ejemplares de ánade azulón. | José Luis Fernández / Alejandro Bermúdez

También es común toparse con la cuchara común (Spatula clypeata) o "cucharón", con presencia durante todo el año alcanza sus picos en marzo, cuando muchas bandadas paran en Villafáfila antes de seguir su camino hacia el norte. Se contabilizaron más de 4.500 ejemplares en marzo de 2021.

Otra ave acuática relativamente fácil de ver es la cerceta (Anas crecca) o "parro sardinero", en el invierno o en el paso migratorio en enero.

Cerceta común. | LOZ

Cerceta común. | LOZ / Alejandro Bermúdez

Aunque no tan abundante, una de las aves acuáticas más impresionantes que suele aparecer por Villafáfila es la garza real (Ardea cinerea), atraída algunos veranos por los peces que suben a desovar en las lagunas. Desde 1996 un pequeño número anida en la Reserva.

Ciguñüela común. | Junta

Garza real. | Junta / Alejandro Bermúdez

También la cigüeñuela común (Himantopus himantopus), "patas largas" o "taca taca" ha pasado de 20 parejas nidificantes a mediados de los 70 a más de 300 a principios del siglo XXI, aunque en los últimos 20 años viene sufriendo una regresión. El mejor lugar para observar la especie es la Laguna Grande y en años de sequía las lagunas de la Casa del Parque.

Avutarda macho. | Ricardro Rodríguez

Ciguñüela común. | Junta / Alejandro Bermúdez

Entre las especies esteparias, la reina de la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila ha sido siempre la avutarda (Otis tarda), especie en régimen de protección especial que alcanza en esta zona una de las mayores densidades mundiales. La evolución de la especie en época de celo muestra que presentó un incremento lineal entre 1994 (2.085 avutardas) y 2009 (3.360). Desde entonces se ha producido un declive, habiendo disminuido hasta los 2.488 ejemplares en 2020. Rodríguez y Palacios alertan de la disminución del número de hembras, más rápidamente que los machos.

Paloma bravía, ave característica de Tierra de Campos. | L. M. Arce

Avutarda macho. | Ricardro Rodríguez / Alejandro Bermúdez

El sisón común (Tetrax tetrax), "asisón" o "silbón" es otra especie nidificante en la Reserva que también ha entrado en declive. Igualmente, está en clara regresión la codorniz común (Coturnix coturnix).

Mención especial merecen la familia de las colúmbidas. Los palomares son el símbolo de la Tierra de Campos, y la paloma bravía (Columba livia), única especie domesticada, sigue viéndose en todos los palomares, aunque no hay ni mucho menos tantos como había hace décadas. La paloma zurita (Columba oenas) y la paloma torcaz (Columba palumbus) son otras especies cinegéticas presentes en la Reserva. La tórtola europea  (Streptopelia turtur) es cada vez menos común.

Garza real. | Junta

Paloma bravía, ave característica de Tierra de Campos. | L. M. Arce / Alejandro Bermúdez

Otras especies que se dejan ver dentro de los pueblos son la abubilla común (Upupa epops), el avión común occidental (Delichon urbica) en primavera y verano, el estornino negro (Sturnus unicolor), el colirrojón tizón (Phoenicurus ochruros) y, por supuesto, la cigüeñablanca (Ciconia ciconia) que anida en las torres. Aunque solía pasar en Europa la primavera y el verano, cada vez es más frecuente ver parejas que permanecen en invierno.

Los invertebrados, un atractivo para las aves

Una de las características que hacen de las Lagunas de Villafáfila y su entorno un ecosistema propicio para tanta avifauna es la gran abundancia de invertebrados que sirven de alimento a muchas de las aves que deciden anidar en los alrededores de las salinas, o que paran aquí en sus migraciones. Además de insectos, arácnidos, etc., en el agua ligeramente salada de las lagunas también hay crustáceos acuáticos de los que se aprovechan las aves acuáticas. Algunos de estos crustáceos son tan únicos como la Branchinecta ferox, una especie muy rara y singular que presenta en las Lagunas de Villafáfila una de las pocas poblaciones conocidas en Europa occidental.

Branchinecta ferox, un crustáceo muy singular presente en las Lagunas de Villafáfila. | Cedida

Branchinecta ferox, un crustáceo muy singular presente en las Lagunas de Villafáfila. | Cedida / Alejandro Bermúdez

Es el crustáceo anostáceo de mayor tamaño del planeta, y suele estar más presente en las estepas situadas al este de Hungría, hasta Mongolia, aunque además de en Villafáfila se han documentado poblaciones en el norte de África, concretamente en Marruecos. Hasta los animales de menor tamaño juegan su papel imprescindible en el ecosistema.

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